IDENTIDADES CULTURALES

DESCRIPCION DEL TEMA

Una de las principales dificultades planteadas por el concepto de “identidad” es que en algunas ocasiones se usa en términos descriptivos y, en otras, en términos explicativos. Este problema ha sido ampliamente discutido por autores como Alan Knight y Emmanuel Wallerstein. Knight propone distinguir el uso de identidad nacional como un concepto supuestamente objetivo y científico, capaz de explicar los procesos históricos y como una norma o concepto manejado por los propios actores históricos. El autor señala que la segunda tiene valor independientemente de la primera, pero que es preciso estar pendiente de la confusión entre estas en los distintos trabajos de las ciencias sociales.

Las costumbres (identidades) hacen cosas: no son formulaciones abstractas de significados, ni búsquedas de los mismos, aunque pueden transmitir significados. Las costumbres (identidades) están claramente conectadas y enraizadas en las realidades materiales y sociales de la vida y el trabajo, aunque no son sencillamente derivados de dichas realidades ni re expresiones de las mismas.

Invocar la identidad puede servirle a un actor social determinado para justificar tanto lo que existe como aquello que quisiera cambiar. Ciertos rasgos se convierten en los rasgos de un grupo ya que sobreviven ciertas formas de interacción social dentro de unos grupos que luego van a ser clasificados como grupos “tradicionales”. Las identidades suelen ser utilizadas para explicar un comportamiento, por cuanto suelen invocar al pasado, y por esa vía expresan o encarnan una relación entre orden político y concepción del tiempo.

La identidad es un desarrollo que articula la vida individual y la del grupo, En la Medida en que nunca hay un solo sujeto, y en que cada ser humano nace formando parte de un grupo con el que aprende las funciones centrales para su supervivencia, la pregunta por la identidad es inseparable de la pregunta sobre las condiciones en que se produce la interacción con los otros. Es más, la pregunta por la identidad se hace con el lenguaje y los “restos” de los otros, pero también para separarse de ellos. La identidad es vista como “proyección de lo que se demanda o se busca sobre la base de lo que se es”, se debe situar históricamente qué se demanda, qué se puede buscar y qué se puede ser en la interacción con otros.

Adicionalmente, hablar de identidad como yo e identidad como nosotros abre un nuevo espacio a la relación entre identidades y Estado. Permite ahondar en el planteamiento que considera a las identidades y al Estado como dos rostros del ordenamiento político. En efecto, el Estado, como tipo privilegiado de nosotros, durante una época consagró un espacio y unos mecanismos determinados para producir la identidad como yo y una organizada jerarquización de las identidades como nosotros.

Considerando la relación

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