La inclusión educativa de las personas con Síndrome de Down en en el Perú
Miguel Carbajal BarriosMonografía22 de Noviembre de 2018
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UNIVERSIDAD CIENTIFICA DEL SUR[pic 1]
FACULTAD DE MEDICINA
La inclusión educativa de las personas con Síndrome de Down en en el Perú
PROYECTO DE INVESTIGACION
AUTOR
Acuña Davila Marycielo
Arge Gamarra Brad
Carbajal Barrios Miguel
Hidalgo Calderon Sergio
Marin Garaundo Eileen
PROFESORA: Encinas Vasquez, Carmen Rocío
Lima – Perú
2018-II
Índice General
- CAPITULO 1: INTRODUCCIÓN
- Situación problemática
- Formulación del problema
- Justificación Teórica
- Justificación Práctica
- Objetivos
- Objetivo principal
- Objetivos Específicos
- Capítulo 2: MARCO TEORICO
- Marco Epistemológico de la investigación
- Antecedentes de Investigación
- Bases teóricas
- Capítulo 3: Impacto
- Propuesta para la solución del problema
- Costos de implementación de la propuesta
- Beneficios que aporta la propuesta
- Conclusiones
- Referencias Bibliográficas
Resumen
Introducción: El Síndrome de Down (SD) o trisomía 21 constitucional es la anomalía cromosómica congénita más común de los seres humanos, una característica que siempre acompaña a esta alteración genética es la deficiencia mental de grado variable. Es fundamental resaltar la importancia de brindar las herramientas necesarias, a fin de alcanzar el máximo potencial posible para cada persona con SD. Esto implica, diversas opciones educativas, que permitan una inclusión social plena que favorezca una mejor calidad de vida en personas con SD. En el Perú, se han implementado leyes que favorecen y fomentan la inclusión educativa y la inserción laboral, sin embargo no se conoce con exactitud el impacto de estas medidas en el ámbito nacional. Es la finalidad del presente estudio describir esta realidad y los retos que representa lograr cambios en el sistema educativo
Palabras clave: Síndrome de Down, educación inclusiva
CAPÍTULO 1: INTRODUCCIÓN
1.1 Situación problemática
El síndrome de Down (SD) o trisomía 21 constitucional es la anomalía cromosómica congénita más común de los seres humanos, la cual se presenta aproximadamente en 1 de cada 700 nacimientos vivos [1].
El SD es la causa más frecuente de Retardo mental (RM); se caracteriza por rasgos faciales distintivos y se asocia frecuentemente a anomalías cardiacas, endocrinas, gastrointestinales, entre otras [2].
El RM que acompaña esta alteración genética es de grado variable; no obstante, éste no correlaciona con otros aspectos como pueden ser la intensidad de los rasgos faciales o el grado de lesión cardiaca. Es decir que los rasgos fenotípicos, propios del síndrome de Down y la presencia o ausencia de anomalías congénitas asociadas, no son determinantes del nivel de inteligencia que puedan alcanzar en su vida adulta [3].
Entendido esto, cabe resaltar la importancia de alcanzar el máximo potencial posible en cada persona con SD, para lograrlo, se debe brindar las herramientas necesarias, desde estimulación temprana, opciones múltiples de acceso educativo como educación especial, educación integrada, educación inclusiva, además de estudios complementarios como talleres ocupacionales e incluso la posibilidad de incorporarse a instituciones de educación superior, técnica y/o universitaria, con miras a su incorporación al mundo laboral; es decir, todo esfuerzo que permita una inclusión social plena que favorezca una mejor calidad de vida en las personas con SD [4].
La Convención Internacional de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, aprobada por la mayoría de los estados miembros de la ONU [5], reconoce los derechos de niños y jóvenes con discapacidad a tener un sistema de educación inclusivo, con acceso a la educación obligatoria en las mismas condiciones que el resto de alumnos, contando con el apoyo necesario para desarrollar al máximo sus habilidades [6].
Los padres de niños con SD, se enfrentan al dilema de elegir una opción educativa sea, educación especial, integrada o inclusiva. En la actualidad una persona con Síndrome de Down goza de derechos y oportunidades personales, sociales y laborales que no hubiera tenido tiempo atrás, lo que permite conseguir un desarrollo personal mucho más completo e integral. Este cambio de paradigma social y educativo que conlleva cambios en las relaciones personales y sociales ha hecho posible que un número creciente de personas con SD pueda insertarse a la sociedad y lograr una vida independiente [7].
En nuestro país, si bien las instituciones que brindan apoyo educativo son escasas, dado que existen solamente 53 Programas de Intervención temprana (PRITE) dependientes de los municipios, 271 Centros de Educación Básica Especial (CEBE) que cuentan con Servicio de Apoyo y Asesoramiento para la Atención de Necesidades Educativas Especiales (SAANEE) dependientes del Ministerio de Educación y 270 colegios inclusivos tanto del sector público como privado; existen casos aunque escasos, de personas con SD que han alcanzado el acceso a educación superior universitaria.
Para toda persona el trabajo constituye una actividad necesaria y muy significativa, que aporta a la autonomía y a una total independencia que se refleja en altos índices de calidad de vida [8].
Por lo tanto, acceder a un puesto de trabajo en el mercado laboral competitivo, será la llave que abrirá el camino para una persona con discapacidad intelectual. En el Perú, el estado busca promover la inclusión de personas con discapacidad al mercado laboral propiciando que las empresas públicas y privadas contraten personas con discapacidad en al menos 5 y 3% respectivamente de la totalidad de su personal (R-M. N° 107-2015-Ministerio de Trabajo).
Según la Primera Encuesta de Discapacidad en el Perú (ENEDIS 2012), ocho de cada diez personas con discapacidad en edad de trabajar se encuentran en condición de inactividad, es decir que ni trabajan ni buscan insertarse en un puesto de trabajo (Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), 2014).
El Estado busca promover el acceso de las personas con discapacidad al mercado laboral, actualmente el gobierno maneja múltiples herramientas para lograr la inclusión de personas con discapacidad; entre éstas encontramos, la Ley General de Educación y de inclusión educativa (Ley Nº 28044), la Ley General de la Persona con Discapacidad (ley N° 29973); el artículo 11 de la última ley mencionada, pretende asegurar el derecho a vivir de forma independiente y a ser incluidos en la comunidad.
La necesidad de contar con información nacional acerca de aspectos cruciales para el desarrollo de las personas con SD en referencia a la realidad de las oportunidades para la inclusión educativa y la ulterior inserción laboral de las personas con Síndrome Down en nuestro país, conlleva al desafío de plantear el reto del logro de estas metas tanto en el nivel educativo así como posteriormente el reto que significa la inserción en el campo laboral de los adultos con SD.
1.2 Formulación del problema
¿Cuáles son las realidades y los retos para la inclusión educativa de las personas con Síndrome de Down en el Perú?
1.3Justificación Teórica
La información obtenida como resultado de la investigación acerca de las realidades en torno a éste síndrome genético, cuya incidencia y prevalencia en el Perú se desconocen por falta de investigaciones previas, es de interés para todas las familias con un miembro con SD, como también para los profesionales de la salud, educadores, y potenciales empleadores.
De acuerdo a la ultima encuesta demográfica, el Perú tiene 31 millones 151 mil 643 habitantes (Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), 2016) y según la Encuesta Nacional de Discapacidad, más de 1 millón 600 mil personas presentan algún tipo de discapacidad, ello corresponde al 5,2% de la población total. El 1,7% de la población peruana presenta discapacidad mental, aunque no se han identificado las diversas etiologías. Solamente el 19% de las personas con discapacidad tiene trabajo remunerado (Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), 2014).
El desconocimiento de los alcances de la ley de la inclusión educativa tanto de parte de los familiares de las personas con SD, así como de los educadores, es una barrera a la que se enfrentan las personas con SD, que impide el acceso a la inclusión educativa, y por ende el logro de metas en su formación educativa.
El no contar con oportunidades de inclusión educativa trae como consecuencia el no logro del desarrollo de habilidades que permitan a las personas con SD insertarse en el campo laboral. La falta de oportunidades en la formación pre-laboral, las dificultades en contar con oportunidades para el acceso a escuelas, talleres, o centros de capacitación laboral, se refleja en escasas oportunidades para alcanzar el reto de lograr un puesto de trabajo remunerado
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