Apologia de.....

Apología de Sócrates
Narrativa

                                                                  Dye Stephanie Roldán Domínguez
                                                                 Salón 303 1E
                                                                 Ciencias Políticas- Rubén Portillo Arroyo

Apología de Sócrates                                                                   

Le presento mi narrativa de lo que entendí del libro Apología de Sócrates, en el texto que leerá a continuación notará lo que comprendí, analicé, imaginé y viví  –Porque de alguna manera eso es leer– . En esta narración encontrará mi opinión, citas a Sócrates y una breve introducción de La Apología de Sócrates, esperando que sea de su entera satisfacción o de igual importancia de su entera atención. Cabe mencionar que para mí fue un honor y un gusto haber tenido la dicha de leer este libro y de comprenderlo de tal manera que hice esta narrativa, ahora que se un poco más me gustaría compartirlo con ustedes para que de igual manera se sientan como yo lo hago.

Diálogos I – Apología de Sócrates
Breve introducción:

Sócrates, se decía, era un hombre peligroso, que intentaba penetrar los misterios del cielo y de la tierra, que tenía la maña de hacer buena la peor causa y que enseñaba públicamente el secreto, también acusado de corromper a los menores y de creer en los demonios es juzgado quedando así, su apología.

Dicen que el hombre más sabio es aquel que no sabe nada o casi nada, a pesar de aprender cada día –El conocimiento es infinito–.

¿De qué me sirve a mí engalanarme vociferando que se dé todo conocimiento existente, si cuando me pregunten sobre ello –en mi inmensa vergüenza– no conteste nada?

Siempre en la vida va a existir gente envidiosa y egocéntrica que no conforme con hacer su propio mal busque hacer el mal en otros, gente sin escrúpulos que al ver la verdad sean tan cobardes que no les importe contra quien vayan y de qué manera lo hagan. La verdad es que sabemos que no sabemos nada como diría Sócrates y que al hacerles notar a las personas que se piensan sabios ya sea por ellos mismos o por los demás, estas personas – Que ya tan elevados están– caen sobre sus rodillas y lo único que les queda para defenderse es incriminar, calumniar y mentir.

De cierta manera, estas personas no son tan culpables por que en muchas ocasiones la sociedad es responsable de ello, si una persona es tan adorada por los demás esta misma persona se lo creerá, creerá que es más que la sociedad en si cuando ni siquiera es más que el mismo. Pero el error esta en ser tan débil y el estar tan desesperado por recibir atención que ellos mismos se dejan manejar por terceros haciéndose más sin pensar que solo se están haciendo daño.

Y si a esto le sumamos que la mayor parte de la sociedad es de esta manera, con gusto optarían por estar a favor con ellos – Con los “altos” –  y en contra de nosotros –Los calumniados–.

Otra cuestión es el mal que conocemos, el mal que se representa de varias maneras, diversos colores y figuras –erróneamente interpretado–, es este mal el que aqueja a las personas y las hace débiles, el mal que no conocen les provoca desvelo, irritación, frustración y temor.

Es torpe temer de los males que con certeza conocemos y sabemos cuan malos son, pero aún más torpe sería huir de los que no conocemos ¿Quién nos asegura que son peores? ¿Y si son mejores?

Sócrates nos enseña a ver la vida desde un punto de vista práctico y hasta bello, que tenemos que hacerle buena cara a todo ¡Hasta a los males! Que nos podemos arriesgar y así vivir y esperar cambios fructíferos.

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