LOS ADOLESCENTES Y LA LECTURA: ESTRATEGIAS PARA PROMOVER HÁBITOS DE LECTURA
Enviado por Mariisaa • 9 de Enero de 2015 • 1.012 Palabras (5 Páginas) • 414 Visitas
El verbo leer no soporta el imperativo
Daniel Pennac, Como una novela
La lectura y la adolescencia en pleno siglo XXI parecen tener una relación de conflicto, donde se cree que el adolescente no lee debido a los nuevos intereses que surgen por la etapa que atraviesan, entre estos nuevos gustos se encuentran el uso de las tecnologías de comunicación, principalmente el internet y con este las redes sociales que han sustituido el libro por la máquina, el diccionario por el celular y sobre todo que han modificado la manera en que se realiza en proceso de aprendizaje.
Esta etapa se ve como la fase de la crisis lectora donde se compara al adolescente desinteresado por la lectura con aquel niño que solía leer por el simple hecho de que le gustaba hacerlo porque así podía crear un mundo entre él y su amado libro. Enganchar de nuevo a los adolescentes en la lectura es una tarea difícil para los maestros, por ello es que en nuestro país se han propuesto distintas estrategias para volver a introducir al adolescente en la lectura activa.
No podemos decir que el adolescente no lee porque sería injusto generalizar ellos si leen, leen cuando escriben un mensaje de texto, leen las imágenes que ven en internet, leen revistas, si leen pero el problema no está en que lean o no, lo medular está en que comprendan qué están leyendo y cuál es la finalidad de leerlo, por ello es que el docente debe promover el hábito de la lectura orientando a las nuevas generaciones para que rescaten ese gusto por leer y que lo transmitan.
Por ello se debe formar un hábito de lectura en los adolescentes; no es sólo el hecho si saben leer o no, sino que al momento de leer un libro se comprendan sus conocimientos tan maravillosos que están plasmados en sus hojas de tal forma que “abran las puertas hacia el aprendizaje y el desarrollo de nuevas ideas” que puedan estar al servicio del desarrollo humano y social.
Sin embargo, el hecho de formar un hábito de lectura no comienza hasta la adolescencia es una formación que empieza desde casa; es decir, los padres son la base fundamental para abrir el apetito por leer como se manifiesta en el texto del “Nacimiento del Alquimista” , por ejemplo: si los padres no tienen un hábito por leer y manifiestan actitudes de apatía por la lectura, los chicos como no tienen un ejemplo a seguir y adoptan lo observado en sus padres.
Claro está que hay padres que les fomentan un gran hábito de lectura, pero sólo lo hacen mientras sus hijos son pequeños, por ejemplo: los acostumbran a leerles cuentos todas las noches, los niños sólo cuentan el tiempo para que llegue ese momento, donde puedan transportarse a un mundo ficticio, que va desde imaginarse los personajes hasta los lugares que manejan los cuentos. Sí este es el gran error que primero se les anima a leer porque se les acompaña, pero ¿qué pasa después?, se les deja ir solos a medida que crecen o incluso los padres desaniman a sus propios hijos por leer mediante los siguientes comentarios: “ya no leas tanto, se te van acabar los ojos” “ya deja ese libro, y duérmete” “deja de leer, estamos en el desayuno”.
Por su puesto
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