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Practica Pedagogica


Enviado por   •  3 de Mayo de 2012  •  2.848 Palabras (12 Páginas)  •  3.130 Visitas

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Practica pedagogica

Es la participación activa de maestro alumno por medio de la comunicación en ambientes de enseñanza aprendizaje donde la reflexión y participación sean factores para construir el conocimiento y desarrollo de habilidades de parte de los alumnos y propongan soluciones a problemas reales.

El maestro debe incorporar los nuevos conocimientos a partir de la reconstrucción y revisión de los conocimientos previos, utilizando diferentes fuentes de información.

Son los métodos de acción cotidiana ya sean intelectuales o materiales donde el docente configura su existencia como individuo y como comunidad aportando para desarrollar cultura en el contexto educativo.

Es el espacio para desarrollar integralmente al alumno y sus potencialidades.

El proceso de enseñanza y de aprendizaje, docentes y alumnos cumplen funciones diferenciadas e integradas, el alumno es el eje del proceso.

Características: currículo, acción educativa, procesos de relación empleados, en otras palabras: contenidos, comunicación creatividad, recursos auxiliares, capacidades,experiencias y conocimientos previos

La importancia de la práctica en el aula

El Saber Pedagógico y su rol en el proceso formativo de los futuros educadores es primordial, pero una de las facetas más relevantes, a mi parecer, es la vinculación que tienen los futuros docentes con la realidad educativa; ya que al concurrir a realizar sus prácticas a diversos establecimientos educacionales, los estudiantes se involucran en el proceso de enseñanza-aprendizaje del aula real, y ahí recién se produce la relación con el establecimiento educacional por un tiempo limitado.

Las prácticas en terreno son fundamentales, ya que es ahí donde el estudiante se da cuenta si realmente tiene vocación, y además es la instancia donde puede poner en práctica toda la teoría que han compilado; porque para ser un buen profesor/a se debe considerar el espíritu de servicio e interés por trabajar con personas, la responsabilidad, el respeto, la tolerancia, la paciencia, la crítica, la reflexión, la motivación, el ser activo, comprometido, flexible, integrador, innovador y creativo. Teniendo en cuenta lo anterior, no todos pueden ser profesores/as; ya que es una profesión que implica poseer una serie de habilidades que deben estar permanentemente reforzándose.

Elementos de la práctica pedagógica

El análisis de la realidad concreta y cotidiana de las salas de clases, permite visualizar la existencia de una combinación de elementos que interactúan entre sí. Los efectos de esta interacción, no sólo a veces apuntan hacia propósitos divergentes, sino que, en muchos casos, aparecen contradictorios respecto de lo que supuestamente deberían ser los objetivos del proceso. La interacción implica, necesariamente la comprensión de significados y la interpretación recíproca de los actos propios y en la que la cotidianidad es permanentemente definida y enmarcada en un contexto físico, institucional, histórico y cultural. Estos contextos afectan de manera indiscutible los logros del aprendizaje, por lo que resulta casi ingenuo atribuir relaciones de causalidad entre medios o métodos del profesor y rendimiento, pues son muchos otros los elementos y aspectos que están interactuando e incidiendo en los efectos o resultados del proceso.

Es preciso, en consecuencia, reconocer por ejemplo la existencia de elementos simbólicos como lo es la compleja relación existente entre pensamiento y lenguaje y por lo tanto de las inherentes dificultades en la comunicación (Walker y Adelman, 1975). De hecho, la comunicación no es siempre directa o transparente. Los significados envueltos en la comunicación tanto del discurso de los alumnos como del de los profesores, están insertos en contextos específicos y que regulan la "actuación" o habla. Cada intercambio implica, de hecho, la existencia de significados no siempre compartidos, de elementos implícitos y contradictorios, ambigüedades, confusiones y problemas que lo convierten en un proceso altamente complejo, que requiere de negociaciones permanentes para una comprensión recíproca y lo transforman en un acto de "toma y dame" constante (Delamont, 1976). Esta situación se va a traducir en que los problemas y en general las prácticas rutinarias del aula van a ser definidas y redefinidas constantemente.

El lenguaje, a su vez, no sólo refleja la realidad, sino que juega un papel crucial en la construcción de la misma, al conjugarse elementos o conceptos universales, con los propios de la concepción del mundo de cada persona envuelta en la comunicación. En la medida en que el lenguaje construye los significados resulta la conformación de la realidad para cada uno, se informan las identidades y proporcionan los códigos culturales para percibir y clasificar al mundo (Oiroux y Mc Laren, 1986). De esto se desprende la evidente complejidad de la interacción y la sobresimplificación que implica considerarla como un proceso simple de transacción o emisión de mensajes que automáticamente van a ser percibidos e interpretados de la misma manera por todos.

La interacción, además del problema de los significados envueltos, implica la existencia de elementos implícitos, no siempre advertidos o tomados en cuenta y que regulan y califican la interacción de manera crítica, lo que conlleva consecuencias variadas para la práctica pedagógica. Sin duda, uno de los elementos más críticos presentes en la práctica pedagógica, lo constituye la existencia del poder en el aula. Esta situación se ha visto, tradicionalmente, como algo inevitable, de carácter técnico e instrumental y que por lo tanto debe ser asumido por todos, manejado por el profesor y adoptado por los alumnos. El ejercicio de este poder desigual en la sala de clases se advierte a partir de dos hechos claramente distinguibles: la jerarquización de las relaciones al interior del aula y la definición que hace el profesor de todas y cada una de las situaciones del aula.

La jerarquización de las relaciones personales se desprende necesariamente del orden social de la Escuela explícitado en reglamentos, formas de relación de base posicional, ritos, prescripciones, restricciones y delimitaciones de toda índole respecto de los comportamientos, vestuario, lenguaje, etc. El estructurar las relaciones al interior del aula sobre base posicional implica el surguimiento de tensiones, conflictos y desconfianzas mutuas, lo que se traduce, a su vez, en una práctica pedagógica rígida, autoritaria con abundancia de órdenes y sanciones y escasa o nula posibilidad de negociación o cambio.

No obstante, lo anteriormente dicho, no se puede desconocer la crucial incidencia de la inevitable presencia y participación de los estudiantes, aun

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