Parto Y Nacimiento Prematuro
Enviado por ligl • 22 de Marzo de 2012 • 3.512 Palabras (15 Páginas) • 861 Visitas
¿Qué son el parto y el nacimiento prematuros?
Un parto prematuro ocurre cuando comienzas a sentir contracciones regulares que hacen que tu cuello uterino (el canal que comunica el útero con la vagina) se empiece a abrir o a adelgazar antes de la semana 37 de embarazo. Este proceso también se llama dilatación y afinamiento del cuello del útero. Cuando das a luz antes de la semana 37, también se considera prematuro al bebé.
Tener síntomas de parto prematuro no quiere decir que darás a luz a un bebé prematuro. Aproximadamente la mitad de las mujeres que experimentan el comienzo de un parto prematuro acaban dando a luz a las 37 semanas o más tarde.
Alrededor de una cuarta parte de todos los nacimientos prematuros son planeados. Por ejemplo, el equipo médico puede decidir inducir el parto o practicar una cesárea antes de la fecha prevista para el parto debido a una complicación médica grave, como una preeclampsia intensa, o porque el bebé ha dejado de crecer.
El resto son nacimientos prematuros espontáneos. Un nacimiento prematuro espontáneo ocurre cuando el parto empieza antes de tiempo, cuando se rompe la fuente de aguas antes de lo previsto, o cuando el cuello uterino se dilata prematuramente sin contracciones, lo que se denomina insuficiencia cervical o cervicouterina.
Aproximadamente el 12 por ciento de los bebés en los Estados Unidos son prematuros. Esta cifra es tres veces más alta de lo que era en la década de los ochenta. Hoy en día hay más mujeres embarazadas de gemelos o de más bebés, que tienden a nacer antes de llegar a término. También hay más mujeres que retrasan el embarazo, y la posibilidad de concebir gemelos aumenta a medida que te vas haciendo más mayor.
¿Qué puede pasar si mi bebé nace prematuro?
El nacimiento prematuro puede causar serios problemas de salud al bebé, o incluso su muerte, si ocurre muy temprano. Cuanto más maduro es el bebé en el momento del nacimiento, más probabilidades hay de que sobreviva y menos de que tenga problemas de salud.
Algunos bebés prematuros tienen problemas para respirar. El nacimiento prematuro también aumenta el riesgo de que los bebés sufran un derrame cerebral. El sistema nervioso, el tracto intestinal, y otros órganos también pueden resultar afectados. Los bebés prematuros tienen más tendencia a padecer infecciones e ictericia y pueden tener dificultades para alimentarse así como para mantener una temperatura corporal estable.
Los bebés que sobreviven pueden sufrir problemas de salud a largo plazo, incluyendo enfermedades crónicas, problemas de visión y audición, parálisis cerebral y problemas de desarrollo.
La mayoría de los bebés prematuros nacen entre las semanas 34 y 37. Si estos bebés prematuros no presentan otros problemas, gozan de mejor salud que los bebés que nacen más temprano, pero aún así corren más riesgo de tener problemas que los bebés que nacen más tarde.
Si tu parto empieza antes de la semana 34 y no hay una razón médica que requiera un alumbramiento inmediato, tu médico quizás tratará de retrasar el parto algunos días. Esto le ofrece la oportunidad de suministrar corticoesteroides al bebé, que ayudan a que sus pulmones y otros órganos se desarrollen más rápido, lo que aumenta enormemente sus probabilidades de sobrevivir.
Hoy en día existen muchos avances tecnológicos para tratar a los bebés prematuros. Para sacar el máximo partido de ellos, los bebés prematuros permanecen en el hospital, en la sala de cuidado intensivo neonatal.
¿Qué es lo que produce un parto prematuro?
Si bien generalmente se desconoce la causa, hay distintos factores que pueden influir en un parto prematuro:
• Una infección
Algunas infecciones del aparato genital se asocian a un mayor riesgo de parto prematuro. Las sustancias que producen las bacterias pueden debilitar las membranas que rodean al saco amniótico y provocar su ruptura temprana. Incluso si las membranas permanecen intactas, las bacterias pueden causar una infección e inflamación en el útero, lo que podría acabar provocando un parto prematuro.
Seguramente en tu primera visita prenatal te hicieron pruebas para descartar infecciones de transmisión sexual tales como clamidia y gonorrea. Si dieron positivas, tanto tú como tu pareja deberían haber recibido tratamiento de inmediato. Unas semanas después te deberían haber hecho otra prueba y te habrán pedido que uses condones al tener relaciones sexuales durante el resto de tu embarazo.
Si ya tuviste anteriormente un parto prematuro, también te pueden haber hecho un análisis para ver si tenías vaginosis bacteriana. Aunque algunos estudios demuestran que el tratamiento de la vaginosis bacteriana en el segundo y tercer trimestre reduce el riesgo de parto prematuro en mujeres con antecedentes de nacimientos prematuros, otros estudios indican que no hay diferencias. Los especialistas no coinciden en si vale la pena hacerles estudios a las mujeres embarazadas que no presentan síntomas. (Si tienes síntomas de vaginosis bacteriana, te realizarán análisis y recibirás tratamiento con antibióticos, de ser necesario.)
Seguramente no te habrán realizado un análisis para verificar si tienes tricomoniasis a menos que presentes síntomas. Esto se debe a que ciertas investigaciones indican que tratar a las mujeres contra la tricomoniasis durante el embarazo aumenta el riesgo de un nacimiento prematuro.
Algunas infecciones no uterinas, como la infección de riñón, pulmonía y apendicitis, también aumentan el riesgo de parto prematuro.
También corres más riesgo de tener un parto prematuro si padeces un tipo de infección urinaria llamado bacteriuria asintomática, una condición en la que hay bacterias en tu tracto urinario, pero no presentas síntomas. Esta es la razón por la que les hacen análisis de orina a todas las mujeres embarazadas.
• Algún problema con la placenta como placenta previa o desprendimiento prematuro de placenta.
• Un útero demasiado grande, lo cual ocurre a menudo cuando tienes un embarazo múltiple o demasiado líquido amniótico.
• Anomalías estructurales del útero o del cuello uterino, como por ejemplo un cuello uterino de menos de 25 milímetros de largo que se acorta, afina o dilata sin contracciones, lo que se denomina insuficiencia cervical. La insuficiencia cervical puede ser resultado de una cirugía cervical o puedes haber nacido con ella.
• Tener una cirugía abdominal durante el embarazo (por ejemplo, para extirpar el apéndice, la vesícula biliar, o un quiste en el ovario).
¿Cuáles son los factores de riesgo
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