Hospitalidad
Enviado por karlosgamarra • 26 de Junio de 2013 • 1.489 Palabras (6 Páginas) • 441 Visitas
HOSPITALIDAD ENFERMERA,
RETOS PARA EL FUTURO
Por Cecilio ESEVERRI CHAVERRI
Centro Asistencial “San Juan de Dios”. PALENCIA, España.
1. INTRODUCCIÓN
La enfermería de hoy, siempre y permanentemente enfocada hacia el
futuro, paradójicamente se apoya en el pasado. Porque la enfermería
siempre es de ayer, de hoy y de mañana. La enfermería de siempre y
para siempre se cimenta en el pasado. ¡Tal es la fuerza de la historia!
La historia enfermera sigue siempre un itinerario con un punto fijo
de referencia: la hospitalidad. La visión y el tema es clara e indeleble.
No admite ni tolerará otra base ni otros contenidos que los que aporta la
hospitalidad. Podrán añadírsele técnicas y métodos, recursos científicos
avanzados pero siempre sobre el cañamazo de nuestro punto fijo de la
hospitalidad. Todo lo que nos aleje de nuestra diana enfermera resultará
adulteración, engaño, mixtificación de la realidad, de la única verdad.
La hospitalidad tiene su historia, sus contenidos y sus significados.
Es mito y rito. Se centra en la acogida, especialmente la del extraño, el
viajero, el huésped, el vulnerado. Hace falta un espacio y un lugar. Esto
es, una tierra o región, y una casa. Lo que nos conduce a destacar o
descubrir las figuras imprescindibles del anfitrión y del huésped.
El anfitrión dispone de un recinto cubierto y el viajero, huésped, el
enfermo, necesita descansar. La verdadera hospitalidad precisa de un
techo, una casa, tal vez de un hogar. La hospitalidad, los cuidados y
atenciones enfermeras, difícilmente se pueden conseguir sin un espacio
cubierto y acogedor. El Buen Samaritano, por ejemplo, no pudo
practicar directamente la hospitalidad en su sentido estricto. Tuvo que
recurrir y asociarse con un hospedero, hospitalero, con un anfitrión, a
una persona que disfrutaba o disponía de un techo, una casa, un hogar,
Lc 10, 29-37. Aunque sí fue un gran cumplidor del gran mandamiento,
Mc 12, 28-31; Lc 10, 25-28; Mt 22, 34-40.
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El anfitrión como el huésped tienen su personalidad, su manera de
ser y de comportarse. Esto requiere, exige, concesiones. Conocerse
cuanto antes. Respetarse siempre. Reciprocidad. Alternancia.
Correspondencia. Intercambio. Permuta. Todos podemos recibir algo de
los otros y todos podemos dar algo a los demás. De donde llegamos a
considerar como importante el concepto regalo. En la antigüedad estuvo
muy presente y con mucho significado la entrega de regalos. Hoy el
mejor regalo puede ser el don de sí, de darse a los demás. Alteridad.
Esto nos conduce a otra dimensión y trascendencia.
Todo lo dicho nos lleva a intentar y conseguir eliminar la
desconfianza. A superar el miedo a los desconocidos. A conocerse
pronto y mutuamente. Armonía o miedo, esta es la grave cuestión. La
grave y tremenda circunstancia: las prevenciones. Porque el otro, de uno
o del otro lado, puede ser un malhechor. Un delincuente. Por lo que
hemos pasado de considerar a los cercanos o iguales morales al grado
de extraños morales. Y con esto se nos abre una nueva y difícil
eventualidad. Porque los extraños morales ya no vienen de lejos como
antiguamente sino que vivimos en la inmediata, en la propia o misma
sociedad. Formando parte de nuestra comunidad vecinal.
Torralba, pág. 48, se cuestiona: ¿Qué es una comunidad moral? Y
contesta: es una comunidad de personas que comparten unas mismas
costumbres y unos hábitos sociales determinados. La hospitalidad
radica en la capacidad de acoger al extraño moral en la propia
comunidad... Lo que requiere valor es acoger en casa al extraño moral,
al que tiene un modo de ver la realidad desde perspectivas distintas a
las propias. Coincidiendo en esto con Innerarity. En todo esto tiene
enfermería mucho en donde profundizar e identificarse.
2. PROCESO HISTÓRICO DE LA HOSPITALIDAD ENFERMERA
Todos los investigadores de la hospitalidad recurren-recurrimos a las
mismas o parecidas fuentes. Son, con distintos matices, las únicas o
casi únicas y mejores raíces de donde sacamos la savia del
conocimiento hospitalario-enfermero. Estas fuentes documentales las
encontramos en la Biblia, Odisea, Tradición Cristiana y en el Corán.
Por tanto, seleccionando bien y concisamente los fundamentos
documentales a ellos nos dedicaremos seguidamente.
El pasaje bíblico por excelencia de prestación hospitalaria es el de
Abraham en la teofanía de Mambré, Gn 18, 1-33. Igual procede Lot:
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-ea, señores, por favor, desviaos hacia la casa de vuestro siervo, hacéis
noche, os laváis los pies y de madrugada seguiréis vuestro camino, Gn
19, 1-2. Descripción procedente de Mesopotamia y País de Canaán,
ahora Palestina, hacia 1850 antes de Cristo. La Biblia dispone de
muchos pasajes similares, de los que aquí citaremos unos pocos. P. e.:
Gn.24,15-60; Jue 17,7-13 y 19,11-25; 1Re 17,7-16; Tob 7,1-16.
* * *
En la Odisea encontramos un gran número de pasajes hospitalarios
en el sentido más clásico. Todos cargados de una muy rica doctrina
sobre la acogida. En la Rapsodia II, pág. 42, leemos:
-Respondió el prudente Telémaco: extranjero, me has hablado tan
cordialmente como
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