Romero Luis Alberto Resumen Cap 1,2,3
Enviado por chalabrian • 21 de Septiembre de 2014 • 6.906 Palabras (28 Páginas) • 344 Visitas
Uno. 1916
En 1916 Yrigoyen (UCR) asumió la presidencia, elegido según la ley Sáenz Peña sancionada en 1912. Se trató de esta manera de una voluntad ciudadana mayoritaria. El país había crecido de forma espectacular aprovechando su relación con Gran Bretaña, y los inmigrantes fueron integrados exitosamente. Yrigoyen modificó la actitud tradición represora del Estado. Podía verse la asunción como la culminación del largo proceso de modernización emprendido desde mediados del siglo XIX.
Otra imagen: Yrigoyen era un caudillo bárbaro, la Guerra Mundial significaba el fin del progreso fácil y la complejización del escenario económico en el que la relación con Gran Bretaña no bastaría para asegurar la prosperidad, y la sociedad estaba enferma por los cuerpos extraños (nacionalismo chauvinista).
La construcción
Consolidación del Estado: fue subordinando y dominando los gobiernos provinciales y aseguró el monopolio de la fuerza, eliminando las constantes batallas entre los poderes provinciales; el Estado afirmó su poder sobre los territorios controlados por los aborígenes; se definieron los límites territoriales. Constitución: fuerte poder presidencial con facultad de intervenir las provincias y decretar el estado de sitio, pero con controles institucionales del Congreso y la exclusión de la posibilidad de reelección para evitar la tiranía. Las instituciones fueron expandiéndose y adquirieron consistencia y solidez antes que la sociedad. El Estado actuó para insertar el país en la economía mundial, a través de la asociación con Gran Bretaña. Esta relación maduró luego de 1880 cuando comenzaron a surgir rivales (Alemania, Estados Unidos) y el mundo fue dividiéndose en áreas imperiales. El capital británico en Argentina creció: comercio, bancos, préstamos al Estado, préstamos hipotecarios sobre las tierras, inversiones en empresas públicas de servicios, ferrocarriles.
Los ferrocarriles lograban integrar el territorio, y en la pampa húmeda posibilitaron la expansión de la agricultura, y de la ganadería con el sistema de frigoríficos. Esta expansión requirió abundante mano de obra. La inmigración era estimulada del lado de Europa por el crecimiento demográfico, la crisis de las economías agrarias tradicionales, la búsqueda de empleos y el abaratamiento de los transportes, y desde el país se la fomentó activamente con propaganda y pasajes subsidiados. Los inmigrantes se adaptaron al mercado de trabajo: se concentraron en al construcción de las obras públicas y la remodelación urbana, y luego se volcaron al campo. El Estado solucionó los cuellos de botella y creó las condiciones para el desenvolvimiento de los empresarios privados. Las inversiones extranjeras fueron gestionadas y promovidas, se aceptó y estimuló la depreciación en beneficio de los exportadores, y se manejó el crédito con gran liberalidad. La clase terrateniente fue consolidada a partir de la incorporación y venta de las tierras de la Conquista del Desierto.
En el Litoral, los terratenientes se inclinaron por la agricultura, y en la provincia de Buenos Aires, por el lanar hasta que la instalación del frigorífico hizo rentable la explotación del vacuno. Las tierras se dedicaron a cereales, forraje y pastoreo, asociando definitivamente la agricultura con la ganadería. Dadas las condiciones del mercado cambiante, los empresarios rotaban en diversas actividades sin fijarse definitivamente en ninguna, formando una clase empresaria concentrada y no especializada. Estas condiciones también estimularon la conducta especulativa de los chacareros: inmigrantes que alquilaban extensiones importantes de tierra en lugar de comprar pequeñas parcelas.
Este comportamiento posibilitó un crecimiento espectacular. Cereales y carne. Gastos realizados en las ciudades: servicios de higiene y de transporte, avenidas, plazas, edificios públicos ostentosos, residencias, hoteles, nuevas necesidades de comercios, servicios e industrias. El sector industrial alcanzó una dimensión significativa y ocupó a mucha gente, creciendo asociado con la economía agropecuaria y nutriéndose de capitales extranjeros y de la clase terrateniente diversificada. Esto cambios ocurrieron principalmente en el Litoral y acentuaron la brecha con el interior, incapaz de incorporarse al mercado mundial, sin inmigrantes ni inversiones. Atraso relativo, excepto en el norte santafesino (quebracho), y en Tucumán y Mendoza (azúcar y vino), que prosperaron gracias a una fuerte protección aduanera.
En torno al estado se conformó un sector de especuladores, intermediarios y financistas. La crisis de 1890 fue atribuida a esta fiebre especulativa. La vinculación de la economía argentina a la internacional la sensibilizó a sus fluctuaciones cíclicas. La crisis afectó principalmente a los pequeños ahorristas, y frenó el ciclo especulativo urbano alentando la agricultura.
Inmigración masiva: la mayoría de la población de la ciudad era extranjera. Al interior fueron pocos. En el Litoral, muchos fueron al campo como arrendatarios. Se jugaron al ascenso económico rápido: los que pudieron se integraron a las clases medias, y los que no, marcharon a las ciudades o volvieron. Contribuyeron a las ganancias de terratenientes y casas comerciales exportadoras que se asociaban a los beneficios de los chacareros sin participar de sus riesgos. En las ciudades estaba la mayor demanda de trabajo, y los inmigrantes iban allí, instalándose en conventillos. Dificultades cotidianas: mala vivienda, costo del alquiler, problemas sanitarios, inestabilidad en los empleos, bajo salario, epidemias, mortalidad infantil. Aventura del ascenso familiar: casa y negocio propios, educación de los hijos. El país modernizado se diferenció del interior tradicional, y la nueva sociedad se mantuvo separada de las clases criollas tradicionales. Las clases altas se sentían tradicionales, dueñas del país, y se reservaron el manejo de la alta política. El sistema era republicano, pero las prácticas electorales eran ampliamente fraudulentas y la selección del personal se daba por medio de acuerdos. Existía en general una escasa voluntad de participación en las elecciones. La constitución de la ciudadanía fue lenta: los extranjeros no estaban interesados en nacionalizarse. No existía competencia entre partidos políticos alternativos; Partido Autonomista Nacional: federación de gobernadores. Los conflictos se negociaban en círculos reducidos. Cuando las discrepancias se hicieron más serias quedó claro que el unicato tenía limitaciones para canalizar las propuestas de cambio de una sociedad en proceso de constitución y diversificación.
Había que dar forma a la masa de extranjeros, pero existían competidores como la Iglesia, las asociaciones de las colectividades extranjeras y los grupos políticos
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