Belle epoque
Enviado por Andrea Castro • 13 de Enero de 2020 • Ensayo • 1.192 Palabras (5 Páginas) • 190 Visitas
La Belle Époque no solo se trata de un período (1871-1914), sino que este término también se usa para describir un estado de ánimo concreto en la vida de un país.
Durante este tiempo, París se convirtió en el centro del mundo civilizado y del progreso, y como consecuencia, el francés era el idioma asociado con el refinamiento y la cultura.
París, apodada “la ciudad de la luz”, era el centro de acción de la época. Era una época de lujosos carruajes, bellos parasoles, tocados y sombreros. De los cafés al aire libre rodeados de zonas verdes a donde iban los niños vestidos de encaje y terciopelo para tomar el té, y dónde demi-mondaines (mujeres galantes), cocottes (prostitutas), y hombres ricos se juntaban por las noches entre perfumadas pieles, largos guantes y grandes sombreros.
Es el tiempo del cancán y del Moulin Rouge, lugar que frecuentaban personalidades de la talla de Auguste Renoir o Toulouse Lautrec.
También supone el comienzo de la tan ansiada liberación de la mujer, dándose movimientos anti moda en los que las mujeres rechazaban las obligaciones sociales y se desprendían del corsé – tanto en sentido literal como simbólico – , practicaban deporte y defendían sus derechos y la igualdad de género: aparecen las sufragistas.
En este clima de inquietud y renovación se dieron diversos movimientos artísticos que recuperaron el protagonismo del cuerpo y sus formas, dotándolo de libertad: el Impresionismo (ver ejemplos en Anexo 1) , cuyo afán era la representación de la luz restándole importancia a las formas; el movimiento Arts & crafts, haciendo que la simplificación en la ropa se diera en la forma y en los elementos decorativos que “encarecían de forma desmedida las prendas” (Mercedes Pasalodos Salgado, P.110); y el Art Nouveau, movimiento artístico arquitectónico y de diseño que comienza en la década de 1890 y que se caracteriza por formas fluidas, la búsqueda de la exaltación de la belleza y el uso de nuevos materiales. Se dio a conocer a través de la Exposición Universal de 1900 (ver ejemplos en el anexo 1) y tuvo su auge durante las primeras décadas del siglo XX, pero se vio truncado por el estallido de la Primera Guerra Mundial.
Con la aparición del coche a motor, el ambiente de la ciudad estaba lleno de polvo y suciedad y las carreteras de campo no estaban asfaltadas, de modo que los abrigos sueltos de cuero, o abrigos especiales de motor, como el de Burberry, actuaron como protección. También usaban velos gruesos, gafas y guantes – lavables o con bordados en su versión más elegante- .
Con el objetivo de afinar su figura y cumplir con el canon de belleza de mujer con grandes pechos, cintura de avispa y marcado trasero, las mujeres lucían miriñaques y ajustados corsés, muy peligrosos para la salud y en auge en la época.
La silueta en la época Eduardiana, de reloj de arena, era propia de la mujer madura y con grandes curvas. El popular corsé en S se ceñía ligeramente a la cintura, forzando las caderas hacia atrás y destacando el pecho hacia delante, creando una forma de S. (Ver anexo 2).
Encima del corsé se ponía un corpiño, que se montaba generalmente en un forro debajo y que se abrochaba con ganchos muy cómodamente. Actuó como una prenda que le daba estabilidad y forma debajo de la delicada tela superior.
En la parte frontal del corpiño se colocaban bolsas de encaje en cascada o tela que destacaban la baja línea del busto, y las mangas rectas se convirtieron en muñequeras.
Otra sonada aportación fue el traje sastre, cuyo éxito se asocia a su comodidad.
Los sastres confeccionaban
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