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Perfil Evolutivo Deambuladores


Enviado por   •  17 de Septiembre de 2013  •  2.390 Palabras (10 Páginas)  •  2.000 Visitas

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PERFIL TEORICO DEL DEAMBULADOR

El grupo de deambuladores esta constituido por niños de aproximadamente 1 a 2 años de edad, o desde el momento que el niño comienza a desplazarse por su cuenta, es decir cuando pasa de la marcha con sostén a la macha libre.

Teniendo en cuenta el aspecto motriz, los niños a esta edad necesitan estar en continuo movimiento, buscan su independencia y desplazarse libremente, necesitan tocar, manipular y explorar el medio que los rodea. Experimentan nuevos ejercicios motores con los objetos e interactúan más con las personas. Esta etapa se denomina “fase de adquisición de formas motoras nuevas”(1), entre las cuales se pueden nombrar: la marcha, trepar, ascender, saltar, girar, rolar, empujar.

Para estimular el desarrollo motor del niño hay que proporcionarle suficiente campo y libertad de movimiento, y acondicionar su medio ambiente de acuerdo a sus necesidades.(1)

El interés por su propio cuerpo es muy notorio a esta edad, ya sea por la manipulación que pueden hacer de él, por algún tipo de indagación sobre sus partes o sus funcionamientos o por su ubicación en relación con otros objetos.

En relación al desarrollo cognitivo, estas acciones que el niño realiza en el entorno, Piaget las denomina reacciones circulares terciarias(2). Éstas varían las condiciones de su actitud exploratoria, existe un tanteo dirigido, no azaroso y descubre nuevos medios para interactuar y resolver los problemas que se le presentan.

En el transcurso de este segundo año de vida aparecen casi simultáneamente cinco conductas:

1. La imitación diferida: es la conducta que muestra el niño cuando reproduce gestos, movimientos o palabras de otras personas en ausencia ésta.

2. Juego simbólico: es aquel en el cual el niño desempeña un papel “como si” fuera verdad, sabiendo que no lo es. Puede jugar a estar dormido pero no duerme o dormir a un oso pero sabe que es un juguete.

3. El dibujo: el niño deja sus marcas en la arena o en la tierra cuando arrastra sus juguetes o simplemente con un palo. Solo alrededor de los 2 años, cuando adquiere la función semiótica puede dar sentido a sus trazos.

4. Imagen mental: logra su permanencia en la mente del niño cuando puede evocar objetos, personas o situaciones no presentes.

5. La evocación verbal: es cualquier acto que realiza el niño para indicar o comunicar algo asociando una forma verbal a un objeto, o cuando solicita por medio de gestos o palabras algo que puede estar presente o no.

Con respecto al desarrollo de la inteligencia, el deambulador se encuentra en el periodo sensorio-motor(3). Y es por medio de la inteligencia sensorio-motora que el niño construye el mundo en que vive, desarrollando sus nociones de objeto, espacio, tiempo y causa.

• La noción de objeto: puede conservar la imagen de los objetos y seguir con la vista sus movimientos y desplazamientos. Logra recuperar los elementos que se han escondido de manera visible.

• La noción de espacio: la construcción de esta noción esta íntimamente ligada a la conservación del objeto. En sus experimentaciones descubre nuevas relaciones entre los objetos, tales como las de continente-contenido. Puede elegir objetos grandes, como cajas para meterse adentro o introducir objetos pequeños. Descubre huecos en el espacio circundante y les da un significado de continente. Hacia el final de este periodo se producen avances en la representación de las relaciones espaciales de los objetos entre si y de los desplazamientos de su propio cuerpo. Cuando adquiere la posibilidad de representarse los obstáculos, anticipa sus movimientos y aparece una conducta de “rodeo”.

• La noción de tiempo: en un primer momento puede solo relacionar acontecimientos percibidos y posteriormente podrá hacerlo con sus recuerdos. El niño puede ordenar una secuencia de algo que le sucedió o una historia que le contaron, con gestos o unas pocas palabras que dan cuenta de que lo vivido no ha quedado como elementos aislados en su mente sino unidos. De alguna manera esta organizando sus experiencias; estableciendo nexos, relaciones de significación. Cuando realiza una secuencia de juego donde alimenta a un oso y luego lo acuesta a dormir esta haciendo una organización temporal de situaciones. Cuando acepta el tiempo de espera es porque sabe que después van a satisfacerse sus deseos y confía, y esta tranquila aceptación es posible porque recuerda que otras veces espero y luego fue atendido; muestra organización temporal y mecanismos de autocontrol.

• La noción de causa: cuando logra la representación de los objetos, del espacio, y construye secuencias temporales, también puede descubrir la causa no visible de algún efecto percibido. Por ejemplo si su ropa esta enganchada puede hacer un movimiento de retroceso para desengancharse en lugar de seguir avanzando y romper la tela. Esta conducta muestra que el niño puede imaginarse cual es el obstáculo que le impide seguir avanzando, reconocer la causa de su dificultad y actuar para evitarla.

Al finalizar el segundo año de vida, la construcción del mundo que rodea al niño ya no pasa solo por sus sentidos, sino también por su capacidad de representación. Puede conocer ciertas características de los objetos, de sus desplazamientos; darse cuenta de las relaciones de causalidad que vinculan algunos acontecimientos a otros y él también se reconoce como un objeto más que esta incluido en el espacio.

En el aspecto del desarrollo emocional, el niño comienza a desarrollarse y a construirse como sujeto y para que esta formación sea saludable se le debe brindar un ambiente facilitador, el cual debe ser pensado, discutido, acordado, anticipado y evaluado permanentemente. El deambulador, como todos necesita tener una figura estable que le brinde continuidad, seguridad y afecto, que reconozcan tanto sus necesidades primarias como emocionales y que respeten sus tiempos y la movilidad espontánea. Los deambuladores son niños activos, con un gusto por la exploración y experimentación vigorosa y rigurosa. Debido a esta movilidad activa es que se hacen necesarios los límites. Estos deben no ser considerados como restricciones, sino como medios para canalizar la conducta del niño de áreas de restricciones a áreas de libertad. La firmeza y consistencia de los límites necesarios deberán ser balanceados por una cierta medida de flexibilidad, por una disposición que permita al niño aprender por si mismo.

En referencia al área afectivo-social a veces suelen presentarse situaciones o pequeños conflictos entre los niños que requieren de límites. Por ejemplo es muy común que, en la sala de deambuladores, al tener que compartir un juguete, se genere desconcierto, enojo, algunos empujones y hasta

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