Promover La Lectura En Los Adolescentes
Enviado por Shekito7 • 4 de Julio de 2015 • 1.419 Palabras (6 Páginas) • 355 Visitas
“Los adolescentes y la lectura. Sugerencias para promover el gusto por la lectura desde la escuela secundaria”
Como bien dice el título de este ensayo, a continuación trataremos de proponer algunas estrategias para que el hábito tan extraordinario de la lectura, se haga presente cada vez más en nuestros jóvenes, se adentre más en sus vidas y que sea como checar su “Facebook”, algo indispensable.
Enseñarles que la lectura es un mundo fascinante, donde puedes llegar a los lugares más recónditos del universo, sin la necesidad de subirte a una nave espacial, o de pagar ninguna cantidad de dinero. Donde puedes ser el personaje favorito que jamás habías podido llegar a imaginar, estar en las situaciones más adversas, más emocionantes o en cualquiera situación que se presente con la simple y sencilla acción de disponer tu mente y tu imaginación al máximo de su capacidad.
Además, tratar de concientizar a nuestros jóvenes acerca de los beneficios que conlleva el tener un hábito constante de lectura, para lo mucho que aprovecha, las inmensas recompensas que esto trae a las vidas de los lectores, el tener la posibilidad de conocer y comprender miles de palabras que nos encontramos en nuestro diario vivir, el poder comprender textos cada vez más complejos, con tecnicismos y palabras con un alto grado de dificultad.
Cabe mencionar que a pesar de todo esto que se mencionó, podemos encontrarnos con el simple y sencillo hecho de que a los jóvenes, niños, adultos etc., en su mayoría no nos gusta leer, que preferimos otros distractores para evitar cualquier contacto con algún libro, alguna revista, o cualquier cosa que tenga letras amontonadas. Una serie de letras que al comenzar a leerlas parecen no tener final, que aunque avances y avances siguen apareciendo más de esas monstruosas letras inacabables.
Ciertamente no he leído una gran cantidad de libros como para poder escribir opiniones de grandes obras literarias, pero cuando leí esa extraordinaria lectura llamada “El nacimiento del alquimista”, quede fascinado con aquella frase de apertura, aquel conjunto de palabras que parecían darme una bofetada certera en mi mejilla izquierda, “leer no tolera el imperativo” , enseguida de leer esas cortas pero penetrantes palabras, vinieron a mi mente algunas preguntas ¿Cómo pude tantos años seguir con la creencia de que para leer tiene que haber una orden detrás de ese verbo?, ¿Cómo pueden seguir obligándote a leer?.
A decir verdad, a lo largo de la trayectoria escolar, habrá ocasiones en que el docente tenga la necesidad de pedir que leas ciertos textos en particular, pero eso no debería de ser una tortura o un martirio, como lo ven los adolescentes de hoy en día, cuando escuchan las palabras de su maestra de español diciéndoles hay que leer esta lectura y quiero un resumen a primera hora mañana” inmediatamente se hacen presentes en esas aulas palabras llenas de fastidio y enojo en esos adolescentes que odian leer. Es ahí donde entra lo que el autor maneja y nos dice que la lectura no debería de ser algo obligado, sino que debería de llevar el mismo gusto que besar a tu novia, que jugar futbol, ir de compras, entre otras actividades que cuando las hacemos, así tengan horas y horas de duración, no nos producen fastidio ni cansancio alguno.
Pero esto no se trata de quedármelo yo, si yo he tenido la oportunidad de adentrarme en algún viaje fascinante, tengo que compartirlo con todo el mundo, si he podido encarnarme en cada una de esas fascinantes historias, de cada uno de esos libros que me llaman a leerlos una y otra vez, tengo que contarlo a cada persona que conozco. Tengo que enseñarles a mis alumnos que cualquier historia de esos libros puede ser la suya, que en esas letras interminables puedes encontrar consuelo, alivio, terror, enamoramiento, etc., inagotables sensaciones, que puedes revivir cada vez que tomes esas páginas para ti.
Para que esto pueda suceder se tiene que analizar y comprender la situación particular que nuestros alumnos viven, sean del nivel que sean, de la edad que sean, porque así podremos darnos una idea más real y verdadera del porque no les gusta leer. Por ejemplo la historia personal que cuenta
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