Ayotzinapa, no es un caso más

Ayotzinapa, no es un caso más.

Introducción

               Al hablar de Ayotzinapa estamos hablando de la materialización más evidente (esto gracias a la lucha social encabezada por las familias de las víctimas) y compleja de la situación que se vive día a día en México, en referencia a la violencia, filtración de grupos delictivos en el sistema político, continuas violaciones de derechos humanos, causadas entre otras cosas por la total ausencia de un sistema judicial eficiente. Sin embargo, lo que se busca en este ensayo es aclarar los puntos y particularidades que diferencian este caso de los muchos otros.

              El análisis de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa requiere de una extensa investigación de un gran número de actores involucrados, es decir actores individuales como el entonces presidente municipal de Iguala José Luis Abarca, el gobernador de Guerrero Ángel Aguirre, el mismo presidente Enrique Peña Nieto, el entonces procurador Jesús Murillo Karam, entre otros. Por otro lado del papel de las instituciones formales, como la Procuraduría General de República, el ejército mexicano, los diversos niveles de administración política, es decir el gobierno municipal, estatal y federal. Incluso podrían verse involucradas la élites de poder estadounidenses que promovieron el inicio de la lucha contra el narcotráfico por medio de la llamada Iniciativa Mérida, que en este ensayo se considera como el evento detonante o por lo menos que acentuó la deplorable situación que se vive hasta la actualidad. Teniendo en cuenta que dicha iniciativa presenta claros beneficiados, como compañías armamentistas de Estados Unidos ya que fue prolongada a pesar del evidente aumento de los índices de violencia, ya no sólo por parte de los grupos del crimen organizado, sino también por parte del mismo ejército mexicano, que incurrió en mayor medida desde entonces en descaradas violaciones a los derechos inalienables de la ciudadanía mexicana.

                 En este ensayo se tendrá un enfoque en tres actores, el Estado (incluyendo el aparato policial y militar), el crimen organizado y la sociedad civil.

                La estructura del ensayo es la siguiente: en la primera parte se presentará una breve descripción del origen y situación actual de las escuelas normales rurales, para entender por qué fueron específicamente estos jóvenes las víctimas de la desaparición forzada, de manera que sea comprensible por qué no estamos hablando de un hecho aislado o de un caso más de violencia cuyo actor principal es el crimen organizado, como ya se mencionó, la realidad es mucho más compleja que eso, incluye aspectos no sólo económicos, sino políticos e ideológicos.

                En la segunda parte del ensayo se analizará el papel del Estado en este caso de desaparición forzada y la importancia e influencia de los medios de comunicación en la producción del debate de la sociedad civil en torno a estos temas de violencia, lo cual se explicará más adelante. Finalmente se presentará la conclusión general del emblemático caso de Ayotzinapa.

Las escuelas Normales Rurales, ¿Qué tiene el gobierno en contra de estas instituciones?

           “Desgraciados los pueblos donde la juventud no haga temblar al mundo y los estudiantes se mantengan sumisos ante el tirano” (Lucio Cabañas), frase plasmada en uno de los muros de la escuela normal rural de Ayotzinapa Isidro Burgos.

           La frase anterior denota claramente la ideología y el comportamiento de los estudiantes de la escuelas rurales alrededor del país, debemos entender que las escuelas normales rurales representan mucho más que solo centros para la capacitación de maestros, son lugares donde se reúnen jóvenes consientes de los grandes problemas de México, que por el entorno de pobreza en el que viven, al igual que la mitad de los mexicanos, son jóvenes olvidados por la sociedad que radica en las zonas urbanas y continuamente son reprimidos por el gobierno simplemente por tener una consciencia, la cual les permite tener la capacidad de cuestionar al sistema y exigir sus derechos.

            La represión y violencia hacia estas instituciones no es algo que inició el 26 Septiembre de 2014, sino que ya es una situación común el ataque del gobierno por medios tanto institucionales como violentos, por lo que conviene hacer un repaso histórico muy breve con el objetivo de comprender y enriquecer el debate en torno a este tema.

            Las escuelas normales rurales tienen su origen en las escuelas normales regionales y las escuelas centrales agrícolas, que buscaban capacitar maestros en el proceso alfabetizador al tiempo que se introducían nuevas técnicas de agricultura para fortalecer el campo, como parte del proyecto de alfabetización y desarrollo comunitario, todo esto fue parte del proyecto callista.

              A partir de 1926 se fue reduciendo el apoyo gubernamental, sin embargo Lázaro Cárdenas retomo el proyecto dándole un gran apoyo, no es difícil concluir que estas escuelas estaban basadas en una ideología socialista y nacionalista que permeó en el país durante el cardenismo y que al menos dentro de estos espacios (las normales rurales) continua siendo el socialismo la base de su ideología, tal como corroboran los murales de personajes como Carlos Marx, Ernesto “Che” Guevara plasmados en sus muros. De igual manera fueron fundadas en el discurso revolucionario de “justicia social”.

            Después de Lázaro Cárdenas comienzan las tensiones entre el gobierno y las escuelas normales rurales, en 1940 fueron clausuradas muchas de estas escuelas debido a las reformas en la educación que las consideraban obsoletas,  lo que provocó manifestaciones y huelgas. Recordemos que estas escuelas abarcaban más que sólo preparar maestros, exigían el reparto de tierras, plazas para egresados, uso de agua, apoyo al campo entre otras cosas que las distanció de los gobiernos locales.

          Cabe resaltar el sexenio de Ávila Camacho, quien aplico una política “libre de comunistas” en el sistema educativo afectando a las escuelas normales rurales, causando más conflictos entre estas y las autoridades locales.

           A partir de entonces el Estado se ha dedicado a criminalizar las Normales rurales, directamente, por complicidad u omisión, con miras a inhibir la protesta de estos actores sociales, activos en el sistema político.

           La búsqueda de la desaparición de éstas escuelas por parte del gobierno responde también al afán del sistema educativo de formar técnicos o mano de obra y no persones pensantes consientes de cómo funciona el mundo y como mejorar las condiciones de la sociedad, por lo que se han dado reformas con el fin de desaparecerlas desde 1945.

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