ENTREVISTA A EDGAR MORIN POR ANGELA SATIRO
Enviado por supersonica • 5 de Abril de 2013 • 2.317 Palabras (10 Páginas) • 512 Visitas
ENTREVISTA A EDGAR MORIN POR ANGELA SATIRA
Angélica Sátiro entrevista a Edgar Morin
Pensamiento complejo y ecología de la acción
Entrevista publicada en Iniciativa Socialista número 75, primavera 2005. Angélica Sátiro es escritora y educadora. Investiga la relación ética/creatividad en la Universidad de Barcelona. La entrevista fue publicada en portugués en las revistas Crearmundos (www.telefonica.net/web/crearmundos) y Linha Direta. Traducción al castellano de Armando Montes, con autorización y revisión de Angélica Sátiro (angelsatiro@hotmail.com), a la que corresponden los derechos de reproducción o traducción a otras lenguas. Edgar Morin fue uno de los fundadores de la revista Transversales Science Culture, con la que Iniciativa Socialista mantuvo durante varios años un acuerdo para la publicación en España de un suplemento “Transversales en castellano” hasta que TSC dejó de publicarse en papel.
Edgar Morin (París, 1921) es uno de los principales pensadores del siglo XX. Es doctor honoris causa en universidades de diversos países, como Italia, Portugal, España, Dinamarca, Grecia, México, Bolivia y Brasil. Para estudiar los problemas de lo humano y del mundo contemporáneo, atraviesa diversas áreas del conocimiento: biología, física, ciencias humanas... Tiene una formación pluridisciplinar, y es sociólogo, antropólogo, historiador, geógrafo y filósofo, pero ante todo es un intelectual libre que nos propone una visión transdisciplinar del pensamiento. Es autor de más de cuarenta libros de epistemología, sociología política y antropología. Merece ser destacada su obra El Método [de la que ha aparecido recientemente su quinto volumen], sobre la transformación de las ciencias y su impacto en la sociedad contemporánea. Es Director de investigación emérito del Centro de Estudios Transdisciplinares en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París, presidente de la Agencia Europea de Cultura de la UNESCO y presidente de la Asociación de Pensamiento Complejo. Le apasionan las artes, la literatura y el cine en particular. Durante la II Guerra Mundial combatió en la resistencia francesa entre los años 1942 y 1944, y ha luchado contra el nazismo y el estalinismo. El encuentro tuvo lugar en el escenario gótico de la Universidad de Girona, a la que Edgar Morin había sido invitado por el profesor José María Terricabras, de la Cátedra Ferrater Mora, a quien debo mi mayor agradecimiento por haber facilitado esta entrevista.
Ángela Sátiro.- ¿Cuál es la educación necesaria para el siglo XXI?
Edgar Morin.- La educación tiene que ser reorganizada totalmente. Y esa reorganización no se refiere al acto de enseñar, sino a la lucha contra los defectos del sistema, cada vez mayores. Por ejemplo, la enseñanza de disciplinas separadas y sin ninguna intercomunicación produce una fragmentación y una dispersión que nos impide ver cosas cada vez más importantes en el mundo. Hay problemas centrales y fundamentales que permanecen completamente ignorados u olvidados, y que, sin embargo, son importantes para cualquier sociedad y cualquier cultura.
AS.- ¿Se refiere al estudio de los “siete saberes necesarios para la educación del futuro”? [Edgar MORIN, Les sept savoirs nécessaires à l’éducation du futur, SEUIL, Septembre 2000]
EM.- Sí, me refiero a esos saberes, que implican...
- Una educación que reconozca las cegueras del conocimiento, sus errores e ilusiones.
- Una educación que asuma los principios de un conocimiento pertinente.
- La enseñanza de la condición humana.
- La enseñanza de la identidad planetaria.
- La capacitación para hacer frente a las incertidumbres.
- La enseñanza de la comprensión.
- La enseñanza de la ética del género humano.
AS.- ¿Podría hacer un comentario más detallado...?
EM.- Reconocer las cegueras del entendimiento, sus errores y sus ilusiones, quiere decir asumir el acto de conocer como una especie de traducción, no como una correcta foto de la realidad. Se trata de preparar nuestras mentes para el combate vital por la lucidez, y eso significa que hay que estar siempre buscando cómo conocer el propio acto de conocer.
Cuando se habla de asumir los principios del conocimiento pertinente, se entiende por ello la necesidad de enseñar los métodos que permitan aprehender las relaciones mutuas y las influencias recíprocas entre las partes y el todo de este mundo complejo. Se trata de desarrollar una actitud mental capaz de abordar problemas globales que contextualizan sus informaciones parciales y locales.
Enseñar la condición humana debería ser el objeto esencial de cualquier sistema de enseñanza, y eso pasa por tomar en consideración conocimientos que se encuentran dispersos entre varias disciplinas, como las ciencias naturales, las ciencias humanas, la literatura y la filosofía. Las nuevas generaciones necesitan conocer la diversidad y la unidad de lo humano.
Enseñar la identidad planetaria se refiere a mostrar la complejidad de la crisis planetaria que caracterizó el siglo XX. Se trata de enseñar la historia de la era planetaria, mostrando cómo todas las partes del mundo necesitan ser intersolidarias, dado que enfrentan los mismos problemas de vida y muerte.
Hay que hacer frente a las incertidumbres que se han puesto de manifiesto a lo largo del siglo XX, a través de la microfísica, la termodinámica, la cosmología, la biología evolutiva, las neurociencias y las ciencias históricas. Hay que aprender a navegar en el océano de las incertidumbres a través de los archipiélagos de las certezas.
La comprensión es tanto medio como fin de la comunicación humana, por lo que no es algo que la educación pueda pasar por alto. Para eso, es necesaria una reforma de las mentalidades.
Por ética del género humano entiendo un enfoque que considere al individuo, a la sociedad y a la especie. Eso no se enseña con lecciones de moral, pues pasa por la conciencia de sí mismo que el ser humano va adquiriendo como individuo, como parte de la sociedad y como parte de la especie humana. Eso implica concebir la humanidad como una comunidad planetaria compuesta por individuos que viven en democracias.
AS.- Su propuesta es muy interesante, pero parece ir contra un movimiento que ha tenido lugar en España y en Brasil, dirigido a la realización de evaluaciones que midan la cantidad de conocimiento dado por esas disciplinas fragmentadas. Los datos procedentes de esas evaluaciones servirían para establecer una media nacional educativa y para separar a los alumnos según el grado de información que sean capaces de retener. ¿Cómo ve usted este tipo de iniciativas?
EM.- No estoy a favor de ningún tipo de
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