Experiencias durante la formación del normalista
Enviado por coachluna • 20 de Mayo de 2013 • Tesis • 1.677 Palabras (7 Páginas) • 814 Visitas
INTRODUCCIÓN
En las escuelas normales existe una gran variedad de alumnos interesados en mejorar su aprendizaje para realizar una mejor docencia, trabajando día a día en las experiencias que esta presenta, y que debemos desarrollar y fortalecer para ser mejores en un futuro.
Las primeras experiencias fortalecen el trabajo como docente, planteando la tesis, puedo afirmar que todas las experiencias que se viven durante el proceso de formación para futuros docentes son realmente significativas pues, aprendemos de ellas, de las prácticas y de los maestros que nos guían en este camino.
En este ensayo se trataran puntos como, las experiencias durante la formación del normalista, la aplicación de la teoría en las escuelas primarias y el ejemplo de los docentes influye en la formación del estudiante normalista, se expresarán puntos de vista sobres estos temas, y se expondrán algunas citas de autores sobre la materia de Observación y Práctica Docente.
Capítulo I Experiencias durante la formación del normalista
Durante el proceso de formación, el normalista pasa por diversas experiencias las cuales fortalecen el desarrollo de las habilidades, actitudes, conocimientos y valores.
Por lo tanto es importante evaluar las habilidades que nosotros mismos hemos ido desarrollando y la manera en la cual lo hacemos; “para ser un buen maestro hay que ser consciente de las propias fortalezas y limitaciones y estilo de enseñanza preferente” (Dean.1993:40) esto es de suma importancia, ya que es una habilidad del propio maestro, ya que necesitamos concientizar lo que hacemos para poder seguir haciéndolo, dejarlo de hacer o mejorarlo con el fin de lograr buenos aprendizajes en los niños.
Una de las actitudes que se debe considerar de gran importancia es la seguridad ya que esta “depende en gran medida de saber qué hacer, conocer los límites y lo que se espera de uno y cómo reaccionan los demás a diferentes clases de conducta” (Dean.1993:56); de lo cual definitivamente me puedo considerar de acuerdo con el autor; ya que ésta puede ser la llave del éxito o del fracaso en nuestras clases al momento de practicar, porque los niños de hoy son grandes observadores y notan rápidamente la seguridad de los maestros.
Cuando nos ponemos a reflexionar sobre las prácticas que hemos desarrollado, nos damos cuenta que nos sirven para poder fortalecer todas aquellas actividades de las que aún no estamos seguros realizar, y con esto saber qué es lo que necesitamos trabajar en nosotros para ser mejores.
En nuestra formación como docentes las experiencias pasan a ser un medio de aprendizaje muy importante, pues realizamos actividades como la exposición de temas durante una clase, tenemos jornadas de trabajo en las que los profesores nos guían para obtener un mejor resultado, realizan diversos tipos de estrategias para el trabajo en equipo, también tienen numerosas formas de desarrollar los temas en el aula para que no sea aburrido, nos enseñan diferentes métodos que podemos aplicar durante las jornadas de observación y práctica en las escuelas. (Véase anexo 1)
Al efectuar las prácticas en las escuelas, y ser para los alumnos de estas instituciones maestros practicantes, es otra de las experiencias que ayuda a fortalecernos como docentes, pues estamos relacionándonos con niños, maestros, directivos y en ocasiones con padres de familia que muestran alguna preocupación por sus hijos.
Todas estas experiencias tanto la del trabajo en el aula con los profesores, como las prácticas en las instituciones con los alumnos, representan un reto desde que estamos cursando nuestro primer semestre, ya que, desde ahora estamos asistiendo a las escuelas de nuestros municipios y empezamos con la socialización con las personas que integran estos planteles, cuando terminamos con la primer jornada es cuando nos damos cuenta de que esta profesión es nuestra vocación y que realmente queremos ser maestros en un futuro.
“Habrán de enumerarse cuántas formas de trabajo nos proponemos realizar con nuestros alumnos a lo largo de la jornada escolar” (Ballesteros y Usano 1964). Antonio Ballesteros y Usano nos menciona en esta cita de los trabajos que nos debemos proponer realizar con nuestros alumnos para tener un mejor funcionamiento en el aula como un buen docente.
Sin embargo, gracias a estas experiencias dentro de las aulas de la normal y de las escuelas primarias nos fortalecen como personas, como estudiantes y como futuros maestros, pues nos damos cuenta de las cosas y conocimientos que nos hacen falta para realizar mejor nuestras prácticas, y así, nos esforzamos para que al egresar de la escuela normal podamos ser maestros competentes, creativos, tolerantes e ingeniosos.
Capítulo II Aplicando la teoría en las escuelas primarias
Para la obtención de un buen resultado al practicar en las escuelas primarias, siempre he pensado que se debe aplicar la teoría que aprendemos en las aulas con los profesores que nos imparten las asignaturas en la escuela normal, pues es teoría significativa y aplicable en las aulas con los alumnos y que hacen que sea más fácil trabajar con ellos.
“El maestro, pues, ha de utilizar continuamente la expresión oral para dirigirse a sus alumnos.” (Ballesteros y Usano, 1964). En esta cita podemos ver que Antonio Ballesteros y Usano nos da a conocer la forma en la que el maestro debe
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