Historia de españa

       El Ser o la energía de la iniciativa individual

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Profesora: Rosa Cerarols

Alumna: Khadija Ouaryachi

Desde un despertad que implica la reunión inductiva de hechos acerca del impacto humano en el medio y la construcción de lo cultural y los cambios en las formas de vida de las culturas, la Geografía Humana, toma la iniciativa, y, lejos de todo positivismo, opta por compresiones más particulares e historicistas del mundo, demostrando tanto su preocupación por la destrucción de la diversidad cultural como por la salud ambiental del mundo, explicándonos a su vez cómo los paisajes culturales son creados a partir de formas superpuestas al paisaje natural. Para ello partimos de dos manifestaciones artísticas: un poema de Luce Choules^[1] bajo título, Traces that last only as long as the earth will hold them “ Traços de Pell.” y un trabajo audio-visual video de Helena de la Torre^[2], que también incluía otro poema titulado, Traços de Pell.

                         Traces that last only as long as the earth will hold them

It is not, or others, who make the pathway- it is the composition of the earth and its matter responding to my journey, and those who went before and follow after. Leaves are crushed, moss squashed and twigs broken - all signs of passage - without the qualities of these materials that yield under my weight I would go unnoticed. I find the path of least resistance in the water, a body like mine, supporting my actions as I reach around the island with the swell, carried with the snakes and fish and circling eagle. I notice I have travelled by arriving somewhere else - to go back is to go forward again.

It is the environment that records my actions- both in a pathway and rise in water temperature - my impact causes materials already present to change. In a million years, we won`t be here to notice the natural order thrive in our absence. I am optimistic for another earth, an earth that recreates a balanced ecology - a life system with no name, no reference, and a process that does not recognize knowledge.

It is the correspondence between things that will endure.

Swimming against the tide in Lake Superior, I’m thinking - as I cross by foot to the other side of the island - where is the wilderness I proposed to explore? I return to camp to watch the mainland four miles away. At the water’s edge I follow the rock underfoot, underwater, surfacing again to sandstone; and the water disappears to reveal the bedrock of the lake and leaves me standing on the flattened summit of a small peak. The real wilderness lies below the surface of the water, deep under the skin of the lake inside me - where my concern is shared with every breathing body

       https://www.youtube.com/watch?v=byhsHBDRm5Y

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Aunque partimos de dos personalidades diferenciadas en cuanto a cultura y país de origen, foco artístico y bagaje formativo, las similitudes entre las dos creaciones son muy destacadas: si Luce Choules, investiga,  utilizando la performance, interesándose en el comportamiento de objetos animados o inanimados,  observando así la fragilidad y el impacto del cambio ambiental en la naturaleza humana, Helena de la Torre en cambio, artista del mundo corporal,  investiga entorno la relación entre los lenguajes artísticos y como ellos pueden cooperar y expresar emociones y narrar historias cotidianas de forma más holística. Así pues, y, a pesar de ser diferentes, las dos artistas se han encontrado en estas dos obras sin saberlo con un pensamiento común. Ellas parten del viaje como guía que define su expresión y su motor de creación.  Este genera un impacto en la materia que va a ser el motivo de sus exploraciones, que tendrán en común la conciencia de la presencia humana en la tierra, tanto en la naturaleza, como en la urbanidad, a través de los rastros que dejan en ella. La artista, de la Torre, lo llama “Testimonio del rastro”, es decir, aquello que nunca muere y a su vez influencia a otros y así hasta la infinitud. Sin embargo, la Luce Choules lo denomina: “Señales de paso”, que a su vez apuntará a lo que es, precisamente la correspondencia entre estos pasos la que perdurará.

 Partimos pues, que lo destacado en estas dos creaciones es el impulso de la inquietud humana como Fuente de Investigación. Esta será la desencadenante del movimiento constante que hace que podamos mutarnos constantemente y a su vez poder ir cambiando de perspectiva entorno a nuestra vida, partiéndonos de diferentes miradas para poder entendernos a nosotros mismos y de paso entender la complejidad humana.

Pero, la complejidad del ser humano no siempre le ha permitido gozar de este despertar antes mencionado ya que hemos sido testigos, en nuestra sociedad tanto a nivel local como global a desastres humanitarios, como las guerras, las discriminaciones y injusticias de todo tipo. Nombraremos una, a modo de ejemplo, y centraremos en esta nuestra denuncia contra la Sentencia^[3] del Tribunal Europeo de Derechos Humanos  (TEDH),  de 1 de julio de 2014, sobre la prohibición del velo integral en lugares públicos^[4].

Hablaremos del fenómeno” velo” y lo que acarreo en Occidente y sobretodo en Francia, pero antes de abordar el tema nos permitimos el lujo de reflexionar conjuntamente con algunos eruditos sobre lo que es la geohumanidad y lo que es ser geógrafo.

En una proyección hacia el futuro, Edgar Morin, nos alerta que este último:

“[…], se nos presenta lleno de incertidumbre […]. Pero, al menos, de algo podemos estar seguros: si queremos que la Tierra pueda satisfacer las necesidades de los seres humanos que la habitan, entonces la sociedad humana debe transformarse. Así, el mundo de mañana debe ser fundamentalmente diferente del que conocemos hoy, […]”^[5].

El autor deja reflejado que, para la armonía en un mundo en devenir, las palabras claves son:  democracia, equidad, justicia social, paz y armonía con nuestro entorno natural^[6]. A este último, y, a lo largo de la historia, las sociedades han ido recreando y transformando,^[7] conformando así ambientes, que no son ni más ni menos, que sistemas de interrelación entre sociedad y naturaleza mediados por los recursos humanos.  Así pues, y por encima:

“[…] del localismo, del cual se inspiran las concepciones anteriores, las relaciones generales entre la Tierra y el hombre se actualizan (...). Las soledades oceánicas dividieron a las ecúmenes durante mucho tiempo, ignorándose unos a otros (...). Hoy en día todas las partes de la Tierra entran en relación, el aislamiento es una anomalía que parece un desafío”^[8]. Por consiguiente, los últimos años, se dejó ver un creciente interés de parte de todas las disciplinas pero sobretodo en las humanísticas y las artísticas, por los conceptos inherentemente geográficos como espacio, paisaje, frontera y lugar. En este contexto, el término geohumanidad^[9] surge para referirse a estas prospecciones interdisciplinares, a ese espacio creativo en crecimiento fruto de la interacción de la geografía con lo humanístico, en todas sus diferentes formas de expresión. De la geografía regional de Paul Vidal de la Blanche, trayectoria convencional en aquel entonces, Eric Dardel, hará un salto^[10] reflexivo sobre la geograficidad del hombre y la contemporánea concepción del paisaje: ya no solo comprendida bajo la materialidad objetiva, sino, también, desde el mundo de los símbolos, de las significaciones, de las percepciones, de las representaciones y de las emociones. El hombre, según, Dardel:

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