Bioetica : Consentimiento Informado
davidaguirrep3 de Diciembre de 2012
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BIOETICA
El consentimiento informado en Psicoanálisis: la implicación subjetiva y ética del inconsciente.
RESUMEN
El propósito de este trabajo consiste en abordar el concepto de consentimiento informado correspondiente a la bioética clínica y su relación con el psicoanálisis. En el desarrollo se posibilitará una aproximación entre estos dos conceptos, abordando la autonomía desde una mirada bioética, y el concepto de implicación del sujeto del inconsciente en el síntoma a través de la obra de Lacan. En una aproximación se intentará explicitar como el proceso del trabajo analítico conlleva al sujeto a realizar virajes en su destino a través de su derecho de elección.
Palabras clave:
Consentimiento informado, constitución subjetiva, psicodiagnostico, autonomía, implicancia.
ABSTRACT
The purpose of this paper is to approach the concept of informed consent for clinical bioethics and the relations with psychoanalysis. In developing an approach will enable these two concepts, autonomy from a bioethics theory, and the concept of the unconscious subject's involvement in the symptom through the work of Lacan. In an attempt to make explicit approximation as the process of analytic work, carries the subject to make shifts in their destiny through their right of choice.
Keywords:
Informed consent, subjective constitution, psychodiagnostic, autonomy, implication.
Introducción:
La sociedad y la cultura han generado dispositivos que conllevan a una estandarización de respuestas, normas y por ende reguladores de vida. Los dispositivos que han surgido a través de la demanda de un Otro cultural, ordenan los actos que pueden ser prohibidos o que pueden ser aceptados, lo que va del orden de lo posible, al orden de lo imposible, y las condiciones que nos invita a pensar en conflictos y dilemas de lo que sostiene la vida.
Michel Foucault (1978) expone un concepto que él lo llamaría Biopolítica, el sostiene que través del Siglo XVII, se originaron mecanismos por medio de la especie humana, que podrán ser parte de una política, es decir, una estrategia política. Estos dispositivos de control son formalizados desde las sociedades occidentales modernas, tomando en cuenta que los hechos biológicos tenían que ser estandarizados bajo una serie de proposiciones e indicadores de elección. A su vez, esta Biopolítica, no se puede pensar aislada de otro concepto foucaltiano, que se denomina Biopoder, lo define como una práctica de los estados modernos, en explotar numerosas y diversas técnicas para subyugar los cuerpos y por decirlo así, controlar la población. Bajo este estatuto muchas organizaciones principalmente en el área de la salud, dieron cuenta de que en muchas prácticas donde se encontraba como objeto de estudio el sujeto humano, no era responsable de su capacidad de elección tanto de los métodos a utilizarse en su cuerpo, ni del tratamiento que tenía que sostener si padecía alguna malestar. Es en la segunda mitad del siglo XX, donde hubo el resurgimiento de la medicina, descubriendo así nuevas tecnologías que aumentaron el nivel de reproducción y prolongaciones de la vida, pero a su vez, muchas discusiones éticas bajo el hallazgo de grandes experimentos médicos llevados en la Segunda Guerra Mundial donde los médicos del régimen Hitleriano, ubicaban a los sujetos humanos como facilitadores de la ciencia sin importar su capacidad de decisión y el derecho de vida.
Toda esta serie de eventos y producciones de la época, procuró para que se cuestione sobre diversos temas que conllevan a la Bioética, desde la atención especializada, aumento de población, relación medico-paciente, viabilizó que se desarrollara la doctrina moral y legal del consentimiento informado. Por consiguiente todos estos cambios y resurgimientos históricos producidos en estas décadas contribuyeron a cambios en el sistema de salud, como así también cambios políticos, culturales y grupos de defensa de los derechos de los sujetos (Costa, 2008).
Y es bajo estas múltiples razones que surgen los códigos de Ética, donde el “ethos”, como sistema de valores del sujeto, conlleve a principios reguladores y ordenadores de la actividad profesional, ocupando de promover el bienestar de las personas. Desde hace 2000 años (400.A.C) tanto el juramento hipocrático donde señala que “a los pacientes se les evitará toda maldad y daño” hasta los códigos de éticas contemporáneos enfatizando la importancia del cuidado y de los enfermos.
Así mismo el psicoanálisis, con la problemática ética que conlleva sostener un discurso, lejos y fuera del discurso totalitario de la salud organicista, hasta ubicar la transmisión de la practica clínica, a través de supervisiones, seminarios y ateneos donde la “privacidad” del sujeto es expuesta ante un tribunal científico, nos invita a pensar en el consentimiento informado y su relación con el inconsciente actual, donde dispositivos de Biopoder institucional, ejercen una determinación sobre sesiones, terapias y modulaciones de la terapéutica, donde el sujeto tendrá que hacerse cargo de sus decisiones.
Este trabajo está orientado a desarrollar conceptualmente el consentimiento informado y el psicoanálisis, sus alineaciones pero también sus diferencias, en relación a la clínica.
DESARROLLO
El concepto de consentimiento informado, fue un concepto que surgió a través de la época, un concepto que tiene repercusiones tanto en la clínica, como en las problemáticas sociales que se venían presentando. Aunque en la literatura científica médica el concepto de “informed consent” es citado en nueve ocasiones entre 1930 y 1956, pero fue utilizado como tal, por vez primera en la legislación de 1957 en un recurso judicial sobre varias sentencias posteriores de USA, surgiendo en respuesta a los derechos que las clases minoritarias, en este caso, las mujeres, niños, enfermos mentales, y prisioneros demandaban. (Beaucahmp, 1997).
Pero es en el año de 1973, donde aparece el primer caso judicial llamado “Canterbury versus Spence”, donde el juicio apuntaba a un cirujano que había realizado una intervención quirúrgica que resulto la parálisis del paciente. La corte falló en contra del demandante, aludiendo que el médico tiene la obligación de informar acerca de los riegos que una intervención quirúrgica representa. No obstante en la literatura que corresponde a la bioética se refiere al principio de respeto a la autonomía, como fundamento obligatorio de los médicos de obtener un consentimiento informado.
Según Barcia et al (1998), se puede entender como consentimiento informado, al proceso que se proporciona al paciente información relevante para que éste pueda decidir libremente ante cualquier procedimiento diagnostico o terapéutico, y esto remite que exista suficiente información en cantidad y calidad, libertad o en algunos casos voluntariedad y competencia del paciente.
Automáticamente se puede pensar que para que haya un consentimiento informado por parte del que practica un aspecto de la salud (Médico, Psiquiatra, Psicólogo, Psicoanalista, etc.) también se debe tener una relación imbricada con el concepto de Autonomía. Dicho concepto de autonomía conlleva a una variedad de concepciones que incluso no se relacionan sus elementos entre si. De otro modo, el principio del respeto de la persona, como principio kantiano, ya pertenece a una concepción moral, en la que se dice que la dignidad del ser humano reside en su autonomía moral y por tanto de su libertad, como principio de Autonomía. El Principio de Autonomía responde a una necesidad, un valor y un deber, e inclusive podemos pensarlo que cada ser humano es libre de elección y por tanto de acción.
Dicho de otra forma, el consentimiento informado según la Organización Panamericana de la Salud, en su documento de América de buenas prácticas clínicas señala, que el sujeto confirma voluntariamente su deseo de participar y debe entenderse como un proceso, y por conveniencia en algunos casos, dependiendo la situación un documento explayando dicho procesos a realizarse.
Acercándonos al consentimiento informado desde el psicoanálisis, Costa (2008) señala que en el proceso de la práctica clínica debe satisfacer los siguientes requisitos:
- El profesional de la salud, debe proporcionar información adecuada al paciente.
- No tiene que coaccionar al paciente para que consienta en el tratamiento.
Si bien es cierto los planteamientos que se sostienen sobre el consentimiento informado, podrían estar o no, implícitos en los profesionales de la Salud. En el psicoanálisis aplicado a la terapéutica el tema del Consentimiento informado es un tema que nos remite a pensar sobre las directrices que se sostienen en la consulta, donde la lógica del tiempo, la lógica de la sesión, inclusive el trabajo con el sujeto y su decir, que escapa de todo lo cuantificable y medible. Nos invita a cuestionarnos si se debería para el psicoanálisis responder un consentimiento informado ad-hoc para este tipo de prácticas.
Freud (1929) en el malestar de la cultura, ubica a la felicidad como punto de partida, y llega a un punto final que ubica como la “culpa en los sujetos”, refiriendo que el malestar del Sujeto, es en sí, el malestar cultural, ubicando una pregunta ¿cuál es la meta de toda la vida humana?, formulando una pregunta clave, del cual él no responde directamente, aunque dirá que el conjunto de valores, la meta de la vida y la jerarquía de los valores morales harán que el hombre siga
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