JOHN DEWEY, VIDA Y OBRA
Enviado por evelyndejesusrub • 20 de Octubre de 2014 • 8.026 Palabras (33 Páginas) • 385 Visitas
INTRODUCCIÓN:
John Dewey, filósofo y psicólogo estadunidense. Nació el 20 de octubre de 1859 en Burlington, Vermont, Estados Unidos. Graduado en Artes en la Universidad de Vermont en 1879, se doctoró en Filosofía en la Universidad de John Hopkins en 1884. Inició su carrera en la Universidad de Michigan, donde enseña entre los años 1884 y 1888. Posteriormente fue profesor en las universidades de Minnesota, Chicago y Columbia desde 1904 hasta su jubilación como profesor emérito en 1931.
Estudió los sistemas educativos de México, China, Turquía, Japón y la Unión Soviética. Durante su residencia en Chicago, se interesó en la reforma de la teoría y de la práctica educativas. Contrastó sus principios educativos en la famosa escuela laboratorio de carácter experimental, denominada Escuela Dewey, instituida en la Universidad de Chicago en 1896.
Concibió la escuela como una espacio de producción y reflexión de experiencias relevantes de vida social que permite el desarrollo de una ciudadanía plena. Sostenía que lo ofrecido por el sistema educativo de su época no proporcionaba a los ciudadanos una preparación adecuada para la vida en una sociedad democrática.
El «método experimental» de su pedagogía se basa en la educación de la destreza individual, de la iniciativa y del espíritu de empresa en detrimento de la adquisición de conocimientos científicos. Sus escritos influyeron en los profundos cambios experimentados en la pedagogía de Estados Unidos en los inicios del siglo XX.
Como filósofo, subrayó todo lo práctico, esforzándose en demostrar cómo las ideas filosóficas pueden actuar en los asuntos de la vida diaria. Su planteamiento lógico y filosófico era de cambio permanente, adaptándose a las necesidades y a las circunstancias. El proceso de pensamiento en su filosofía es un medio de planificar la acción y de superar los obstáculos entre lo que hay y lo que se proyecta.
Activista político, defendió los planteamientos progresistas, algunas veces radicales, respecto de los asuntos internacionales y de los problemas económicos. Su abundante obra se muestra en libros como Psicología (1887), La escuela y la sociedad (1889), Democracia y Educación (1916), La reconstrucción en la filosofía (1920), Naturaleza humana y conducta (1922), La búsqueda de la certeza (1929), El arte como experiencia (1934), Lógica: la teoría de la pregunta (1938) y Problemas del hombre (1946). John Dewey falleció el 1 de junio de 1952 en Nueva York.
Por otra parte, en el presente documento se analizan temas de gran importancia en la “escuela Dewey”, tales como: el rool del maestro, el rool del alumno, además de bajo qué didáctica y cómo se desarrollan los contenidos
DESARROLLO:
En 1894 John Dewey, con ayuda de unos parientes interesados en la empresa, logró crear su célebre escuela – laboratorio, llamada comúnmente “escuela Dewey”, de la cual su objetivo no era hacer de ella una escuela modelo, sino darle respecto a la sección de filosofía y de psicología la misma categoría que la de los laboratorios en relación con las ciencias físicas.
La escuela tradicional: El fin esencial de la escuela tradicional era, según Dewey, preparar para una vida adulta que era, a su vez, una preparación para una vida después de la muerte, el niño y más tarde el adulto, estaba preocupado preparándose para una etapa futura de la vida más que para vivir rica y plenamente el hoy.
El carácter autoritario de esta enseñanza era también un testimonio de la atmósfera social de la escuela. El maestro era el monarca de la clase. La sumisión y la obediencia a su dictado eran virtudes escolares más importantes que la iniciativa y la independencia del alumno. El espíritu social que caracterizaba a la clase tendía también a caracterizar la administración de la escuela. Si los alumnos esperaban los decretos del maestro, éste esperaba los del director, el director los del superintendente del grupo y éste último los de las autoridades municipales y las autoridades del estado.
El rol del docente: Dewey afirmaba que el alumno es un sujeto activo, y que es tarea del docente generar entornos estimulantes para desarrollar y orientar esta capacidad de actuar. De este modo, es el maestro quien debe conectar los contenidos del currículum con los intereses de los alumnos. También entendía que el conocimiento no puede ser impuesto desde afuera o transmitido en forma repetitiva, dado que en esa imposición ciega el alumno pierde la posibilidad de comprender los procesos que permitieron la construcción de ese conocimiento.
El rol del alumno: Él niño es un cumulo de experiencias que pueden ser enriquecidas a medida que evoluciona, él es quien a su ritmo y sus propios intereses construye su conocimiento y quien tiene derecho a equivocarse, a experimentar, a ser y dejar ser. El niño aprende descubriendo lo malo y lo bueno de la vida misma, sin reglas o instrucciones memorísticas, pero si con una guía en su proceso.
PROPUESTA DIDÁCTICA
La escuela Dewey: la “escuela Dewey” tomó, como punto de partida, no las actividades futuras del adulto en las que se pensaba que participaría el niño, sino las actividades “comunes” en las que estaba inmediatamente comprometido. El fin de la educación no era “extraerlo” o desarrollarlo de acuerdo con algún modelo distante, sino más bien ayudarlo a resolver los problemas suscitados por los contactos habituales con los ambientes físico y social. Dewey tenía especial interés en que la escuela fuese una prolongación simplificada y ordenada de dichas situaciones sociales. Para lograrlo, la escuela Dewey partía, como la escuela tradicional, de las capacidades y de las tendencias presentes del niño. Dewey concebía el programa como un instrumento que ayudaría al niño a realizar todos los proyectos que éste podía haber formulado con el fin de comprobar el resultado de sus presentes actividades.
Dewey fundaba el programa de los primeros años en las necesidades de los niños, como el alimento, el albergue y el vestido, esto no quiere decir que Dewey tuviera la intención de enseñar al niño a guisar y a coser en la escuela y a leer y escribir en su casa. Todo debía su significado al hecho de que enriquecían actividades vitales básicas, como el aprovisionamiento para la alimentación, la construcción de un albergue o la confección de un vestido.
Dewey llegó a pretender que el defecto más grave de los métodos de entonces, consistía en el divorcio entre el saber y su aplicación, a su juicio, ninguna instrucción podía tener éxito separando el saber y el hacer.
La importancia dada en la escuela a actividades manuales como la carpintería, la cocina, la costura y el tejido, se debía
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