Ley Laboral

Una nueva ley laboral, 
más moderna e incluyente

El objetivo que debe regir la discusión de la reforma laboral es tener una legislación que privilegie la productividad. La iniciativa preferente que se discute va en esa dirección.

El pasado 11 de septiembre, el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría y el Presidente Electo de México, Enrique Peña Nieto firmaron una declaración de intenciones para establecer una cooperación estratégica entre la OCDE y el nuevo gobierno. En aquel evento, el secretario general Gurría mencionó: “La iniciativa de reforma laboral propuesta por parte del Ejecutivo es una muy buena noticia. Confiamos en que, con el debate legislativo, se fortalezca la iniciativa y no se diluya”.

En estos días, en mi calidad de representante en México de la OCDE, he presentado a diversas audiencias el documento “México: Mejores políticas para un desarrollo incluyente” que entregó el Secretario General al Presidente electo. Apenas la semana pasada, presenté en Chihuahua la gráfica que acompaña a este artículo, en alusión a la reforma laboral. Ahí, entendieron muy bien de qué se trata la reforma laboral pues, siendo el estado más grande del país, tienen un tercio de la frontera entre el primer país de la gráfica (Estados Unidos) y el último (México). “El interés tiene pies”, dice el refrán: si la gasolina es más barata en México que en Estados Unidos, la gente de allá se cruza acá para cargar. Y, si la ropa es mejor y mas barata allá, la gente de acá hace lo propio.

Con el tema laboral es similar: a los millones de paisanos que se han cruzado al país vecino, cargados de pragmatismo más que de ideología, no los ha detenido el hecho de que Estados Unidos es el país con la mayor flexibilidad laboral del mundo; de hecho, por el contrario: se van porque allá encuentran lo que buscan, empleo, y lo hallan porque donde hay mayor flexibilidad laboral (menores costos de contratación y de despido) hay mayores incentivos para las empresas para generar empleos y mayores incentivos para que los empleados se esfuercen en hacer un mejor trabajo, es decir, que sean más productivos. Por eso -entre otros factores- un ingeniero en Estados Unidos tiene una productividad 10 veces mayor (200,000 contra 20,000 dólares) que uno de América Latina y un obrero -¿migrante, por qué no?- tiene una productividad cinco veces mayor (90,000 contra 18,000 dólares) del lado norte que del lado sur. (OCDE, “Latin American Economic Outlook, 2012”).

Sí, como afirma la OCDE -y cientos de economistas respetados-, la baja productividad es la principal causa de la brecha de ingresos entre México y los países de la organización, entonces, la reforma laboral -que es una de las que más puede incidir en la productividad- es una de las más importantes reformas.

La iniciativa de reforma laboral que, en su carácter de preferente, se encuentra en discusión

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