Perfil del defraudador.
Enviado por asif • 23 de Marzo de 2014 • Tesis • 2.497 Palabras (10 Páginas) • 390 Visitas
Perfil del defraudador.
El perfil del defraudador varía de acuerdo con los artificios que utilice para sorprende la buena fe de incautas personas, quienes amigas de riqueza fácil acceder a poner sobre las brasas todos sus ahorros e incluso hasta sus bienes inmuebles.
El defraudador proviene de un status socioeconómico y cultural medio, cuyo núcleo familiar primario se caracteriza por presentar, con alta frecuencia, situaciones de pérdida o separaciones de uno o de ambos padres.
Regularmente son personas que han sido víctimas de una infancia severa o sobre protegida, con constantes manifestaciones de prohibición y frustración. A partir de ello, establece que el comportamiento habitual que ha mantenido la familia es engaño y mentira, la cual gradualmente será protegida. Justifica su comportamiento y le permiten continuar con ese modo de vida.
Tiene un aspecto y un carácter agradable que es necesario para conquistar la simpatía y la confianza indispensable para una más fácil realización de su crédito.
El defraudador adopta identidades de otros y debe de enmascararse para poder concretar su fantasía. Cubriendo sus verdaderas intenciones el estafador se disfraza mostrando diversas apariencias. A veces el embaucador adopta el modelo de hombre afable, entrador, simpático, soñador. Puede aparecer con actitud amable, con aspecto bonachón. Es el clásico vendedor de ilusiones. Un embustero. No pocas veces tiene el aspecto del gordo bueno. Otras veces se manifiesta como el pobre tipo al que le ha ido mal, al que lo han perjudicado, porque ha tenido mala suerte. Cuando consigue que el inocente que lo escucha siento lástima por él, ya está cayendo en sus redes. La suerte del incrédulo está echada. Cualquiera que sea la imagen que adopte, difícilmente se sospechara ver. Jamás parece un estafador. Por eso siempre termina embaucando al incauto.
El defraudador es una persona inteligente Y observadora. Entre sus rasgos más acentuados se encuentra una alta imaginación y un sentido exagerado de la personalidad que adopta, manifestando una gran avidez. Su capacidad de lenguaje verbal es impresionante y la utiliza como una técnica de acción para la comisión de los hechos delictivos.
Desde el punto de vista criminológico, las personas que comenten una conducta de estafa muestran una personalidad histérica, toda vez que intervienen aspectos de seducción, inteligencia y manipulación. El defraudador es emocionalmente ambivalente, inestable, con características y manifestaciones de omnipotencia y mágicas. Su aspecto más sobre saliente es la histeria, misma que realiza a través de juegos utilizando su imagen. A su vez considera que es un sujeto que llama la atención, es inestable y abandona al objeto elegido. Suave el manejo de la seducción en las relaciones interpersonales lo conducen a llamar la atención tanto en un manejo verbal como corporal y, en este juego de seducción, puede ser sumiso, agresivo, silencioso o incluso violento.
Realmente el defraudador proyecta una personalidad superficial integrada por la anti sociabilidad y el histrionismo. Sus sentimientos y actitudes son polarizados y lábiles. Su conducta delictiva, su agresividad, su falta de empatía por el bien común; su falta de respeto por las normas y reglas de sana convivencia social; su inintimidabilidad; su falta de temor por la crítica social y por el reproche familiar, engloba de manera irrestricta so anti sociabilidad matizada por su conducta egocéntrica, teatral histriónica falsa.
El histriónico falso, que reúne características histriónicas y sociales. Así, describe al histriónico como aquella persona con ostentosa forma de expedición, que busca ser el punto en el que confluye la atención de todos los demás. Siempre está sobre el escenario y, la teatralidad y el dramatismo están garantizados con el fin de impresionar controlar. De igual manera, de la parte antisocial del defraudador que recibe el apropiarse de lo que los otros poseen, manifestando una criminalidad patente; moviéndose por un impulso de venganza, manipulando a los demás como si fuesen posesiones en sus juegos de poder.
Existen diferentes modalidades de estafa, ya que se entiende que el engaño se puede producir tanto en un modo activo, como en un modo pasivo.
El problema principal para entender que un engaño de un modo pasivo es calificativo destapa, es que debe producir un acto de disposición. Una actuación pasiva (no informar, uno contar algo) es difícil que provoque un engaño de tal magnitud.
Dentro de lo que se denominan estafas, timos y fraudes entran una serie de delitos que abarca desde la oferta engañosa, la piratería de marcas por la clonación de tarjetas de cajeros automáticos, hasta elaboradas operaciones en contra de empresas multinacionales o del estado.
En el modo de operación del defraudador, este jamás aborda a su víctima de manera fortuita, su llegada es el resultado del estudio previo de sus pasos, necesidades inquietudes. En este grupo se encuentran los gestores, los vendedores de mercancías de remate ficticias y los vendedores de lotes y de cualquier clase de loterías. En esta categoría también entran los adivinos, hechiceros y brujos que ofrecen cualquier cantidad de oportunidades a cambio de una considerable suma de dinero. A continuación presentaremos las formas de operación que llevar a cabo los defraudadores a nivel internacional.
Timo de la estampita: la víctima es abordada por un estafador con supuestas escasas facultades mentales (el tonto). El tonto lleva consigo un sobre lleno de billetes, a los que no da ninguna importancia, tratándolos como estampitas. Entonces entra en escena un segundo timador (el listo), que convence a la víctima para que juntos engañen al tonto ofreciéndole una pequeña cantidad de dinero por sus estampitas. Después de entregar el dinero, la víctima recibe el sobre, pero cuando lo sabe, en lugar de encontrarse los billetes, encuentra recortes de papel, ya que han hecho el cambiazo de forma imperceptible para la víctima (requiere de una cierta habilidad). Para ese momento, los estafadores ya están demasiado lejos, y la víctima ha perdido su dinero.
El desahuciado: suele cometerse mediante la visita al domicilio de la víctima. El defraudador se hace pasar por una persona que se encuentra en graves apuros económicos, con graves problemas familiares; si es mujer dirá que ha sido abandonada, que tiene muchos hijos, etcétera. En todo caso trata de afectar la sensibilidad de la víctima. Al final, el defraudador explica que para poder subsistir está procediendo a liquidar sus objetos más preciados. En ese momento exhibe un objeto personal (reloj de pulsera de una marca muy cara, collar, sortija, etcétera.) Diciendo que es una joya preciosa muy valiosa. Ofrece el objeto
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