Educacion Basada En Competencias

Tema de reflexión

Ensayo sobre la evaluación de la educación

basada en competencia

José Antonio Toledo García,1 Omar Fernando Ramírez de la Roche,1 José Rubén Quiroz Pérez1

A partir de los años noventa, se han manifestado una serie de preocupaciones por parte de las autoridades y

profesores del Departamento de Medicina Familiar, para evaluar el desempeño académico de los residentes en

la especialidad de Medicina Familiar de la Universidad Nacional Autónoma de México, tanto en los aspectos

teóricos como en la práctica, porque se ha evidenciado una disociación de estos dos parámetros que han

impedido una evaluación integral y por consiguiente no se ha podido medir el nivel real del aprendizaje en los

residentes que es tan exigible en estos tiempos, donde los principales problemas que persisten en muchos

esquemas educativos tienen su origen en una débil interpretación de las necesidades de los usuarios, que

exigen un alto conocimiento teórico, así como de las habilidades y destrezas por los médicos que los atienden.

Es por esto que nos hemos dado a la tarea de hacer dos observaciones pertinentes.

1. El primer ángulo del problema nos remite a la práctica de las evaluaciones del aprendizaje, que aun cuando

no son muy variadas respecto a los instrumentos en que se basan, sí lo son en cuanto a los criterios de

clasificación que utilizan. Sin embargo, hay un factor importante que debe considerarse respecto a la

relación entre lo que se aprende en las aulas y lo que se necesita en el lugar de trabajo: lo que pudo ser

incorporado en las estrategias de enseñanza y que se omite en la preparación de los médicos en formación.

Por ello la oferta educativa debe organizar sus servicios de manera que sean integrales, de calidad, y

pertinentes con los requerimientos de la población que solicite sus servicios.

2. Los cambios geopolíticos experimentados durante las décadas pasadas en la esfera mundial, han implicado

la reorganización en la educación médica, en diversos países, así como la incorporación de las diferentes

tecnologías, fundamentalmente las basadas en información y comunicación, en donde los profesionales no

tenían manera de utilizar este recurso que ha impactado de manera heterogénea a cada uno de los países

con economías emergentes.

Sin embargo, es de observar también que en la sociedad mexicana está gestándose un cambio de actitud,

tendiente a reconocer que la educación tecnológica nos abre un panorama en el que puede integrarse el

conocimiento de manera más actualizada y homogénea con respecto al mundo globalizado, lo que facilitaría

una educación continua, indispensable para ofrecer una calidad científica, sin disociar la teoría de la práctica;

la conjunción de ambas características permite proponer una noción de competencia, entendida como la

expresión concreta de los recursos que pone en juego el médico cuando lleva a cabo una actividad, y que pone

énfasis en el uso o manejo que el sujeto debe hacer del conocimiento teórico.

En los programas de licenciatura en medicina, así como en las especialidades médicas, los sistemas de

evaluación se basan en la exploración de la información que el alumno pueda recordar. De esta forma se han

implementado exámenes escritos a partir de casos clínicos con respuestas de opciones múltiples, que son

diseñados con base en objetivos y contenidos temáticos especificados en programas académicos. Esto se ha

realizado porque los métodos educativos han facilitado este tipo de evaluación, y están dirigidos a grandes

contingentes de alumnos, pero pretender que con esta técnica se pueda evaluar la competencia clínica del

alumno, es muy atrevido, ya que seguimos disociando la práctica de la teoría.

No es lo mismo evaluar un objeto que se produce, que la actitud que se puede tener para la producción de

este objeto; no obstante, se realiza la evaluación tradicional, en la que se diseña un banco de casos clínicos por

temas, se aplica, sus resultados se cuantifican, para que finalmente, sólo reflejen el conocimiento y la

memoria del alumno.

Existe una transición educativa desde la segunda mitad del siglo XX que nos obliga a mejorar nuestra

evaluación, así como adaptarnos a los diferentes modelos educativos, porque si no existe esta adaptación del

método educativo con la evaluación, no podremos darnos cuenta del rendimiento académico de los alumnos;

o bien no sería justo, ya que esta discrepancia, nos llevaría a obtener resultados no confiables y que

lógicamente pondría entre dicho el aprendizaje médico del estudiante.

Actualmente se han empezado a incorporar al curriculum otros principios centrados en el aprendizaje que

integra conceptos, procedimientos, actitudes y destrezas motoras que ofrecen las nuevas posibilidades

didácticas. Esto nos lleva a proponer un sistema de evaluación en la que el alumno demuestre el desarrollo de

sus capacidades teóricas y prácticas, teniendo como objetivo no sólo la medición de resultados, ya que en el

campo de la salud, hemos de poner en duda la pertinencia y precisión

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