BEBIDAS ENERGIZANTES: PLACER IRRELEVANTE

   BEBIDAS ENERGIZANTES: PLACER IRRELEVANTE

     El presente trabajo es el resultado de la lectura y reflexión de artículos informativos respecto al impacto negativo de las bebidas energizantes en el cuerpo humano. Específicamente, se tendrá en cuenta su repercusión en la etapa de desarrollo físico de las personas, es decir, la adolescencia.

    Son muchas las alertas relacionadas a la mala fama de las bebidas hipertónicas en el sistema nervioso. Tras la promesa de disminuir la fatiga o el agotamiento para un mejor desempeño en el plano deportivo, la posibilidad de obtener un mejor rendimiento en la memoria para rendir un examen e incluso incrementar la resistencia física ante el sueño; los energizantes han resultado ser altamente adictivos y perjudiciales para la salud en su consumo excesivo.

    Estas bebidas por demás de estimulantes, están compuestas principalmente por cafeína, varias vitaminas innecesarias en cantidades ridículamente menores, carbohidratos, y otras sustancias naturales orgánicas como la taurina y el ginseng. Su principal efecto es suprimir la sensación de agotamiento, cansancio o sueño actuando directamente en el sistema nervioso central, potenciando las sensaciones de bienestar y concentración. Por lo tanto, se puede deducir que no anula la fatiga ni hace que una persona sea más rápido o inteligente, simplemente ralentiza o inhibe por un período breve de tiempo estos efectos de decaimiento.

     La OMS ha publicado diversos estudios sosteniendo que el uso de estos estimulantes provoca adicción además de otras consecuencias dañinas para la salud integral. Puesto que un gran público consumidor de estas bebidas son los jóvenes, la iniciativa es alertar sobre los advenimientos de uso prolongado, considerando que este segmento suma a los efectos de la cafeína, base de estas bebidas, los que produce el alcohol.

     Es popular entre los jóvenes que buscan “nuevas experiencias”, la combinación de un energizante y el alcohol. Los estudios realizados representan una alarma en base a los resultados que arrojan las estadísticas: una fuerte ingesta de esta mezcla inquietante puede provocar palpitaciones, náuseas, vómitos, convulsiones y, en casos aislados, la muerte. Además, y no es un detalle menor, el alto contenido de azúcares contribuye a un aumento de peso, tendencia a la obesidad, caries y sensibilidad dentaria.

    También el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires declaró oficialmente que el consumo de los energizantes no es beneficioso, acentuando o predisponiendo a  anomalías cardiovasculares, ya que produce una fuerte incidencia sobre la presión arterial y la frecuencia cardíaca.

     Sobran motivos para que esta bebida milagrosa se encuentre en el “ojo del huracán” de la mirada de los dispositivos promotores de la salud. El 68% de los jóvenes recurre a estas bebidas aunque más no sea esporádicamente, para lograr obtener energía, concepto engañoso pues lo que aportan en realidad,  es una dosis  significativa de estimulante cafeína.

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