Trabajo Práctico Filosofía y Educación

Trabajo Práctico

Filosofía y Educación

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Año: 2015

Profesor: Lic. Fernando Virili

Alumna: Peretti Candelaria

Instituto Domingo Faustino Sarmiento

En el siguiente trabajo se establecerán relaciones entre diferentes autores, filósofos y pensadores en relación con la filosofía y la educación.

Se partirá desde una pregunta hipotética, que se intentará resolver a lo largo de la monografía, con diferentes concepciones. La pregunta es: ¿Quién es el otro?. Este interrogante emerge en la escena de la filosofía moderna con Descartes y desde entonces atraviesa el pensar reflexivo de distintos pensadores y filósofos. Se pueden hacer preguntas relacionadas que agrandarían la hipótesis y permiten ampliar sobre la investigación para poder responder la pregunta fundamental. ¿Hay algún punto en que las definiciones pueden incluirse una en otra? ¿La pregunta es la misma y la respuesta es diferente? ¿Qué mueve a cada uno de ellos a la pregunta por el otro? ¿En qué sentido lo absolutamente otro nos interesa?

El objetivo de este trabajo es investigar a Heidegger, Lévinas, Marx y la autora Nuria Pérez de Lara sobre el problema del otro. Son posiciones distintas que surgen de experiencias diferentes, que se pueden comparar pero no siempre unir en una sola concepción.

La pregunta fundamental de Heidegger es acerca del ser del ente, de la mismidad, mientras que Lévinas se interroga sobre el Otro, la alteridad. Marx analiza al otro desde una perspectiva social y la autora Pérez lo toma desde una mirada un poco más pedagógica y educacional.

Heidegger y Lévinas coinciden en que invierten la “intencionalidad” del pensar y del hablar. Ésta no parte del sujeto que piensa, sino de lo otro del pensar. Para Heidegger, el otro es el ser, que necesita al hombre, mientras que para Lévinas es el Otro que es epifanía para el hombre. Heidegger y Lévinas piensan sus interrogantes fundamentales desde lugares distintos. Heidegger elige pensar al ser desde los griegos, aquello que en el transcurso de la historia se ha olvidado. Lévinas piensa desde su propio origen judío y quiere señalar que el olvido ha sido el “olvido del Otro”,

Para Heidegger todavía no sabemos lo que opinamos cuando decimos que algo es ente. Formula así una acusación contra un doble olvido del ser. Hemos olvidado lo que es el ser y por añadidura hemos olvidado ese olvido. Y así “hay que plantear de nuevo la pregunta por el ser”, pero, como hemos olvidado el olvido, “antes hay que volver a despertar ante todo una comprensión del sentido de esa pregunta”. Hay un ente que es distinto a todos los demás y que por eso hay que dirigirle la pregunta, ese ente somos nosotros mismos. El hombre es el ente que comprende al ser. El punto de partida es el ente que somos cada uno de nosotros y que tiene la capacidad de interrogar. Heidegger lo designa con el nombre de Dasein (ser-ahí). Este término no es un equivalente sin más de hombre sino que manifiesta el fundamento mismo del hombre. El hombre es el ahí (da) donde el ser (sein) se manifiesta.

La esencia del ser-ahí es su existencia. Esto significa que el Dasein no es un ente cerrado, sino que lo caracteriza su apertura al ser. El ser ahí está abierto a los demás ente y así mismo. Desde esta significación que el filósofo le da al concepto de existencia, sólo el Dasein existe.

El ser-ahí es siempre un ser-en-el-mundo. Dice que el ser-en no es algo accesorio, como si el Dasein primero fuera de por sí y luego se le agregara el mundo, sino que está siendo-en-el-mundo en forma originaria

En Heidegger el comportarse se refiere “al mundo circundante” (de las cosas y de la naturaleza), pero se refiere también al “mundo del sí mismo” y al mundo común (sociedad). El ser es ser-con con otros. De esta manera, para Heidegger el ser-con como estructura fundamental del ser-ahí determina toda relación con el Otro.

La pregunta ahora sería, ¿quiénes son los otros para el Dasein? Los otros, dice Heidegger, son motivo de mi solicitud e inquietud. Y esto quiere decir que un Dasein puede Ser uno para otro, estar uno contra otro, prescindir los unos de los otros, pasar el uno al lado del otro, no interesarse los unos por los otros.

De este modo Heidegger reconoce lo irreductible del Otro al Mismo. Sigue siendo enigmática, cómo la relación del Dasein hacia sí mismo puede abrirse al otro en cuanto otro. Por eso critica la concepción de que el otro sea un “doblete” una “proyección” del sí-mismo.

Lévinas toma como punto de partida el Otro como alteridad absoluta, como irreductible a lo Mismo porque el punto de partida es el Otro mismo. Lévinas sostiene que se da así una recuperación del Otro opacada en la Mismidad.

La comprensión del ser en general no puede dominar la relación con el Otro. Ésta domina a la otra. Lévinas aborda al sujeto humano de otro modo que del saber. Lévinas sostiene que el punto de partida es el Otro, el otro desde la proximidad y no desde la mismidad donde la alteridad se diluye. La huella del Otro marca el pensamiento de Lévinas y es el punto de partida de la ética la cual se convierte en filosofía primera. Este modo de pensar de Lévinas hace emerger una nueva con concepción de tiempo, pensar el tiempo no en forma de una presencia ingenua, sin crítica, sino en desfomalizada, concebido en término de alteridad y este solo se entiende como responsabilidad por el Otro, es decir en términos éticos.

“Lo Otro metafísico es otro como una alteridad que no es formal, con una alteridad que no es un simple revés de la identidad, ni de una alteridad hecha de resistencia al Mismo, sino con una alteridad anterior a toda iniciativa, a todo imperialismo del Mismo”

¿Quién es el Otro? Lévinas dice no es un enemigo o un complemento. El Otro es Otro, que me compromete, que se nos manifiesta. Ser Yo significa no poder sustraerme a la responsabilidad de ese Otro que se manifiesta.

Para Heidegger y Lévinas el otro nos constituye, hay una relación interna entre el yo y el otro. El otro nos es producto de un yo que juzga que existen. El otro es junto al ser-ahí o mejor dicho con-el ser-ahí.

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