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INSEMINACIÓN ARTIFICIAL


Enviado por   •  24 de Septiembre de 2014  •  2.207 Palabras (9 Páginas)  •  205 Visitas

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¿ES PROPIA PARA LOS CRISTIANOS LA MATERNIDAD “DE ALQUILER”?

¿CUÁL ES EL PUNTO DE VISTA BÍBLICO?

HORACIO, poeta romano de la antigüedad, no sabía nada sobre la maternidad de alquiler cuando escribió: “No tiene mayor consecuencia de qué padres nace un hombre, siempre que resulte ser un hombre de bien”. Así mismo, la frase de un escritor francés del siglo XVII —“De nada vale nacer si no hay virtud”— se escribió mucho antes de que la maternidad de alquiler se convirtiese en un concepto legal problemático. Pero, como dijo Mary Thom a la revista Ms., con la nueva tecnología de la procreación, “funciones como la producción del óvulo, la incubación del feto y la atención a la criatura ya nacida” podrían repartirse entre dos o tres “madres”. Así, términos como “virtud” y “consecuencia” se han convertido en conceptos ambiguos y complejos.

La maternidad de alquiler irrumpió en la escena mundial hacia mediados de la década de los setenta, y ha planteado problemas sociales, morales y legales desconocidos hasta entonces. Algunas parejas estériles procuraron aprovecharse de este medio de reproducción innovador. En cambio, médicos, abogados y legisladores, en un esfuerzo por fijar una normativa sobre las cuestiones éticas y morales planteadas, han venido luchando por mantenerse al paso con una tecnología de la procreación en alza.

¿Qué es la maternidad de alquiler?

Por maternidad de alquiler se entiende la contratación de una mujer que se presta a la procreación por inseminación artificial en beneficio de otra mujer. La maternidad de alquiler supuestamente tradicional consiste en inseminar artificialmente a la madre contratada con semen del esposo de la madre contratante. La madre de alquiler es la madre genética de la criatura. Otra forma consiste en la unión de un óvulo y un espermatozoide de ambos cónyuges fuera del cuerpo (o fecundación in vitro, es decir, la realizada en un recipiente de laboratorio, o probeta) y la posterior colocación del embrión resultante en el útero de la madre de alquiler para su gestación.

¿A qué se debe el incremento en la cantidad de madres de alquiler? En primer lugar, al avance tecnológico de la ciencia, que ha encontrado medios de ayudar a concebir a la mujer. Hay parejas que anhelan intensamente tener un hijo, pero no pueden debido a esterilidad o a otros inconvenientes, o a que hay muy pocos niños saludables para adoptar, por lo que recurren a la maternidad de alquiler. Como las sumas que se pagan son muy elevadas, se han utilizado términos poco lisonjeros para calificar este medio de tener hijos, como “servidumbre y esclavitud involuntarias” y “explotación de la fecundidad del pobre”.

El Tribunal Supremo del estado de Nueva Jersey (E.U.A.) ha reconocido que los ricos tienen a su alcance la explotación del pobre, y dijo en relación con un caso de contratación de una madre de alquiler: “Resumiendo, hay valores que para la sociedad son más importantes que otorgarle al capital cualquier cosa que pueda comprar, sea trabajo, amor o la vida”. El Tribunal Supremo de Francia declaró que la maternidad de alquiler es una violación del cuerpo de la mujer y que “el cuerpo humano no se debe ceder, alquilar o vender”.

Los problemas

La maternidad de alquiler ocasiona numerosos problemas. Podemos mencionar la desagradable batalla legal que podría desatarse si la madre de alquiler quisiera retener a la criatura. ¿De quién es el niño: de la que lo da a luz, o de la que proporciona el óvulo? En consecuencia, lo que debiera ser motivo de gozo, el alumbramiento de un niño, a veces termina en una batalla ante los tribunales. Otro problema es que algunas mujeres que convienen en alquilarse para tal fin, descubren que sus sentimientos hacia la criatura cambian con el embarazo y el parto. El acuerdo contraído meses antes se hace cada vez más difícil de aceptar. Se va forjando una fortísima relación entre la madre y la criaturita en gestación. Una madre de alquiler, que no se había imaginado la fuerza de ese vínculo, explicó lo que sintió cuando tuvo que entregar a la criatura recién nacida: “Fue como si se me hubiese muerto alguien. Mi cuerpo clamaba a voces por mi hija”.

Además, ¿qué efectos a largo plazo pudiera tener este nacimiento en los otros hijos de la madre alquilada, en la familia que acepta el niño y en el propio niño? ¿O qué ocurriría si el niño naciera con algún defecto? ¿Está el padre obligado a aceptarlo? Si no, ¿quién se hace cargo de su sustento? Y más importante aún, ¿cómo ve Dios la maternidad de alquiler?

¿Honra al matrimonio la maternidad de alquiler?

Dios nos dice en su Palabra que el matrimonio es sagrado para él. Por ejemplo, en Hebreos 13:4 leemos: “Que el matrimonio sea honorable entre todos, y el lecho conyugal sea sin contaminación, porque Dios juzgará a los fornicadores y a los adúlteros”. Dios espera que todos los cristianos reconozcan y guarden la honorabilidad del matrimonio. ¿Qué contamina el matrimonio? La fornicación, que lo deshonra antes de estar constituido, y el adulterio, que lo deshonra después.

¿Trae honra al matrimonio la maternidad de alquiler? ¿Guarda sin contaminar el lecho conyugal? En una palabra: no. La maternidad de alquiler tradicional implica inseminación con espermatozoides de un donante, pero el punto de vista bíblico expresado en Levítico 18:20 es: “No debes dar tu emisión como semen a la esposa de tu asociado, para hacerte inmundo por ello”. La Biblia no da base para diferenciar entre inseminación mediante el acto sexual e inseminación artificial, es decir, mediante la implantación de semen de un donante. Por consiguiente, se incurre en fornicación o adulterio si la inseminación no procede del esposo.

¿Y la fecundación in vitro? También en este caso contamina el lecho conyugal, pues aunque es cierto que el óvulo fecundado procede de la pareja casada, se implanta en la matriz de otra mujer. De hecho, la implantación la deja embarazada, y este embarazo no es fruto de la relación sexual entre la mujer contratada y su propio marido. Sus órganos sexuales se han puesto al servicio de alguien que no es su esposo. Esto no es compatible con los principios morales de la Biblia, que enseñan que una mujer debe engendrar hijos de su propio marido. (Compárese con Deuteronomio 23:2.) No sería propio que un hombre que no fuera su esposo se valiera de las facultades procreativas de una mujer. Presupone un uso impropio del lecho conyugal. Por lo tanto, la maternidad de alquiler no es propia para los cristianos.

¿ES LA FECUNDACIÓN ARTIFICIAL ACEPTABLE A DIOS?

¿CUÁL ES EL PUNTO DE VISTA BÍBLICO?

EL PRIMER caso registrado de fecundación artificial humana se remonta a 1799. John Hunter, un médico londinense,

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