ENSAYO EDUCACIÓN PARA EL SER O PARA EL TENER

EDUCACIÓN ¿PARA EL SER O PARA EL TENER?

Edilia Pérez Córdova

En la actualidad vivimos en una sociedad caracterizada por la lucha de poderes valemos por lo que tenemos y no por lo que somos, nos hemos convertido en personas materialistas, en seres mecanizados, pareciera que la esencia no es importante, hemos perdido el sentido de integridad y vemos la vida como una rutina, en la que todo nos parece normal; pero ¿Por qué hemos llegado a esto? ¿Quiénes son los responsables de esta situación? ¿Por qué si somos seres pensantes no tenemos por que razonar nuestras acciones? por una sola razón: porque esa es la educación que hemos recibido, porque en nuestra familia y en nuestras escuelas nos han formado con esos ideales. Por tal motivo considero sustancial abordar esta problemática desde la trinchera de mi profesión.

En nuestro quehacer educativo, difícilmente nos detenemos a preguntarnos cuestiones como: ¿Cuál es la verdadera finalidad de la educación? ¿Qué valor tiene la educación en la vida? ¿Qué seres estamos formando en nuestras aulas? ¿Realmente estamos educando o estamos instruyendo?; estas y otras interrogantes merecen toda nuestra atención y vale pena hacer un alto para reflexionarlo, sobre todo en un país como el nuestro donde el rezago educativo es muy alarmante y los problemas sociales cada día están más presentes .

De entrada antes de hablar de la finalidad de la educación, me parece conveniente en primer lugar aclarar como se define la misma:

Etimológicamente hablando educación proviene del latín educare (guiar) y educere (sacar a la luz), de ahí puede definirse como: La acción de guiar a una persona logrando sacar a la luz los conocimientos innatos, para que ésta pueda desarrollarse plenamente como individuo completo.

Platón la define “como un proceso de perfeccionamiento y embellecimiento del alma y del cuerpo”.

Para Pitágoras la educación significa “templar el alma para las dificultades de la vida”.

Por su parte Kant la define como “un arte cuya pretensión central es la búsqueda de la perfección humana”

Piaget propone una educación donde se pretenda que el niño forme un desarrollo pleno de la personalidad humana.

Si analizamos con detalle estas definiciones, podemos darnos cuenta, que la educación va más allá de la sola impartición de conocimientos y de la memorización por parte de los alumnos. Entonces ¿Cuál es el verdadero objetivo de la Educación? Educar a una persona es lograr que alcance su plenitud como ser humano, que tenga las herramientas para enfrentar los embates de la vida.

Para el escritor J. Krishnamurti la finalidad de la educación no es lograr honores, ni alcanzar una buena posición, ni ser más eficiente o poder dominar a los demás; la función de la educación va más allá de todas esas cuestiones es crear seres humanos integrados, capaces de comprenderse a si mismos y comprender la vida.

Como mencionaba al principio vivimos en una constante lucha de poderes, de saber quien es más destacado, quien tiene más estudios, más diplomas, más posesiones, como si eso fuera lo más importante en esta vida; cuántas personas hay que poseen tantas riquezas pero que sienten un vacío y no le encuentran un verdadero significado a su vida y por otro lado hay personas que a pesar de que tienen pocas pertenencias son seres humanos integrados, comprensivos, que pueden dar y recibir amor y que son felices.

La educación debe empezar en el hogar y son los padres los responsables de lograr esa plenitud en sus hijos, ya que lo que reciba el niño durante los primeros años de vida, determinará su personalidad. Muchos padres se quieren ver realizado en sus hijos y quieren que éstos logren lo que ellos no pudieron o por otro lado quieren que tengas los mismos logros; cuántas veces no hemos escuchado a los padres decir frases como: “Estudia para que seas alguien en la vida”, “Tienes que estudiar para que seas un doctor como tu papá” “Si quieres salir adelante tienes que ir a la escuela”, ”Estudia para que tengas un buen trabajo, una casa bonita, un buen carro;” esta y otras expresiones son común en el hogar, donde se le imponen ideales y modelos a los hijos, los cuales crecen pensando que si no estudian no serán importante ni tendrán valor como persona y entonces llegan a la escuela con esa única meta.

Cuando el niño llega a la escuela los maestros continuamos con ese proceso, impartimos conocimientos de distintas disciplinas los cuales se tienen que aprender, sin analizar si son significativos o no en la vida del alumno; hacemos concursos para ver quien es más competente en ciertas áreas; damos puntos a los que trabajan más; imponemos ideales de lo que pensamos que debieran ser; y rara vez nos detenemos a pensar como se siente el niño, cuáles son sus preocupaciones y sus inquietudes, qué le gustaría aprender, qué piensa de la vida, si está de acuerdo con la forma de trabajar del maestro; éstas

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