ACTIVIDAD 2. LA HISTORIA PERSONAL, ESCOLAR Y LA GRUPALIDAD

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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL

UNIDAD 19A MONTERREY

Licenciatura en Educación Plan 1994

Primer semestre

Sistema abierto

Septiembre 2016-Enero 2017

Curso: Grupos en la Escuela

Asesora: Mtra. Alicia Margarita Martínez Rincón

Olivia Yazmin Román García

Teléfono: 6144278441

Correo: yaz_ro@outlook.es

Monterrey, Nuevo León, 24 de septiembre de 2016

ACTIVIDAD 1. LA VIDA EN EL AULA [pic 2][pic 3]

ACTIVIDAD 2. LA HISTORIA PERSONAL, ESCOLAR Y LA GRUPALIDAD

La vida en una escuela se limita a aspectos extraordinarios dejando de lado aquellas cosas que no llaman tanto nuestra atención; no obstante, si nos detenemos a analizarlas aportan información sobre la dinámica de la clase. Se debe valorar la rutina, la monotonía, los elementos cotidianos de la existencia humana.

Los maestros generalmente se focalizan en los actos de comportamiento como algo determínate dentro de la jornada escolar, lo mismo sucede con el niño, queda el día reducido a aspectos significativos. Cuando se quiere enumerar cosas cotidianas, la mente realiza un proceso de selección, recuerda solamente aquello que sobresale por ser extraordinario.

En la escuela suceden muchas cosas divertidas, se hacen nuevos amigos, se aprende, se aprueba; pero también es un sitio de orden, en ocasiones aburrido, donde se castiga o desaprueba. Siendo estos últimos aspectos  a los que el maestro no presta tanto interés a la hora de resumir su trabajo del día.

La inexistencia de algo extraordinario puede llegar a frustrar, por lo que se sugiere ser empáticos con los alumnos, la primer pregunta que debemos hacernos es saber qué es lo que sienten con relación a la duración que permanecen en la escuela. Si asisten con regularidad habrán pasado más tiempo en clase que lo que dedican a la familia. Después del juego y de dormir no hay otra actividad que ocupe más su tiempo. Permanecen encerrados más en el aula que en cualquier otro ámbito. En ningún orto sitio permanecen tanto tiempo junto a otras personas.

Se hace una semejanza con dos instituciones de terror, la iglesia y la cárcel. Todos sabemos lo que sucede en ellas, es evidente que las clases no son idénticas, sin embargo las diferencias en estructura no son notables. Para el niño no parece distinto los cambios superficiales que el maestro realiza, puede cambiarse el acomode, pero todas parecen prescindir de lo mismo, bancas, escritorio. Inclusive se hace alusión que si una persona entra con los ojos vendados sabrá perfectamente que esta dentro de una escuela, todas poseen un olor peculiar y afín. Por ende debe haber algo que despunte, que al niño no le parezca habitual.

Las cosas siempre permanecen igual, se esta tan acostumbrado a lo mismo que los que integran el aula, tienen un sitio fijo. Las actividades conservan un carácter ritualista, siempre suceden en el mismo orden. Hay un esquema de lo que verá durante el día, por ello a pesar de que las actividades sean distintas, no les asombran, origen de que se sigue un patrón

No hablar en voz alta, no interrumpir a los que hablan, no mirar al examen del compañero, son obligatoriedades dentro de la clase. Los niños tienen que estar en la escuela aunque no lo quieran, es una asistencia forzosa, relativo a un prisionero como el adulto encarcelado. Es una normatividad con las que se debe cumplir.

Por lo anterior, no todo es funesto si nos detenemos a pensar que estas estrategias le enseñaran a vivir en grupo, la mayoría de las actividades que realizamos las hacemos en compañía de otros. En consecuencia pasamos por evaluaciones, que a su vez nos desarrollan mecanismos de adaptación en otros aspectos de la vida. Por ello los compañeros hacen que el niño se haga la idea que tiene de él.

La adaptación a la vida de la escuela, lo hace consciente de que todos lo evalúan. Una la realiza el profesor, siendo este el más fuerte en la relación de maestro-alumno. Él es quien toma las decisiones a las cuales el niño tiene la necesidad de adaptarse. Muchas de las veces parece un sargento que impone orden. Hace turnos para el uso de los recursos, concede privilegios especiales a los alumnos que los merecen, asigna tareas, que todo comience y termine a su debido tiempo.

Las acciones anteriores son propias del carácter masivo de la clase, dado que si todos hacen lo que quisiesen la haría mucho más frenética de lo que es. Imprescindibles controles para no caer en un caos e imperiosos para cumplir con los objetivos de la escuela. Sin embargo, es de considerar que en ocasiones prestamos más atención a cuestiones instituciones que de aprendizaje. Cada que se pretenda lo anterior o llamar la atención hay que tratar de hacerlo en privado para no despertar la opinión de la audiencia.

En el mismo sentido, se alaba al alumno porque sabe algo y actúa conforme a las normas establecidas, con ello se quiere estimularlo. Buscar la motivación del alumno, ya que sin esta muy difícil que el alumno aprenda. Comparto la creencia de que más alabanzas y más contacto con el alumno harán crecer su deseo por aprender.

Por otro lado, las interrupciones, son consecuencia de lo masivo, mal comportamiento, personas externas a la clase que llegan a comunicar, interrumpen la continuidad la explicación del profesor. Se quiere que los alumnos ignoren estas distracciones o vuelvan de inmediato a lo que se estaban viendo dentro de la clase.

Los tiempos de la escuela también es una interrupción, se dejan los trabajos inconclusos, esto parece ser inevitable, si  se esperara demasiado la jornada de la escuela sería interminable. Es una constante omisión del interés del alumno por aprender. Se dejan tareas que se pretende que terminen, aislándose de los demás, es difícil si se piensa que es un grupo donde todos se conocen perfectamente.

Finalmente, cabe señalar que rasgos poco comentados, espera, frustraciones, distracciones hacia el grupo, interrupciones, es como consecuencia de convivir en un espacio reducido con gran número de personas. Por ello la paciencia es una cualidad con la que se tiene que contar si se está dentro de una escuela, se tiene que aprender a trabajar y esperar. Las estrategias de adaptación son propias y peculiares de cada alumno, no se puede predecir cómo reaccionará.

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