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Reclutamiento


Enviado por   •  16 de Septiembre de 2012  •  7.802 Palabras (32 Páginas)  •  253 Visitas

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INTRODUCCION

El origen del grave endeudamiento griego, que ha llegado a amenazar con contagiarse a otros países de la eurozona, comenzó a agravarse en 2004 a causa del mal manejo administrativo dando un resultado catastrófico descubierto por el nuevo mando en octubre de 2009, el Partido Socialista griego ganó las elecciones legislativas y George Papandreou llegó al poder. Más tarde, anunció que la situación económica del país era catastrófica y que el déficit presupuestario para aquel año sería del 12,5% en lugar del 3,7% que había anunciado el gobierno precedente. También reveló que se había disimulado el verdadero tamaño de sus deudas ante la Comisión Europea desde hacía una década. En noviembre y diciembre, se hicieron públicas previsiones estimando el déficit griego en un 12,7% y el endeudamiento en el 113,4% para el año 2009, niveles muy por encima del límite, se fija el Pacto de estabilidad y crecimiento para los miembros de la Unión Europea. La crisis comenzó con la difusión de rumores sobre el nivel de la deuda de Grecia y el riesgo de cesación de pagos de su gobierno. Se hizo público que durante años el gobierno griego había asumido deudas profundas, gastando sin control, lo cual contravenía los acuerdos económicos europeos. Cuando llegó la crisis financiera global, el déficit presupuestario subió y los inversionistas exigieron tasas mucho más altas para prestar dinero a Grecia

Cuando la economía griega sintió el golpe de todas estas medidas, se vio obligada a solicitar un préstamo de 110 mil millones de euros para superar la crisis en mayo del 2010.

Como Grecia cuenta con tantas deudas que lo convierten en un sujeto que tendría que pagar demasiado dinero por cada préstamo, este país se vio obligado a pedir un rescate financiero a la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.

La intención era amortiguar la crisis griega hasta que la economía se estabilice y el país se convierta otra vez en un sujeto de préstamo viable, pero esto no ha sucedido e incluso ha sido calificado como uno de los menos calificados para acceder a créditos financieros.

Sin embargo, el Banco Central de Europa se ve en la necesidad de evitar que Grecia declare sus deudas impagables o deje de usar al euro como moneda ya que tendría que elevar el costo por préstamos y esto afectaría otras economías menores del continente como Portugal e Irlanda.

Como la Unión Europea necesita garantías de que Grecia saldrá de su crisis luego de un segundo rescate de 120 mil millones de euros, le exige que adopte medidas de austeridad a mediano plazo.

La tasa de interés de los bonos de deuda griega en el 2007 ascienden 4.53% y en el 2011 26.69% es alarmante

Consecuencias de la transparencia

Una vez publicadas las cifras reales del país heleno, los mercados internacionales se les echaron encima. Las agencias calificadoras de riesgo, no dudaron en devaluar la calificación crediticia que poseía Grecia hasta el bono basura. Una vez realizadas las devaluaciones, los inversores comenzaron a exigir mucha más rentabilidad por dichos bonos, lo cual hizo que Grecia tuviera que endeudarse más para hacer frente a los actuales problemas económicos.

Según FMI pronostica que la deuda llegara 189.1% en el 2012 en un informe difundido este martes que eleva las previsiones de deuda y déficit para ese país inmerso en una grave crisis,

La proporción supera la estimada por el FMI en junio, cuando indicó que la deuda pública llegaría el año que viene a un récord del 172% del PIB, para empezar a contraerse a partir de entonces.

ANTECEDENTES DE LA CRISIS GRIEGA

Han pasado ya nueve meses desde que Grecia empezó a llenar de titulares los periódicos de toda Europa. Siempre para dar noticias malas, que luego resultaban muchísimo peores. Lo que en un principio parecía un problema más, provocado por un Gobierno manirroto, ha acabado por poner de rodillas a toda la zona euro. Mientras, los inversores han aprovechado estos meses turbulentos para usurpar los despachos de los gobernantes y condicionar al máximo las decisiones de estos. El endeudamiento excesivo despertó dudas sobre la capacidad de algunos países de hacer frente a sus compromisos, lo que empujó a un endurecimiento de las condiciones de crédito hasta niveles insoportables. Es este un círculo vicioso que Europa ha intentado romper varias veces con declaraciones de apoyo a los socios más débiles de la eurozona. Y varias veces se ha encontrado con una misma respuesta de los inversores: los Gobiernos anunciaban su respaldo a Grecia, los mercados se henchían de alegría para venirse abajo más tarde, decepcionados por la falta de concreción de la ayuda o por su insuficiencia.

El problema es que las cantidades comprometidas han sido cada vez mayores: se empezó hablando de 45.000 millones de euros, luego se pusieron sobre la mesa 110.000, y la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) acabaron el domingo pasado aprobando un paquete que puede llegar hasta los 750.000 millones. Cantidad a la que hay que añadir el dinero que usará el Banco Central Europeo (BCE) para comprar deuda soberana de los países con problemas más acuciantes, cuyo importe sólo conocen las altas instancias del organismo que preside Jean-Claude Trichet. El objetivo de este oscurantismo es evitar la especulación. "Cuanto más se aumentaba el volumen del rescate, más se veía la magnitud del problema. Porque suponía un alivio momentáneo, pero luego asustaba darse cuenta del agujero al que nos estábamos enfrentando", sostiene Juan Ignacio Crespo, analista de Thomson Reuters.

Y no es dinero lo único que está en juego. La propia unión monetaria ha visto cómo se movía el suelo bajo sus pies durante estos meses. "Al presentar varios planes de rescate, Europa ha malgastado mucha credibilidad. Han pensado que podían utilizar la disuasión para tranquilizar a los mercados, pero no ha funcionado. Es como si Estados Unidos amenaza a Corea del Norte con la bomba atómica. Una vez que no la tira, ya nadie le va a creer en sus amenazas. Y Europa ha lanzado muchas amenazas no creíbles", dice Luis Garicano, de la London School of Economics.

Nada más ser elegido primer ministro en octubre del año pasado, el socialista Yorgos Papandreu se encontró un montón de basura bajo las alfombras de su residencia oficial ateniense. A las pocas semanas de su nombramiento se vio obligado a reconocer ante la Comisión que el anterior Gobierno había falseado las estadísticas y que Grecia no acabaría el año con un déficit del 3,7%, sino del 12,5% del producto interior bruto. Al final ha sido incluso mayor, del 13,6%.

Lo peor de todo es que en Bruselas nadie se sorprendió por las trapacerías contables helenas. "Sabíamos

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