El Tiempo

EL TIEMPO COMO DEVENIR DEL SER

La pregunta o preocupación filosófica por el Tiempo es fundamental en la determinación del Ser, en la medida que el Tiempo como concepto se encuentra presente en diversos temas o materias relevantes: La Historia, la Sociología, la Arqueología, la Antropología, la Teología la Religión, la Física, la Mecánica, la Biología, la agricultura, las ciencias y tecnologías de la naturaleza: el estudio del clima, las transformaciones de la esfera terrestre, los fenómenos del espacio universal, etc.

En la Filosofía de Heidegger, el estudio del Tiempo es equivalente al estudio del Ser. Sin embargo, en su conferencia sobre “El Concepto de tiempo” de entrada deslinda los problemas de la filosofía y la teología, desligando las nociones de Fe en Dios y de eternidad asignándolas al campo de la teología.

Igualmente Heidegger toma distancia de las concepciones anteriores a la de él con respecto al tiempo, la primera de ellas se define desde el punto de vista físico como el orden mensurable del movimiento, la existencia de un antes y un después que deben ser medidos o establecidos. Otras variantes de esta misma tendencia afirman que el tiempo es una propiedad, es decir, un acompañamiento del movimiento, reduciéndolo a la duración y al intervalo del movimiento.

Emmanuel Kant en su Analítica de los principios plantea el “principio de la serie temporal según la ley de la causalidad” donde realiza la reducción del orden de sucesión al orden causal, determinando que para una serie de causas o sucesos anteriores, se producen unos efectos consecuentes, configurándose el cumplimiento de una regla.

La segunda concepción del tiempo, anterior a la de Heidegger, considera al tiempo como intuición del movimiento o “devenir intuido” (Hegel). En ella se reduce el tiempo a la conciencia o el alma, según lo preconiza San Agustín, a quien también se debe la difusión de la doctrina en la que no existen tres tiempos sino solo tres presentes: El presente del pasado, el presente del presente y el presente del futuro.

La tercer concepción del tiempo es la que reduce el tiempo a la estructura de la posibilidad, esta concepción es ilustrada por Heidegger, quien determina que el tiempo no es algo que debería ser definido ni calculado, y por consiguiente, no debería ser relacionado con las palabras qué ni cuánto. Heidegger le da primacía al porvenir (futuro) en la interpretación del tiempo, lo cual no significa que desconozca que el pasado y el presente no existan, sino que ha interpretado el tiempo en términos de posibilidad o de proyección. El tiempo en Heidegger es un tiempo cíclico o circular, “por el que lo se proyecta en el porvenir es lo que ya ha sido y a su vez lo que ya ha sido es lo que se proyecta en el porvenir”

La propuesta que realiza Heidegger es sumamente válida, actual y muy pertinente, en cuanto este pensador procura con sus reflexiones desmontar el lugar común de las personas que se quejan por la falta de tiempo y que lo miden con reloj en mano, por cuanto esta noción primaria del tiempo condena a dichos sujetos a la inmovilidad

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