El derecho como Objeto de la Actividad Humana

El derecho como Objeto de la Actividad Humana

• Consideraciones Previas

Hombre, Ciencia y Realidad

El hombre, en el mundo, se experimenta a si mismo enfrentándose a una realidad compleja y maciza con lo que se siente relacionado y trata de conocer. A causa de las limitaciones de su entendimiento, divide dicha realidad en diversas parcelas para analizarlas y dominarlas separadamente. Esta labor es necesaria, no solo por aquella limitación, sino también porque la multitud de objetos que se le enfrentan son tan varios, de naturaleza tan distinta, que no permiten ser estudiados de la misma manera: cada uno de ellos requiere un tratamiento especial, o sea, un método apropiado, para llegar a ser conocido exactamente, sin errores.

Llegamos a una primera conclusión: existen diversas ciencias; cada una de ellas estudia una parcela de la realidad que constituye su objeto; cada ciencia tiene su propio método, determinado, primeramente, por la naturaleza de la cosa u objeto que le toca estudiar.

También observamos que una misma cosa u objeto puede ser estudiado desde distintos puntos de vista, admite diversas perspectivas de análisis y conocimiento, pudiendo servir de base a distintas ciencias.

Finalmente, observamos que el conocimiento puede darse en distintos niveles de profundidad. Primeramente, existe un nivel “empírico”, que es el conocimiento que tenemos de tantas cosas que nunca hemos estudiado ni analizado. Después esta el nivel “científico”, que estudia los fenómenos y las leyes que los rigen relacionándolos entre sí, y que pueden ser comprobados y experimentados; a este nivel, se conoce la realidad por sus “causas o razones más próximas o inmediatas a nosotros”.

Pero el espíritu humano no se satisface con eso: aspira a conocer más profundamente, quiere llegar a las últimas razones o primeros principios de las cosas.

Estos y otros problemas que el hombre se plantea requieren una respuesta a nivel “filosófico”. La última conclusión es, por lo tanto, el reconocimiento de diversos grados de profundidad en el saber humano. Mas allá de lo que es un conocer puramente “empírico”, en el grado más próximo están las Ciencias; en el ultimo, más profundo y más lejano, la Filosofía.

Ciencia y filosofía

Conviene advertir que en un sentido muy amplio e impropio, la Filosofía es también ciencia. La ciencia, en este sentido, se define como:

“El conjunto ordenado y sistemático de conocimientos que se refieren a un mismo objeto y que están entre sí en razón de fundamentación”

No hay duda de que la Filosofía reúne estas condiciones; pero es diferente de las “ciencias en sentido estricto”, pues estudia la realidad a nivel mas profundo.

Ambas especulaciones, Filosofía y científica (en sentido restringido) coinciden fundamentalmente en su finalidad: ambas aspiran al conocimiento de lo verdadero y representan dos pasos o grados en el esfuerzo humano por conseguir la verdad. Pero , al lado de esas semejanzas, presentan notables diferencias que resume muy bien GARCIA MAYNEZ:

1. Las ciencias son ensayos de explicación parcial de lo existente, mientras que la Filosofía pretende darnos una explicación total, exhaustiva del mundo, del hombre, de la actividad humana.
2. Las ciencias alcanzan un conocimiento puramente explicativo, mientras que la filosofía es, además, impositiva-normativa. Es decir, las ciencias investigan solamente lo que es y pretenden explicarlo; la filosofía también se interroga sobre lo que debe ser.
3. La ciencia estudia únicamente fenómenos y relaciones, sin inquirir la esencia de lo real. La filosofía e pregunta, además, cual es el substratum de lo existente.

• El mundo de los Objetos

Objetos culturales: El sector de los objetos culturales esta constituido por los objetos o cosas que hace el hombre, es decir, por la “obra humana”: esculturas, poesías, maquinas, tecnología, obras literarias, entre otros. La totalidad de estas obras u objetos es la “cultura”, que se puede definir como:

“Todas las obras hechas por el hombre actuando según valoraciones”

• Caracteres: los objetos culturales presentan los siguientes caracteres distintivos:

1. Son reales, o sea, ocupan un lugar en el espacio y duran más o menos en el tiempo.
2. Están en la experiencia, ya que es posible percibirlos por los sentidos.
3. Tienen un sustrato y un sentido que debe ser conocido e interpretado para que sea posible captar el valor que encierra, más o menos perfectamente, dicho objeto.

Pensemos, finalmente, que en este amplio sector del mundo objetal que es el de los objetos culturales el sentido y el valor de ellos están íntimamente relacionados. La existencia de los valores en el objeto es lo que da a este su sentido.

• Clases: Hay dos clases de objetos culturales:

1. Los mundales: son los productos de la actividad humana, los monumentos, la ciencia, la filosofía, entre otros, que permanecen a través de los años y aun de los siglos, después de desaparecer la persona que los produjo.
2. Los egológicos: es la misma conducta humana desarrollada a través de los actos “humanos”, objeto de la regulación  de los órdenes normativos.

Objetos naturales: Se definen como aquellos objetos no hechos por el hombre en función de valores. Por ejemplo, el mar, una estrella, una selva, entre otros.

• Caracteres: los objetos naturales, como los culturales,

1. Son reales, porque existen en el espacio y en el tiempo, o por lo menos en el tiempo, como ocurre con los fenómenos psíquicos.
2. Están en la experiencia, ya que es posible llegar a ellos por la vía de los sentidos.
3. Carecen de sentido (son neutros al valor). Esto quiere decir que se pueden conocer perfectamente sin tener que interpretar su sentido ni captar en ellos un valor.

A primera vista puede parecer sorpresiva la afirmación de los objetos naturales son “neutros de valor”. ¿No hacemos una “valoración” al decir que el mar, una estrella o un cerro son muy “bellos”? Sin embargo, debemos comprender que la belleza que podemos atribuir a esos objetos naturales no es una propiedad física ni científica.

• Clases: Se consideran dos clases de objetos naturales:

1. Los Físicos, que tienen una dimensión en el tiempo y el espacio.
2. Los Síquicos, que no tienen una dimensión espacial, aunque si la tienen temporal.

Las llamadas “Ciencias naturales o cosmológicas”, como la física, la química, la botánica, la zoología, la astronomía, entre otras, estudian esta clase de objetos.

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