Las Siete Lamparas De La Arquitectura
gansitobmx29 de Mayo de 2014
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INDICE:
JOHN RUSKIN………………………………..1
ANTECEDENTES……………………………..2
LA LAMPARA DEL SACRIFICIO…………3
LA LAMPARA DE LA VERDAD…………..4
LA LAMPARA DEL PODER………………..5
LA LAMPARA DE LA BELLEZA……………6
LA LAMPARA DE LA VIDA…………………7
LA LAMPARA DE LA HUMILDAD……….8
LA LAMPARA DE LA MEMORIA…………9
CONCLUSIONES…………………...10
JOHN RUSKIN
John Ruskin (Londres, 8 de febrero de 1819 - Brantwood, 20 de enero de 1900) fue un escritor, crítico de arte y sociólogobritánico, uno de los grandes maestros de la prosa inglesa. Influyó notablemente en Mahatma Gandhi. Abogó por un socialismo cristiano
Ruskin era hijo de un rico comerciante de vinos, uno de los promotores de la constitución de la compañía Ruskin, Telford y Domecq. Se crio en South London y viajó mucho por Europa durante su juventud. Con su trabajo influyó notablemente en los gustos de los intelectuales victorianos. Entre sus amistades personales se contaba la familia de Robert Baden-Powell, a quien enseñó y vio crecer.
En 1837 ingresó en Oxford, ganó un importante premio con su poema «Salsette and Elephanta» en 1839 y se graduó en 1842. En 1843 apareció el primer volumen de «Modern Painters, by a Graduate of Oxford», en el que Ruskin sostenía la superioridad de los paisajistas modernos sobre los viejos maestros. Sucesivos volúmenes dilataron el tema hasta convertir la obra en un amplio tratado acerca de los principios que debían constituir los fundamentos del arte, lo que contribuyó a consolidar su prestigio como esteta y crítico de arte. En tanto que aplicó consideraciones parecidas a otro dominio del arte en sus «Seven Lamps of Architecture» (1849) y sus «Stones of Venice» (1851-1853), obras que analizan la importancia religiosa, moral, económica y política de la arquitectura doméstica
ANTECEDENTES
La obra de Ruskin destaca por la excelencia de su estilo. Rebelándose contra el entumecimiento estético y los perniciosos efectos sociales de la Revolución industrial, formuló la teoría de que el arte, esencialmente espiritual, alcanzó su cenit en elGótico de finales de la Edad Media, un estilo de inspiración religiosa y ardor moral.
Su idea de belleza posee una doble naturaleza: la belleza abstracta de las cosas, sin ninguna consideración más que la forma, y la que se puede reconocer tras un proceso de elaboración y trabajo paciente del artista en la obra (de ahí su gran admiración por Fra Angélico).
El espectro de temas abarcado por Ruskin fue muy amplio. Escribió más de 250 obras que empezaron en la historia y crítica del arte, pero que terminaron en materias tan variadas como la ciencia, geología, crítica literaria, ornitología, los efectos de la polución sobre el medio ambiente o mitología. Después de su muerte, sus obras fueron recogidas en una extensa colección, llevada a cabo por sus amigos Edward Cook y Alexander Wedderburn en 1912. Solo un índice así de extenso es capaz de reflejar la amplitud e interconexión de todos sus pensamientos.
• Pintores modernos (1843-1860). Su primera obra, concebida en defensa del paisajismo de Turner.
• Las siete lámparas de la arquitectura (1849). Su obra fundamental, donde desarrolla sus ideas estéticas.
• Las piedras de Venecia (1851-1853). Obra escrita tras sus estancia en Venecia, también exponente de sus ideas estéticas, así como de su visión sobre el Gótico.
• Conferencias sobre la arquitectura y la pintura (1853).
• Economía política del arte (1857).
• Dos caminos (1859).
• Unto this last (1860-1962). Obra que influenció a M. Gandhi.
• Sésamo y lirios (1865).
• La moral del polvo (1866).
• La corona de olivo silvestre (1866).
• Fors Clavigera (1871-1887). Cartas a los obreros ingleses.
• La Biblia de Amiens (1880-1885).
• Praeterita (1885-1889). Biografía inacabada.
LA LAMPARA DEL SACRIFICIO
Para Ruskin la arquitectura es el arte que dispone y adorna las construcciones.
“Esta lámpara ha de iluminar el esfuerzo extremo empleado en la construcción de elaborados ornamentos, que importa en la arquitectura más aún que el resultado final.
No se trata de cuanto es lo que haremos, sino como lo haremos, esto es que, debemos concentrarnos en hacer bien las cosas y no pensar tanto en cuanto nos costara; para tener un buen proyecto no se trata de gastar demasiado capital sino de saber cómo hacerlo, por ejemplo no se tiene que llenar de capiteles de piedra maciza y gastar en el mejor escultor, o por el contrario, hacerlos todos pero con materiales y manos de obra baratos y sin ninguna experiencia, sino de hacer unos solo pero hacerlo lucir, con buena mano de obra y buen material. Nuestra obligación como arquitectos es saber mediar y si tenemos algo bueno, por muy poca cosa que sea, hacerla lucir. “es mejor una obra inconclusa que mal terminada…”
Tenemos que evitar ver las cosas como “trabajo extra”, más bien tendríamos que tomarlo como un medio para evitar quedar decepcionado de lo que resulto de nuestro trabajo.
Cuando hablamos de la ornamentación nos podemos dar cuenta que en algunos casos es muy sobrecargada y nos damos cuenta que cuando es buena, no necesita estarlo, lo está solo cuando es mala. No necesariamente por estar bien cargada la decoración llama más la atención de la que no lo está, al contrario, la obra que no esta tan recargada es porque tiene algo más valioso que mostrar, esto es, puede prescindir de ella, esa es realmente el buen diseño.
LA LAMPARA DE LA VERDAD
Las mentiras arquitectónicas se pueden dividir en tres categorías:
1. la insinuación de un tipo de estructura o soporte que no es el verdadero; como en los medallones de las techumbres del gótico tardío.
2. pintar superficies para representar un material que no es el que en realidad hay (como la marmoración de la madera), o la representación engañosa de ornamentos esculpidos sobre ellos
3. el empleo de ornamentos de cualquier tipo, hecho a máquina o moldeados.
Ya todo está dado, desde la arquitectura de los cuerpos de los animales, por dios, como la los elementos de la arquitectura en cuanto a edificaciones ya que por algo dios hace las cosas y él no se equivoca. No tenemos que partirnos la cabeza intentando mejorar lo básico lo da la naturaleza y eso ya está dado.
Conforme a las superficies también podemos citar un engaño muy recurrente, como lo es el pintado de madera para representar el mármol, esto esta simplemente hecho con la intención de engañar, y es lo que debemos evitar sabiendo donde empieza o acaba siendo engaño. No siempre cubrir las superficies es ilícito sino que hay casos en donde se puede permitir como por ejemplo en una pared de ladrillo se puede recubrir con estuco para pintar un fresco o algo por el estilo, esto, es sin duda totalmente lícito.
Se debe tomar en cuenta que no es lo primordial utilizar colores o elementos llamativos en una edificación ya que lo que realmente da el crédito es que con el tiempo, todas esas cosas se acaban y dejan al descubierto lo que es por dentro, el material simple y llano con el que se estructuro, por eso este libro menciona que el verdadero color de la arquitectura es la piedra natural, ya que esta jamás se deslavara, es simplemente mas duradera.
LA LAMPARA DEL PODER
Dependiendo desde que punto ves los estilos que nos han precedido en arquitectura, la primera es basada en la delicadeza y preciosismo a la cual regresamos porque nos atrae afectuosamente, y la otra tanto por majestuosidad como por misteriosa por la que sentimos el poder espiritual que nos guía hacia ella como la belleza más pura y solemne.
Para poder entender la magnitud del edificio hay que pretender ver todo a un tiempo, limitarlo así pues por líneas continuas.
Según el libro el cuadrado y el círculo son las superficies de poder más significativas entre las limitadas por líneas o curvas respectivamente, o ya sea que en volúmenes se les conoce como cubo y esfera.
Cuando hablamos de órdenes arquitectónicas podemos notar que las columnas, tanto prismáticas como cilíndricas, son los elementos más representativos conforme a poder se trata.
Para poder darle presencia a un edificio por más insignificante que sea, se le tiene que dar un toque de gracia, como lo sería la mampostería por ejemplo, entre más atrevida mejor a los ojos del observador. Así como también darle importancia a los claros y oscuros, la luz también puede ayudar a mejorar el aspecto a una edificación, la tarea del arquitecto es jugar con la idea de llevar la luz y obscuridad, más sin embargo cuidando la proporción, ya que hay que tomar en cuenta que hay horas del día que hay demasiada luz y en la tarde demasiada oscuridad; intentar mediar entre estos aspectos hará tu obra un poco más interesante.
“… no importa cuán toscos, cuan ordinarios sean los medios que proporcionen peso
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