El Niño Y La Naturaleza.
Enviado por yurieli • 23 de Junio de 2014 • 3.852 Palabras (16 Páginas) • 341 Visitas
LECTURA:
NOSOTROS Y EL AMBIENTE QUE
NOS RODEA
Para un niño, “conocer la naturaleza” habla de los animales y de las plantas, reconocerse como individuo vivo y reconocer en los demás las mismas características propias de ser viviente, sentirse parte de un sistema del que también otros forman parte, pueden responder a una necesidad mucho más profunda que la de adquirir unas simples nociones de biología. Es importante que también que en la educación escolar estas exigencias, no siempre experimentadas en el nivel consiente puedan salir a la luz y encontrar una serie formal de palabras mediante la que expresan hasta constituir la “base de un modo de pensar biológico” que pueda representar para cada uno una guía importante con el fin de formar el propio sistema general de conocimientos.
Para nosotros los enseñantes, es importante saber si los jóvenes tienen ya sobre este tema modelos interpretativos los que hacer referencia, de los que servirse eventualmente como base para desarrollar generalizaciones sucesivas: es útil, pues apartir de la discusión sobre experiencias comunes que todos hayamos sentido, de las que los jóvenes ya posean una elaboración cognitiva, o bien de experiencias adquiridas y discutidas. Poco a poco construimos el modelo explícito de nosotros mismos de como individuos vivos que somos conscientes de las cosas, que reaccionan ante las cosas, que comunican e intercambian materiales con el exterior, que tienen necesidad de un “entorno” para sentirse bien. Comenzamos a pensar en nuestro “ambiente” como en algo tan fundamental para nuestro modo de vivir que tenemos la sensación de llevarlo siempre con nosotros.
Discutiendo con los jóvenes sobre las cosas que sirven para comprender y descubrir cosas del mundo exterior, es inevitable hablar de los instrumentos que el hombre construye, sobre todo de aquellos que mejoran las capacidades de sus sentidos: aquellos para ampliar las cosas demasiado pequeñas o para ver cosas demasiado lejanas; aquellos para manipular objetos demasiado pequeños o demasiado grandes; aquellos para recibir señales que de otro modo no se podían oir; aquellos para comprender que sucede en nuestro cuerpo…
Los jóvenes conocen también la existencia de instrumentales de ciencia ficción y futurista, y no siempre saben distinguir la realidad de la fantasía: algunos confían en que disponiendo de los instrumentos adecuados, se podría comprender o hacer todo, atribuyéndoles en cuanto tales un poder ilimitado; otros valoran la inventiva del hombre como creador y constructor de instrumentos milagrosos o casi mágicos; y es difícil comprender donde imagina el niño las fronteras de las posibilidades reales del hombre y de su efectivo control del mundo a través de la tecnología.
Esta capacidad de conjunto de establecer relaciones cognitivas en muchos niveles con el mundoexterior nos permite, por un lado definir cada vez mejor nuestra identidad y nuestra posibilidad de comprender, de expresarnos con palabras, de interpretar el mundo; y por el otro, de definir simultáneamente el otro.
Como primera conclusión de tantas discusiones vemos, pues, que se toma conocimiento de uno mismo, de muchos y distintos modos: se puede mirar el propio interior, tener conciencia del propio cuerpo como de un conjunto de estructuras que funcionan; podemos mirarnos como individuos, es decir, como personas particulares y globales, como una historia definida, con experiencia propias, con gustos propios, un modo de comportamiento en relación a un exterior total, aun mas, podemos mirarnos como hombres entre los hombres, evidenciando ya esta vez las propias características, es decir, las cosas que en cada uno son distintas, sino aquello que es común entre los otros, vistos a su vez como hombres en el mundo.
Estos tres niveles de conciencia no son muy distintos entre sí; por ejemplo, al hablar de uno mismo, los tres planos se entrelazan también dentro de las mismas frases que se usan, y a menudo, en un mismo discurso, se cambia insensiblemente de punto de vista: contemplándonos de manera alternativa como observadores de las propias funciones internas o, como individuos particulares, o como ejemplares de la especie humana.
De este modo, se puede llegar desde las observaciones particulares a la construcción de un “conocimiento común a la clase”; a la “identificación con las reglas generales” que en cuanto tales son esquemáticamente producidas por los libros y propuestas por los enseñantes como resumen de las experiencias de todos los hombres.
Lo que nos ha permitido estas conclusiones ha sido, pues, darnos cuenta de que estamos, de todos modos, inmersos en un ambiente y que no podemos vivir sin mantener relaciones con el exterior; advertir que este estar inmersos se particulariza en diferentes niveles que pueden ponerse en evidencia de uno en uno y distinguirse poco a poco de las sensaciones de interacción total, comprender que la búsqueda de “reglas objetivas” con las que conocer el mundo forma parte de nuestro modo de estar inmersos en él y de establecer relaciones de manera cada vez más conscientes.
LECTURA:
FORMAS DE RELACION CON EL
ENTORNO
Las formas de relación del hombre con su entorno podrían resumirse en tres tipos esenciales: la correspondiente a la esfera de lo emotivo, la propia de los procesos productivos y la ligada a los aspectos cognoscitivos.
En relación con los aspectos cognoscitivos se puede elaborar todo un catálogo de los diversos intentos de conocer la realidad, sometidos siempre a un doble condicionamiento cultural biológico.
Esta actividad científica se engloba en el ámbito que denominamos ciencia, concepto que incluye múltiples aspectos: un conjunto de conocimientos agrupados en modelos teóricos que intentan explicar la realidad, un método de investigación unitario basado en la observación, y en la experimentación con la exigencia de la contratación de toda hipótesis, una institución social que comprende comunidad de científicos y un conjunto de normas y hábitos característicos de cada momento histórico, una tradición acumulativa de conocimientos base para la manipulación del medio.
De todas las relaciones cognoscitivas con el medio ,es la investigación científica la que presenta un mayor grado de desantropomorfizacion y una más acusada tendencia al conocimiento objetivo del entorno.
En relación con la esfera de lo emotivo y de lo lúdico se constata una tradición de uso del medio como fuente de placer , como bien se aprecia en la literatura y en el
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