Valores familiares tabula rasa para la mejora continua de la educación
Enviado por Jorge Yam • 18 de Agosto de 2019 • Informe • 1.743 Palabras (7 Páginas) • 156 Visitas
Valores familiares tabula rasa para la mejora continua de la educación
La familia no solo es el conjunto de personas que descienden de un tronco común que se relacionan por la filiación, sino que es la piedra angular en la formación de la identidad del infante. Los valores familiares juegan un papel fundamental en el proceso de desarrollo del menor, ya que son estos valores instaurados desde la infancia lo que va a configurar la ética del niño, de no hacerlo, corre riesgos de desarraigo de los afectos y valores que le son propios en el sistema de comunicación social, lo cual resulta, a todas luces, peligroso a su salud mental y por ende mermas en su rendimiento dentro del aula de clases. La institución educativa es en estricto sentido la institución brindadora de aprendizaje, por lo que la familia debería hacerse responsable de la instauración de los valores en los infantes ¿Por qué son tan importantes los valores desde la niñez? La infancia queda situada como un grupo o sector en el cual depende el futuro de la sociedad y así hacer de México un país más productivo. Un punto para comenzar a trabajar, a conceptualizar y a proponer nuevas estrategias y modalidades para la mejora continua de la educación son los valores con los niños, como lo es: la responsabilidad. Pero una responsabilidad que se ejerza desde la constatación de los cambios operados en lo social que configuran una nueva categoría de infancia. Otros valores que valen la pena mencionar son la bondad, la compasión, la justicia verdad y lealtad ya que son los pilares que mantienen al sujeto en una sana convivencia dentro de una sociedad, y la familia juega un papel crucial ya que es el núcleo natural y más importante en donde se desarrollan e involucran los valores en el ser humano ya que ahí se crea un ambiente de vida en el cual el niño desarrolla su potencial para tener un mejor rendimiento escolar.
Según Schwartz, (1990) los valores son representaciones cognitivas inherentes a tres formas de exigencia universal: las exigencias del organismo, las reglas sociales de interacción y las necesidades socio-institucionales que aseguran el bienestar y el mantenimiento del grupo. Durante los primeros años de vida, la persona va desplegando la capacidad de dar respuesta emocional adecuada, en lo cuantitativo y cualitativo, a los estímulos afectivos que va recibiendo en su medio familiar, de suerte que el sujeto va disponiendo de un diapasón de emociones y sentimientos, coherentes y proporcionales a la intensidad y carácter de sus vínculos con los demás. El aprendizaje escolar no es algo que esté completamente separado de lo que es el orden de lo afectivo, de lo pulsional, de los dramas que vive el niño. El maestro podría decir a los padres que su hijo tiene dificultades con las que él no puede hacer nada, pero es muy difícil ya que la institución solo se encarga del aprendizaje del menor. Entonces nos encontramos ante un gran malestar, en una situación que nos desestabiliza y nos preguntamos: ¿Soy un mal padre? ¿El profesor de mi hijo es malo? ¿Soy un mal profesional? Particularmente pienso que la mejora de la educación se vincula directamente a los valores que el infante obtiene del núcleo familiar, por ende, yo considero que no tienen que culpabilizarse y pensar que son malos profesores porque sus alumnos tengan malos resultados. Los niños que tienen dificultades por una carencia cultural del medio pueden ser recuperados con medidas de ayuda pedagógica que deberían funcionar en paralelo al sistema escolar tradicional. También sería necesario un sistema de enseñanza más elástico, que tomase al niño en el punto donde se encuentra, que no exigiera determinados resultados a final de curso. Pienso que en la Educación Nacional hace falta que la gente trabaje más en equipo, que se hagan preguntas como si la educación se reduce solamente en la pedagogía y dejar de lado la carente necesidad de una sana convivencia familiar que da pie en la mejora de la psique del infante y así esbozar en mejores notas escolares ya que los maestros no están allí para reintroducir la ley, porque son los padres quienes deben ocuparse de la educación moral de sus hijos. Por otra parte, hay familias con dificultades enormes. Sería necesario hacerse cargo también de las familias, sostener a los padres para que sostengan en el niño un cierto ideal de éxito y de saber ya que son padres que a menudo no se interesan por el éxito del niño, ¿Por qué un niño trabajaría en la escuela cuando sus padres le dicen que no sirve para nada? Habría que motivarlos con técnicas diferentes de hacer participar a los padres en la escuela de manera en que caigan en cuenta sobre su propia responsabilidad muy diferente a la que le corresponde a la institución educativa, es decir racionalizar el trabajo que a cada uno le corresponde. Los valores familiares, son el escenario privilegiado de los sistemas integradores de la personalidad, la espina dorsal de la educación del hombre y la mujer, estas cuestiones dan cuenta de los dilemas de la educación. Recordemos, a propósito, qué es la educación. Ciertos discursos pedagógicos en boga, psicologizados unos, banalizados otros, homologan aprendizaje y educación. Esta respuesta simple no nos permite zanjar el problema. La educación es algo más que los aprendizajes, incluso que su suma. La educación tiene que ver con el forjamiento de la imagen de humanidad que cada época dibuja para el reconocimiento de lo aceptable, lo admisible, lo identificable como persona. La educación en este sentido nos crea. Para usar las bellas palabras de Gramsci, la educación "hace" al hombre actual a su época. Pero ¿quién o quiénes forjan hoy las Imágenes de humanidad en las que nos reconocemos? ¿Qué o quiénes ejercen hoy las figuras de la autoridad necesarias para tal transmisión? Hemos percibido ciertos deslizamientos de la función, pero todavía no hemos podido conceptualizar claramente sus alcances. Con respecto a lo expuesto anteriormente la mejora de la educación reside principalmente en el núcleo familiar, pero ¿Qué hacer en esta era de las familias desestructuradas? ¿A quién realmente pasa el gran deber de la instauración de valores morales que todo infante debería poseer? En esta era posmodernista del vivir rápido, donde las oportunidades para alcanzar estabilidad económica es el reto de todos los días, y los padres o cuidadores no son conscientes de las necesidades afectivas de sus hijos, su síntoma particular lo que acciona en muchas ocasiones el fracaso escolar. Como mencione anteriormente la culpa no reside en el educador directamente, sino que hay un más allá en el síntoma particular de cada niño, ya que la generalización podría ser un escenario poco atractivo en cuanto al desarrollo correcto de un individuo. Muchas técnicas pedagógicas nos traen diversas soluciones sin embargo lo que yo vengo a proponer en este trabajo en la individualidad del niño ya que la familia constituye un pilar fundamental para que este se desenvuelva de una manera óptima y por ende su aprendizaje sea satisfactorio. Sin embargo, nos enfrentamos a diversos problemas de la vida cotidiana el cual versa sobre unos padres ocupados incapaces de caer en cuenta en las necesidades de sus hijos. Recordemos que existen dos pilares en la sociedad que son: Salud, Economía y Educación. Para hacer que nuestro país sea productivo es necesario poner más atención en cuanto a la materia educativa tomando en cuenta los grupos vulnerables. Mi propósito con este trabajo es dar cuenta al lector que la pedagogía no posee la panacea de la mejora educativa, ya que como expuse hay muchas más aristas que atender, es decir, no se puede adjudicar toda la estafeta a los educadores en el aula sino también darle voz a aquellas necesidades internas que acaecen en los valores éticos impuestos por los padres ya que configuran la identidad del infante y su desenvolvimiento en la vida. ¿Como lograr un desarrollo psicosocial sano? Desde la familia ya que habría de prepararla para que cumpla adecuadamente su rol; se la debe educar, dotándola de los conocimientos y recursos psicológicos y pedagógicos para cumplir la parte que le corresponde en la formación integral de las nuevas generaciones. Nuestras organizaciones sociales, nuestras universidades, nuestros medios de comunicación requieren de un programa concertado a esos fines, a tono con las necesidades de construcción científica de la nueva sociedad. Marx aclaró que el socialismo es la única sociedad que no se construye de forma espontánea, a tono con leyes ciegas: se construye científicamente, o no se construye. Y la formación del hombre, el más importante -con mucho- de los elementos del nuevo edificio social, no puede dejarse en manos de la espontaneidad. La Sociedad debe dar la importancia debida al papel medular de la familia en la educación del Hombre Nuevo, en la transmisión de los valores que enriquezcan su espiritualidad, en el debido ensamblaje de los roles respectivos que la familia, la escuela, el trabajo, las organizaciones políticas y sociales, el arte, la cultura y la universidad.
...