ACOSO Y HOSTIGAMIENTO SEXUAL A MUJERES POLICÍAS EN SU ÁMBITO LABORAL [a]Y DURANTE SUS ACTIVIDADES DE DETENCIÓN [b]EN CIUDAD JUÁREZ, CHIHUAHUA. 2013-2016.
Enviado por alexarre • 25 de Enero de 2017 • Práctica o problema • 4.995 Palabras (20 Páginas) • 368 Visitas
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MAESTRÍA EN ACCIÓN PÚBLICA Y DESARROLLO SOCIAL
(2016-2018)
PROTOCOLO DE INVESTIGACIÓN
ACOSO Y HOSTIGAMIENTO SEXUAL A MUJERES POLICÍAS EN SU ÁMBITO LABORAL [a]Y DURANTE SUS ACTIVIDADES DE DETENCIÓN [b]EN CIUDAD JUÁREZ, CHIHUAHUA. 2013-2016.
HUGO MARTINEZ OCHOA
Directora de tesis:
DRA. JULIA ESTELA MONÁRREZ FRAGOSO[c]
Ciudad Juárez, Chihuahua 10 enero 2017.
TÍTULO
Acoso y hostigamiento sexual a mujeres policías en su ámbito laboral y durante sus actividades de detención en Ciudad Juárez, Chihuahua. 2013-2016.
INTRODUCCIÓN
“Yo soy policía ya desde hace 3 años, aproximadamente del 2013 para acá. Me han tocado muchas cosas muy fuertes, entre ellas no solo aguantar borrachos cuando nos los llevamos en la patrulla. Sino también, que nuestros jefes nos piden favores, usted sabe, favores como: “oye hazme un paro, tengo una fiesta y pues quería ir contigo, acompáñame por favor”. Si uno les dice que no, cae bronca. Le cambian los horarios o a veces hasta de compañeros de patrulla. Ya ni una está segura, ni por traer charola” (anónima, Agente Municipal de la Policía de Ciudad Juárez, 2016).
“La neta la Policía es bien bañada, siempre me suben solo por mis tatuajes, una vez me detuvo una mujer de esas policías. Yo no sé porque se atreven si no la arman. Solo porque es mujer, sino le hubiera puesto sus putasos, además, estaba muy buena” (Armando a.k.a Kila, miembro de un barrio en Ciudad Juárez, 2016).
Debido a dichas charlas, a mediados del 2016, me hicieron reflexionar sobre el acoso sexual y el hostigamiento sexual, en relación con las mujeres policías. Por acoso sexual, entiéndase la forma de violencia con connotación lasciva, en la cual no existe el ejercicio de la subordinación, sin embargo, existe un ejercicio abusivo de poder que conlleva a un estado de indefensión y riesgo para quien las recibe, sin importar que se realice en una ocasión o reiteradamente[d]. Y por hostigamiento sexual, el ejercicio de poder, en una relación subordinada real hacia quien la recibe, frente al agresor, ya sea en el ámbito laboral y/o escolar. Se expresa mediante conductas verbales y/o físicas, en relación con la sexualidad de connotación lasciva (Diario Oficial de la Federación, 2016).
Por otra parte, el acoso sexual y el hostigamiento sexual, han sido normalizadas por la sociedad, así como también en las mujeres, pues, existe la no identificación como tal, más allá de la molestia que les genera, así como las consecuencias psicológicas (Guerrero, Gutiérrez y Portas 2015). Así mismo, la relevancia de mi tema, radica en conocer cómo las mujeres de la Secretaría de seguridad pública municipal, perciben el acoso sexual y el hostigamiento sexual. A su vez, indagar en sí han sido vulneradas por medio de estas dos conductas sexistas, que generan malestares, cuyas formas más extremas corresponderían a los intentos de violación sexual (Guerrero, Gutiérrez y Portas, 2015), en México, se hace visible la problemática social al brindar protección en nuestra Constitución Mexicana, la cual expone lo siguiente: “todas las personas gozarán de los derechos humanos, así como de las garantías para su protección”.[e] Hay que mencionar además, que en un apartado del mismo artículo, se considera que “todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos”. Debido a lo anterior, hacer visibles las dinámicas e interacciones en instituciones públicas me parece necesario. Haciendo hincapié en la SSPM[1], debido a que se encarga de brindar la protección a las ciudadanas/nos, desde el ámbito de la prevención. [f](Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, XXI edición, 2016, pp.13).
En lo personal, considero simbólico hacer esta investigación, porque me ha marcado de forma indirecta el acoso sexual y el hostigamiento sexual dirigido hacia las mujeres, porque veo de manera tangible las desigualdades, porque quiero sumarme al activismo, porque quiero hacer acción pública. Se debe de agregar que, el aporte de la investigación, será comprender más claramente cómo perciben las mujeres policías municipales el acoso sexual y el hostigamiento sexual, a su vez buscar el esclarecimiento de dicho fenómeno y describir sí ha existido vulneración por parte de estas dos violencias de género (Quivy y Van, 2005).
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Para la abogada Estefanía Vela, la violencia es algo que todos señalamos, que todos condenamos. Pero cuando discutimos sobre violencia contra las mujeres, lo más común que encontramos es la objeción de dicha violencia, tratando de justificarla. No existe un espacio que sea seguro para las mujeres, tampoco un momento en sus vidas que no se encuentre marcado por el acoso y la violencia de género. El acoso se encuentra presente en casa, escuela, trabajo y calle. En ocasiones, por medio de la cultura sexista, “la violencia que se denuncia…no pasó”, “o si bien se estima que fue violencia, se considera de cualquier forma responsabilidad de la víctima” o “si es violencia y es grave, pero hay otras igual o más importantes”. Mucha de la violencia que viven las mujeres ocurre ahí donde lo público no llega, ahí donde habitan sus vidas con sus padres, tíos, parejas o jefes. (Vela, 2016). A su vez, menciona Fraser (1997) “el acoso sexual no es sólo una cuestión de dominación de género y racial, sino también de clase y posición social”. El efecto de su práctica es preservar el control social o de clase. Por lo tanto, el acoso sexual, en la estructura laboral o escolar o demás esferas sociales, funciona en el marco de la preservación del control. Fraser define al acoso horizontal, en el cual, los compañeros de trabajo masculinos acosan a sus compañeras mujeres, más allá de que no exista una formalidad de que las compañeras mujeres se encuentren bajo su autoridad, es decir, son iguales en posición laboral. Este tipo de acoso se encuentra en ocupaciones dominadas fuertemente por los hombres y formadas a través de la masculinización. Tales como podrían ser trabajadores de construcciones, bomberos y servicio militar. Además, se menciona también el acoso vertical, el cual involucra el acoso de un subordinado por parte de su superior jerárquico, teniendo presencia también en ocupaciones dominadas por la masculinización (Fraser, 1997). En cuanto a la referencia de la Doctora Nancy Fraser, sobre las organizaciones de formación cultural masculinizada, en el aspecto particular del servicio militar, recae hacia las instituciones tales como: la policía, la marina, y el ejército militar. Hay que mencionar, además que, la investigadora Sonia Martínez Frías en el 2012, menciona que dos de las formas de violencia que sufren las mujeres en el ámbito laboral es el hostigamiento y acoso sexual. El cual se puede ver como una conducta tolerada, sobre la que existe escaso debate por parte de la opinión pública. Es necesario recalcar que, de acuerdo con la estadística ENDIREH del 2011, (citado por Martínez Frías) el 3.6% de las mujeres han sido objeto de acoso sexual en el ámbito laboral alguna vez en su vida (haciendo hincapié en que sólo el 72.4% de las mujeres que representan el estudio ha trabajado fuera del hogar en alguna ocasión a lo largo de su vida). Así también, considera Frías, que los porcentajes pueden parecer reducidos, sin embargo, puede estimarse que más de un millón y medio de mujeres habría sido víctima de acoso sexual u hostigamiento alguna vez en su vida. Pudiendo afectar de una perspectiva aproximada cerca de 384 mil mujeres (Martínez, 2012).
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