TRABAJO INFANTIL EN PANAMA

1. Trabajo Infantil en Panamá

El trabajo infantil es aquel en el cual los niños se ven forzados a laborar en situaciones de riesgo, donde un tercero lucra de estos menores. Hago la salvedad que estoy a favor de que los niños, e incluyo a mi hija, sepan que el dinero cuesta y que es necesario trabajar para ganárselo y, por ende, sepa ahorrar y gastarlo adecuadamente cuando así lo amerite.

Pero no es este trabajo infantil del cual quiero escribir en esta ocasión, hablo de explotación laboral, donde el desarrollo de los niños se ve afectado académica, social, personal y psicológicamente, llevando en muchas ocasiones a daños y maltratos físicos.

Entiendo que la pobreza y la crisis lleven a familias a hacer lo necesario para subsistir y me pongo en su pellejo cuando estas familias humildes deben recurrir a este mal necesario: sacrificar la niñez de sus hijos por sobrevivir. Es muy fácil hablar de valores cuando tenemos un techo y una alimentación asegurada. Pero ¿qué le decimos a esas familias, a esos padres que literalmente se les acaban las opciones para llevarles un pedazo de pan a sus criaturas? Es fácil criticar a los padres de las criaturas limpiando parabrisas o vendiendo legum bres o frutas en los semáforos, sentados en nuestro carro con aire acondicionado oyendo la última canción en la radio camino al trabajo o la casa con hambre e imaginando el banquete que nos espera en casa, o vamos rumbo a un restaurante a comer algo... pero ahora pónganse en el lugar de estas familias donde todos sus integrantes están viendo cómo recolectan lo necesario para comprarse la cena de ese día. En este escenario los libros y juguetes pasan a un segundo plano.

Pero la realidad es que los niños son niños, independientemente de su clase social, sus recursos económicos o del lugar donde vivan. Existe la Declaración de los Derechos del Niño, y existen iniciativas internacionales como el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC, por sus siglas en inglés) impulsado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y el Día Mundial Contra el Trabajo Infantil (12 de junio), pero la realidad es que este problema comienza y solo podrá ser erradicado en el seno familiar, cuando los padres logren entender y asumir que la educación de los niños está primero, es la única forma en que estos futuros ciudadanos sean seres de bien y productivos tanto profesionalmente como socialmente.

Creo que todos coincidimos, como mencioné al inicio de este articulo, que es justo y necesario enseñarles que el dinero cuesta y que el trabajo honrado tiene sus beneficios, pero nunca poniendo en peligro o limitando su tiempo para el juego, derecho innegable e irrevocable de todo infante, pero aún más importante, el estudio; saber que la única forma de superarse es dedicar tiempo a su educación.

Son impresionantes las cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que ubica a más de 350 millones de niños bajo explotación laboral y de estos la mitad, en condiciones o situaciones de peligro. Y más sorprendente, enterarme de que en pleno siglo XXI más de 50 países en el mundo reclutan y arman a jóvenes menores de 18 años para conflictos bélicos.

Una forma sencilla de ayudar a los niños que trabajan en las calles es evitar darles unas monedas o comprarles los productos que venden, por más caritativo y de buena fe que se haga, ya que en realidad esto agrava el problema; así ayudamos a prevenir que los envíen a las calles.

Como diría José Martí: ‘Los niños, son la esperanza del mundo’, es nuestro deber luchar por ellos.

2. El trabajo infantil en los pueblos indígenas de Panamá

Según el X Censo Nacional de Población y Vivienda del año 2000, la población panameña ascendió a 2,839.177 personas con una tasa de crecimiento durante el período 1990 -2,000 del 2%, lo que representó un incremento de más de medio millón de personas.

En la provincia de Panamá el crecimiento fue de 2.62 (300,000 personas), en la Comarca Ngäbe Buglé la tasa de crecimiento fue de 4.27 mientras que en la Comarca Kuna Yala el crecimiento fue negativo (0.34). En cuanto a los grupos de edad, en el ramo infantil (menores de 10 años) se encuentra el 22 % del total de la población, el 20% corresponde a los adolescentes de 11 a 19 años y, en cuanto a la distribución por sexo, 50.1% son hombres y 49.9% son mujeres.

El Informe Nacional de Desarrollo Humano Panamá 2002, de las Naciones Unidas destaca que el 41% de la población vive en la pobreza. La pobreza extrema se concentra en el interior del país con el 70% de pobreza en el área rural.

Basados en la Encuesta de Niveles de Vida (ENV) de 1997, el 53.3% de las niñas y niños menores de 5 años se encuentran en situaciones de pobreza; el 50.4% corresponde a los menores entre 5 y 9 años de edad y 45.8% en edades comprendidas entre 10 y 15 años. Más del 95% de la población indígena (unas 200 mil personas) son pobres y de éstos, el 86% vive en pobreza extrema. Los más afectados son los Ngäbe – Buglé, el grupo indígena más grande de Panamá.

El trabajo infantil en los pueblos indígenas de Panamá.

De acuerdo con la Encuesta de Niveles de Vida (ENV) de

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