TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD - ENSAYO

UNAM FESI

Grupo: 1555

Tutorías

Vázquez Gómez Alan Shaid

TDHA (TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD)

A lo largo de la historia el TDAH ha tenido diferentes interpretaciones que al principio era definido con una de sus características y con las demás y posteriormente era definido por sus características en forma individual y no en conjunto, por lo que hoy en día y tras diversas investigaciones se ha podido llegar a una definición que aunque carece todavía de términos es capaz de englobar este tipo de trastorno y darnos  a entender de las principales características que atañen al paciente desde un punto de vista no sólo orgánico, sino psicológico.  

Capítulo 1. Definición del TDAH

Objetivo conocer a profundidad la definición del TDAH (Trastorno por déficit de atención e hiperactividad) por medio de sus conceptos y su historia.

Para conocer a profundidad este trastorno es necesario indagar los términos que se usan comúnmente para este trastorno, siendo este caracterizado por una falta de atención. La atención, en Psicología, se puede definir como un procesos que es selectiva de la información que ´solo es necesaria, además de que se requiere de la consolidación de programas de acción elegibles y el mantenimiento de control permanente sobre el curso de los mismo en las acciones (Luria, 1991, citado en Fernández, Arjona, Arjona & Cisneros, 2011), e inclusive la acción pude ser de tipo involuntario que es la producida por un estímulo nuevo o interesante para el sujeto siendo un reflejo de orientación, y la voluntaria que es por medio de la selección de ciertos estímulos en lugar de otros (Fernández, et. al., 2011), pero además Añaños (2001, citado por Fernández et. al. 2011) menciona que la atención se refiere a la focalización por medio de los sentidos que incrementa la conciencia diferenciando estímulos que no se necesitan en el momento, por lo que es un mecanismo de capacidad limitada que controla y orienta la actividad consciente para un objetivo, siendo también la atención un mecanismo de la activación y funcionamiento de la selección, distribución y mantenimiento de la actividad psicológica.

Como observamos la atención es un mecanismo que se compone de varios procesos de los cuales es necesario conocer, ya que sí una característica de la atención falla esta puede desencadenar un mal funcionamiento de las demás; aquí  Añaños (2001, citado por Fernández et. al. 2011) nos menciona que las características más importantes de la atención son: la amplitud, que es la cantidad de información o de tareas que se puede atender a la vez; la selectividad, que especifica la tarea a la que se está atendiendo; la intensidad, que es la cantidad de atención a un estímulo relacionada con la vigilia y el nivel de alerta; el oscilamiento o desplazamiento, es el cambio que realiza el sujeto por atender varias tareas; y el control, que es dirigir el pensamiento y la acción hacia algo en específico.

Ahora que ya conocemos lo que es la atención es necesario conocer lo que es un trastorno, siendo este término un patrón de carácter psicológico que está sujeto a la interpretación clínica que se asocia a un malestar o discapacidad (déficit), por lo que una enfermedad de tipo mental es un alteración que afecta procedimientos afectivos y cognitivos (pensamiento) del desarrollo siendo estos por factores biológicos, ambientales y psicológicos; siendo el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad un trastorno neurobiológico de carácter crónico, sintomáticamente evolutivo y de probable transmisión genética (DSM-IV, 2012).

Una vez que ya sabemos lo que significa trastorno y atención podemos dar paso al significado de TDAH (Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad); aquí Marco, Grau y Presentacion (2011, citado en Fuiza & Fernández, 2014), nos menciona que el TDAH se caracteriza por una serie de disfunciones neuropsicológicas o cognitivas con diversas manifestaciones corporales que afecta distintas áreas, siendo un trastorno de tipo psicopatológico que abarca el ciclo vital y que se caracteriza por una mayor presencia de conductas hiperactivas e impulsivas en los primeros años de vida, siendo que en la adolescencia se caracteriza principalmente por la inatención y en la adultez por la desorganización conductual. También Amador y cols. (2001, citado en Fernández, Arjona, Arjona & Cisneros, 2011) nos mencionan que es un trastorno cuando se presenta la desatención, hiperactividad e impulsividad de manera con mayor frecuencia e intensidad de lo que resulta habitual según la edad y el desarrollo de la persona, siendo una de las alteraciones más frecuentes de la infancia y de la adolescencia, presentándose antes de los 7 años deteriorando el desempeño, laboral, escolar, etc.

Ahora que ya sabemos de forma general lo que es el TDAH es necesario mencionar lo que es la hiperactividad y la impulsividad. La primera que se ha presentado por más de seis meses con una intensidad desadaptada con su desarrollo en el que el niño mueve con exceso sus manos y pies cuando está sentado, no puede permanecer sentado, correo o salta en situaciones que no es apropiado, el niño no puede jugar tranquilamente o hacer actividades de ocio, prefiere estar en marcha y con frecuencia habla en exceso. La segunda se caracteriza cuando el niño apresura las respuestas antes de haber sido terminada las preguntas, no puede esperar su turno, interrumpe en las actividades y diálogos de otros (Fernández, Arjona, Arjona & Cisneros, 2011).

Pero de este trastorno hay tres diferentes tipos del mismo, y aquí, de acuerdo con Benito (2006) nos menciona que en función de los síntomas predominantes el DSM IV TR distingue tres tipos: 1. Trastorno por déficit de atención e hiperactividad con predominio del déficit de atención; 2. Trastorno por déficit de atención e hiperactividad con predominio hiperactivo-impulsivo; y 3. Trastorno por déficit de atención e hiperactividad tipo combinado; en el que se asocian síntomas.

En cuanto a los problemas del funcionamiento mental de los síntomas la historia responsabilizó la hiperactividad y se le dio más importancia al estudio de la inatención, siendo que desde los años 70 de los artículos de Virginia y Duglas (s.f., citado en Benito, 2006) fuese dando importancia al síndrome de inatención como un problema primario al que se le añadió posteriormente la hiper-actividad. Siendo que hoy en día se mencionan tres modelos teóricos, un reflejo de la controversia histórica, estas son:

El modelo de déficit atencional de Mirsky (1996, citado en Benito, 2006) que pone hincapié en los problemas de atención que son la suma de cuatro procesos: 1. enfoque atencional, 2. mantenimiento de la atención, 3. procesamiento de datos con la memoria de trabajo, y  4. capacidad para cambiar el foco de atención de modo flexible y adaptativo, siendo que hoy en día los pacientes con TDAH tendrían dificultades en uno o varios de estos procesos.

El modelo de dificultades para la inhibición conductual de Barkley (1997, citado en Benito, 2006), donde le toma importancia a la hiperactividad y a la impulsividad, por lo que la falta de inhibición a la que se lude no afectaría sólo a la conducta motora sino también a la conducta mental o a los procesos mentales que gobiernan el comportamiento y además de acuerdo con esta teoría los paciente con el TDAH serían incapaces de frenar la respuesta mental y motora a determinados estímulos, por lo que esto impediría que entraran en juego las funciones ejecutivas que regulan el funcionamiento mental y la conducta.

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