Insuficiencia Cardiaca

INSUFICIENCIA CARDIACA

La insuficiencia cardíaca está alcanzando proporciones epidémicas, ya que afecta al 0,4-2% de la población general y al 10% de la población anciana en los países occidentales. Se estima que produce el 5% de todos los ingresos médicos en adultos y es la causa más frecuente de ingreso hospitalario en la población mayor de 65 años; además, por cada hospitalización se producen 14 consultas. Se ha observado que las tasas de ingresos son similares en EE.UU. y en diversos países europeos. La insuficiencia cardíaca no es sólo un problema médico, sino que se ha convertido en un problema de salud pública debido a su elevado coste. El tratamiento de la insuficiencia cardíaca consume entre el 1,2 y el 2% del gasto sanitario total en países industrializados. La mayor parte de este gasto se debe a las hospitalizaciones, donde se consume entre el 70 y el 80% de todo el gasto global del tratamiento de la insuficiencia cardíaca en EE.UU, que sigue aumentando, se estima en la actualidad que supera los 10 billones de dólares por año.

A las elevadas incidencia y prevalencia de la insuficiencia cardíaca se añade su mal pronóstico, dado que tiene unas tasas de mortalidad cercanas al 50% a los 3-5 años, muy parecidas o incluso peores que las de algunos tipos de cáncer. Sin embargo, en los últimos años se ha producido un notable avance en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca, con la introducción de los diversos fármacos que han demostrado un efecto favorable sobre el pronóstico, mejorando la supervivencia y disminuyendo la tasa de reingresos. Todos los grupos farmacológicos que se emplean en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca han demostrado mejorar los síntomas, aunque los diuréticos son los fármacos que más rápidamente alivian la congestión. Los fármacos que producen un aumento de la supervivencia son fundamentalmente los IECA y los bloqueadores betas.

Todos los estudios realizados con IECA en pacientes con insuficiencia cardíaca y fracción de eyección ventricular izquierda deprimida han demostrado una mejoría pronostica, con aumentos de supervivencia en torno al 25%1. Este efecto favorable se ha demostrado para todos los estadios funcionales de insuficiencia cardíaca. Los estudios llevados a cabo con algunos bloqueadores betas, como carvedilol, bisoprolol y metoprolol, han demostrado que también mejoran la supervivencia en un 35% en relación con pacientes que sólo tomaban IECA. Los estudios iniciales antes citados se llevaron a cabo en pacientes con insuficiencia cardíaca moderada en situación estable y con fracción de eyección ventricular izquierda deprimida. Recientemente se han comunicado los resultados de otros dos ensayos clínicos con carvedilol en los dos extremos del espectro de la insuficiencia cardíaca. Pacientes en grado funcional IV (estudio COPERNICUS) y pacientes con disfunción ventricular asintomática postinfarto (estudio CAPRICORN), con eficacia similar. Otros fármacos pueden ser útiles también en algunos pacientes con insuficiencia cardíaca. En el estudio RALES, la adición de un antialdosterónico, espironolactona, a dosis de 25 mg/día, al tratamiento estándar con diuréticos, digital e IECA produjo un aumento de la supervivencia de aproximadamente un

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