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Teoria Del Delito


Enviado por   •  2 de Julio de 2013  •  2.950 Palabras (12 Páginas)  •  317 Visitas

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Teoria del delito

Unidad 1. Introducción al Derecho Penal

Presentación de la unidad

¿Crees posible la existencia de una sociedad organizada sin leyes?

Si retomas los temas que tuviste oportunidad de estudiar en el cuatrimestre pasado, seguramente responderás que una sociedad integrada por seres humanos difícilmente logrará coexistir organizadamente sin la presencia de leyes, ya que éstas regulan la conducta de sus individuos. Dichas leyes pueden ser de carácter civil, penal, mercantil, etc.

En este mismo sentido, durante el desarrollo de la asignatura te aproximarás a las leyes de tipo penal, es decir, aquellas que se aplican a quienes cometen un delito. De manera concreta, en esta unidad observarás la necesidad que poseen las sociedades de regular la conducta o comportamiento de sus individuos y estimarás la importancia de entender la historia del Derecho Penal, desde los tiempos remotos, así como los elementos esenciales de aquellas nuevas doctrinas o teorías de vanguardia a nivel mundial que refieren a la norma jurídico penal.

¡Bienvenido y buena suerte!

En esta primera Unidad:

• Identificarás las generalidades y antecedentes históricos del Derecho Penal.

• Distinguirás lo que es Derecho Penal objetivo y subjetivo.

• Conocerás la estructura, concepto y ámbitos de validez de la norma penal, así como las teorías predominantes en el Derecho Penal.

Competencia específica

Identifica los conceptos fundamentales de la Teoría del Delito en relación con el Derecho Penal, así como la división de este último, para comprender su aplicación mediante la consideración de los conceptos y ámbitos de validez de las normas penales.

Introducción al Derecho Penal

En esta primera Unidad veremos la necesidad que tiene la sociedad de regular las conductas o comportamientos del hombre en la misma; esto es, desde que surge la figura de la propiedad privada en los términos que nos explica Friedrich Engels en su libro “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”, comienzan a cometerse delitos contra la misma propiedad privada, la vida, la libertad sexual, etc.

El crimen surge cuando el hombre empieza a vivir en sociedades organizadas arcaicamente y, por lo tanto, sin un orden jurídico regulador de este tipo de conductas antisociales (acciones u omisiones que atentan contra la vida en sociedad).

Es muy importante entender que los delitos tienen su origen fundamentalmente cuando el hombre deja de ser nómada y se vuelve sedentario, teniendo esto como consecuencia la aparición de la propiedad privada.

A continuación, te presentamos un fragmento de la citada obra de Friedrich Engels “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”. En ella encontrarás una explicación de este proceso.

La familia, la propiedad privada y el Estado (fragmento)*

Federico Engels

[En el viejo mundo] la domesticación de los animales y la cría de ganado abrieron manantiales

de riqueza desconocidos hasta entonces, creando relaciones sociales enteramente nuevas.

Hasta el estadio inferior de la barbarie, la riqueza permanente se reducía, casi exclusivamente, a

la habitación, los vestidos, adornos toscos y los enseres necesarios para obtener y preparar los alimentos: la barca, las armas y utensilios domésticos sencillos. El alimento debía conseguirse día a día. Ahora, con sus manadas de caballos, camellos, asnos, bueyes, carneros, cabras y cerdos,

los pueblos pastores, que iban ganando terreno —los arios en el país de los cinco ríos1

y en el valle del Ganges, así como en las estepas del Oxus y el Jaxartes, en aquel tiempo mucho más irrigadas, y los semitas en el Tigris y el Éufrates—, habían adquirido riquezas que sólo necesitaban vigilancia y los cuidados más primitivos para reproducirse en una proporción cada vez mayor y suministrar abundantísima carne y leche. Desde entonces fueron relegados a segundo plano todos los medios empleados anteriormente. La caza, que en otros tiempos era una necesidad, se convirtió en un lujo.

Pero, ¿a quién pertenecía aquella nueva riqueza? No cabe duda alguna de que, en su origen, a la

gens. Pero muy pronto debió de desarrollarse la propiedad privada de los rebaños. Es difícil decir

si el autor del llamado primer libro de Moisés consideraba al patriarca Abraham propietario de sus

rebaños por derecho propio, como jefe de una comunidad familiar, o en virtud de su carácter de

jefe hereditario de una gens. En cualquier caso, no debemos imaginárnoslo como propietario en el

sentido moderno de la palabra. También es indudable que, en los umbrales de la historia constatada,

encontramos ya en todas partes que los rebaños son propiedad particular de los jefes de familia, con

la misma consideración que los productos artísticos de la barbarie, los enseres de metal, los objetos de lujo y, finalmente, el ganado humano, los esclavos.

La esclavitud ya había sido inventada. El esclavo no tenía ningún valor para los bárbaros del estadio inferior. Por eso los indios americanos obraban con sus enemigos vencidos de una manera muy diferente a como se hizo en el estadio superior. La tribu vencedora mataba a los hombres o los adoptaba como hermanos; las mujeres eran tomadas por esposas o adoptadas con sus hijos supervivientes. En este estadio, la fuerza de trabajo humana no produce todavía un excedente apreciable sobre sus gastos de mantenimiento. Pero las cosas tomaron otro cariz con la introducción de la cría de ganado, la elaboración de los metales, el arte del tejido y, por último, la agricultura.

Sobre todo desde que los rebaños pasaron definitivamente a ser propiedad de la familia, con la fuerza de trabajo pasó lo mismo que había pasado con las mujeres, antes tan fáciles de adquirir y que ahora tenían ya su valor de cambio y se compraban. La familia no se multiplicaba con tanta rapidez como el ganado, que ahora requería más personas para su custodia. Podía utilizarse para ello al prisionero de guerra, que además, al igual que las reses, podía multiplicarse.

Convertidas en propiedad particular de las familias y aumentadas después rápidamente, todas estas

riquezas asestaron un duro golpe a la sociedad fundada en el matrimonio sindiásmico y en la gens matriarcal. El matrimonio sindiásmico había introducido en la familia un elemento nuevo. Junto a

la verdadera madre había puesto al verdadero padre, probablemente mucho más auténtico que muchos “padres” de nuestros días.

Con arreglo a la división del trabajo en la familia de entonces, correspondía al hombre procurar

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