Principales Teorias Eticas
Enviado por 03112011 • 7 de Marzo de 2014 • 2.124 Palabras (9 Páginas) • 620 Visitas
PRINCIPALES TEORÍAS ÉTICAS
Si el término moral procede del vocablo latino que significa costumbre, la palabra ética deriva de ethos, que en griego significa carácter (es evidente la relación entre ambos). Los hábitos y las costumbres determinan nuestro carácter o personalidad, y acaban por condicionar nuestras acciones concretas.
La ética y la moral no sólo están emparentadas etimológicamente. En la actualidad, se usan indistintamente como términos sinónimos. Así, tanto podemos decir Juan ha actuado de forma inmoral como Juan ha actuado sin ningún tipo de ética, o también, Mi código moral me impide hacer esto o Mi ética me impide comportarme así. Pero, aunque en un sentido laxo puedan emplearse de esta manera, en un sentido estricto tienen significados distintos. En el lenguaje filosófico se suele distinguir entre la moral, o código de normas que regulan la acción correcta, y la ética, la reflexión acerca de la moral. Según esta distinción, la ética viene a ser una especie de filosofía moral, que tiene como objeto de estudio precisamente los códigos morales concretos: su validez, su fundamentación y su legitimación.
Aunque la ética sea considerada una disciplina filosófica, lo cierto es que la ética será cualquier reflexión, análisis o estudio de las normas y los valores morales. Por lo tanto, no es algo que deba circunscribirse al ámbito académico o deba relegarse a los especialistas filosóficos. Ética es cualquier reflexión crítica y seria, también la que hacemos nosotros cuando reflexionamos acerca de si determinada norma es válida (por ejemplo, la obligación de ser sinceros) o cuando discutimos si un valor (sinceridad) debe supeditarse a otro (por ejemplo, la amistad).
La ética es fundamentalmente teórica, aunque está orientada a dotar al hombre de unas pautas concretas e comportamiento, mientras que la moral es más práctica, puesto que detalla unas normas que se encuentran fundamentadas en la reflexión ética.
“Moral es el conjunto de comportamientos y de normas que tú, yo y algunos de quienes nos rodean solemos aceptar como válidos; ética es la reflexión sobre por qué los consideramos válidos y la comparación con otras morales diferentes”
(Fernando Savater, Etica para Amador)
Una teoría ética es una teoría filosófica que intenta fundamentar la moral, es decir, justificar su validez y legitimidad. Como toda moral, consiste en una serie de preceptos o normas (busca el término medio, haz lo que beneficie a la mayoría...) y una serie de valores (templanza, utilidad, felicidad…), la teoría deberá justificar precisamente estas normas y valores. Según el tipo de fundamento que proporcione, hablaremos de un tipo de teoría ética o de otro. Así, serán teorías distintas las que conciben y defienden la moral como una búsqueda de la vida buena o como el cumplimiento del deber.
Las distintas teorías éticas que se han dado a lo largo de la historia pueden dividirse en varios tipos, no sólo por el fundamento concreto que dan de las normas morales, sino también por el modo particular de darlo. A continuación ofrecemos una serie de preguntas, cuya respuesta puede servir para clasificar la diversidad de teorías existentes.
INTELECTUALISMO MORAL
Según esta teoría, conocer el bien es hacerlo: sólo actúa inmoralmente el que desconoce en qué consiste el bien. Puede comprobarse que esta teoría es doblemente cognitivista, ya que no sólo afirma que es posible conocer el bien, sino que además defiende que este conocimiento es el único requisito necesario para cumplirlo. El filósofo griego Sócrates fue el primero en mantener dicha postura ética, Para este pensador, no sólo el bien es algo que tiene existencia objetiva y validez universal, sino que, además, al ser humano le es posible acceder a él. Así pues, Sócrates concibe la moral como un saber. De la misma forma que quien sabe de carpintería es carpintero y el que sabe de medicina es médico, sólo el que sabe qué es la justicia es justo. Por lo tanto, para este filósofo no hay personas malas, sino ignorantes, y no hay personas buenas si no son sabias.
EUDEMONISMO
Muchas veces habrás preguntado para qué sirve tal o cual cosa, pero, en ocasiones, esta pregunta es absurda. Así, si preguntamos para qué sirve la felicidad, la respuesta sería que para nada, pues no es algo que se busque como medio para otra cosa, sino que se basta a sí misma, es un fin. Las éticas que consideran la felicidad(eudaimonía) el fin de la vida humana y el máximo bien al que se puede aspirar son eudemonistas. Ahora bien, decir que el ser humano anhela la felicidad es como no decir nada, pues cada uno entiende la felicidad a su modo. Aristóteles fue uno de los primeros filósofos en defender el eudemonismo. Pero ¿qué entendía Aristóteles por felicidad? Todos los seres tienen por naturaleza un fin: la semilla tiene como fin ser un árbol; la flecha, hacer diana... No podría ser menos en el caso del hombre.
Como lo esencial del hombre (lo que le distingue) es su capacidad racional, el fin al que por naturaleza tenderá será la actividad racional. Así pues, la máxima felicidad del ser humano residirá en lo que le es esencial por naturaleza: la vida contemplativa, es decir, el ejercicio teórico de la razón en el conocimiento de la naturaleza y de Dios, y en la conducta prudente, que se caracteriza por la elección del término medio entre dos extremos, el exceso y el defecto
HEDONISMO
La palabra hedonismo proviene del griego hedoné, que significa placer. Se considera hedonista toda doctrina que identifica el placer con el bien y que concibe la felicidad en el marco de una vida placentera. Aunque existen muchas teorías, suelen diferir entre ellas por la definición propuesta de placer. Los cirenaicos formaron una escuela iniciada por un discípulo de Sócrates, Aristipo (435 a.C). Según este filósofo, la finalidad de nuestra vida es el placer, entendido en sentido positivo como goce sensorial, como algo sensual y corporal, y no como fruición intelectual ni como mera ausencia de dolor. Al igual que los anteriores, el epicureísmo identifica placer y felicidad. Sin embargo, a diferencia de estos, Epicuro define el placer como la mera ausencia de dolor. No se trata, pues, de buscar el placer sensual del cuerpo, sino la ausencia de pesar del alma. Esta serenidad o tranquilidad del alma (ataraxia) es el objetivo que debe seguir todo ser humano. ¿Cómo alcanzarla? El sabio que se conduce razonablemente y no escoge a lo loco lo que pueden ser sólo aparentes placeres logrará una
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