EL IMPERIO SOBRE LA INTELIGENCIA EN UN ESTADO SOCIAL DEMOCRÁTICO
Enviado por Patrixiabrooja • 15 de Septiembre de 2017 • Ensayo • 3.138 Palabras (13 Páginas) • 226 Visitas
Universidad autónoma del estado de morelos
Examen a título
Materia: Filosofía política
Carrera: lic. Filosofía
Modalidad semiescolarizada
Catedrático: lic. Carlos Moncada
Alumna: perla patricia ibañez Anaya
EL IMPERIO SOBRE LA INTELIGENCIA EN UN ESTADO SOCIAL DEMOCRÁTICO (Norteamérica).
Una breve lectura a Tockerville.
Los liberales propugnan una menor participación del Estado ya que se sostienen la noción del individuo. Existen los liberales políticos como Locke y Hobbes que abordan al individuo y sus contratos sociales, Tockerville pertenece al liberalismo cívico que reivindica la nueva era democrática y estudia sobre las dificultades u obstáculos para la participación pública. Esto a manera de muy breve introducción acerca de los teóricos a los que se hará referencia durante todo el escrito. Ahora sí me permito la presentación del trabajo.
Tocqueville presenta la democracia como signo de reconocimiento de una época diferente desde diversos ámbitos como lo son el jurídico, político, económico, social, artístico; sin embargo, el presente trabajo pretende estudiar particularmente el gran poder que se desarrolla en la opinión pública, las condiciones que el método filosófico de Norteamérica lo posibilitan, el imperio que ejerce sobre la inteligencia, el encanto con que envuelve a la construcción de las ideas generales, la religión como beneficiaria de estas circunstancias y por último, problematizar hasta qué punto es beneficioso o perverso nuestro ideal actual de democracia.
En su libro La democracia en América, Tockerville, vió en Estados Unidos de Norteamérica el espejo de lo que hoy es el mundo, entendiendo al mundo como esta parte que marca las directrices del orbe. No es la primera vez que surge en la historia un régimen político democrático, incluso a Platón le tocó vivir éste en su momento de crisis que, sin duda, influyó para pensar y escribir sobre el Estado ideal. Las ideas que dan origen a esta democracia instalada en la modernidad, son otras, son “nuevas” muy diferentes a las de la Grecia Clásica, no obstante el ejercicio crítico de Platón a una forma de gobierno en detrimento sigue siendo actual y necesario.
Antes de dejar por asomo la parte crítica en este ensayo considero fundamental iniciar con las condiciones que posibilitaron el origen de la democracia que hoy literalmente sale de Norteamérica y lucha por establecerse como régimen político mundial.
LA BUENA NUEVA: LA DEMOCRACIA.
La democracia es una forma de vida en igualdad de condiciones.
¿Bajo qué criterios se construye esta noción de igualdad? En un viaje retrospectivo a los orígenes del liberalismo encontramos en el Leviatán de Hobbes (1650) que los hombres son iguales por naturaleza tanto en las facultades corporales como las mentales y las diferencias sólo son de grado por lo tanto no son lo bastante considerables como para que un hombre pueda reclamar para sí un beneficio que otro no pueda pretender. En las facultades corporales las diferencias de grado no impiden que un hombre débil pueda someter o matar a un hombre más fuerte y en las facultades mentales la igualdad es aún mayor porque radica en la vanidad cognitiva que cada hombre tiene de sí, en las palabras de Hobbes sería así:
Pues la naturaleza de los hombres es tal que, aunque puedan reconocer que muchos otros son más vivos, o más elocuentes, o más instruidos, difícilmente creerán, sin embargo, que hay muchos más sabios que ellos mismos: pues ven su propia inteligencia a mano, y la de otros hombres son en ese punto iguales más bien que desiguales. Pues generalmente no hay mejor signo de la igual distribución de alguna cosa que el que cada hombre se contente con lo que le ha tocado[1].
Esta igualdad, es una igualdad de capacidades que minimiza las diferencias y posibilita a su vez la igualdad en esperanza para alcanzar fines comunes a los seres humanos.
El otro abuelo del liberalismo, John Locke, no sólo observa la igualdad como condición natural de nuestra especie sino además la libertad y la independencia, siendo, según se ha dicho ya, los hombres libres, iguales e independientes por naturaleza, ninguno de ellos puede ser arrancado de esa situación y sometido el poder político de otros sin que medie su propio consentimiento. Este se otorga mediante convenio hecho con otros hombres de juntarse e integrarse en una comunidad…[2]
Estas condiciones naturales del sujeto sólo se someten por propia voluntad y por un acuerdo que lo lleve a alcanzar con otros de su misma especie fines que les sean comunes tales como una vida cómoda, segura y pacífica. Si este hombre igual a todo hombre y además libre por y en estado de naturaleza ¿Qué hace entonces que someta sus cualidades al colectivo? En el estado de Naturaleza el goce de su libertad e independencia está expuesto de forma constante al atropello de los otros, en Hobbes es el miedo la pasión que los reúne a todos para formar por medio de un “contrato” o convenio la entrega de sus miedos al Leviatán (Estado) y así no temerse entre ellos. Las comunidades humanas poseen poder político porque el poder lo tiene un soberano consentido por todos los integrantes de las mismas, se establecen leyes para que se mantenga un orden, forman una sociedad de seres iguales.
Los hombres que viven agrupados en dicha sociedad en la que todos son iguales o “casi iguales” como afirma Tockerville no advierten en otros grandeza o superioridad y confían en su propia razón como el origen visible y más cercano a la verdad por lo tanto la acción que puede ejercer la inteligencia de un hombre sobre otro es muy limitada.
Los hombres democráticos buscan el origen de la verdad en sí mismos o en aquellos que son sus semejantes, la verdad no está fuera de la humanidad.
En condiciones de desigualdad donde los hombres fueran diferentes, en cuanto a ilustración y poder debido a su inteligencia, unos más ilustrados y una multitud ignorante y limitada como por ejemplo en la aristocracia, quién guía las opiniones sería la razón de un hombre o de la clase superior.
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