EL HORROR DE AUSTRIA
Enviado por abap79 • 31 de Marzo de 2014 • 1.937 Palabras (8 Páginas) • 286 Visitas
EL HORROR DE AUSTRIA
Archivo Periódico EL TIEMPO
El aberrante e inaudito drama del secuestro e incesto padecido durante 24 años por la austriaca, Elizabeth Fritzl, a manos de su padre, Josef Fritzl, en el sótano búnker de su propia casa, deja más preguntas que respuestas. En entrevista con El TIEMPO, Franz Polzer, jefe y vocero del equipo de investigadores de la Unidad de Investigación Criminal de la Policía de la región de Baja Austria, que conjuntamente con la Fiscalía Regional está al frente del caso, aclara los principales pormenores en torno a este descomunal drama y delito, el mayor en la historia judicial del país alpino. ¿Es verdad, como ha dicho la prensa europea, que se ha iniciado también investigación contra Rosamarie, esposa de Josef Friztl y madre de Elizabeth, por supuesto encubrimiento? Hasta el momento no existe ningún indicio que permita suponer que la esposa de Josef Fritzl estaba enterada de las actividades de su marido. La prensa europea está especulando sobre muchos asuntos en torno a este caso y ha creado una especie de novela de horror paralela, que no contribuye en nada en aclarar este, de por sí, espeluznante crimen.
Desde el inicio de la investigación, usted siempre ha descartado la complicidad de la madre. ¿Por qué está tan seguro de ello? Evidentemente, en una investigación uno nunca puede descartar nada, sólo se puede basar en indicios y pruebas, y repito, hasta ahora no hemos encontrado ningún indicio que la vincule. El domingo pasado, la señora Fritlz fue interrogada por la Policía y ella juró que no sabía nada. Eso mismo aseguró su propia hija, Elizabeth, durante su, hasta ahora, única declaración ante la Policía, y eso mismo aseguró el responsable del crimen, Josef Fritzl. Además nosotros, los investigadores, también tenemos en cuenta la reacción de una persona al enterarse de un crimen y la reacción de la señora corresponde a su declaración. Al enterarse de todo lo sucedido ella cayó en estado de schock nervioso y depresión profunda de los que no se ha recuperado. Vamos a interrogarla nuevamente, pero en el momento los médicos no lo permiten debido a su estado de salud, que es casi tan precario como el de su hija. ¿Siguen presumiendo los investigadores que Josef Fritzl actuó solo y logró mantener de esa forma, sin ninguna ayuda, la farsa de la desaparición de la hija, su secuestro y los partos de ésta en una instancia de su propia casa? Le repito, hasta ahora, en once días de extensa investigación, nosotros seguimos partiendo del hecho de que este hombre actuó solo. Durante las diferentes requisas en el sótano, nuestros investigadores no han encontrado ninguna huella que permita suponer la presencia de otras personas, aparte de Elizabeth, la secuestrada, el padre y tres de sus siete hijos. Las huellas sólo corresponden a esas personas. Por supuesto, no podemos descartar que en cualquier momento encontremos un indicio que de a la investigación una orientación diferente, pero hasta ahora, ese no es el caso.
¿Quiénes vivían en ese sótano? Elizabeth dio a luz allí a siete niños en un periodo de 19 de los 24 años de secuestro, que inició en 1984. En 1988, cuatro años después, nació Kerstin, la hija mayor, ahora hospitalizada; el segundo hijo, Stefan, nació aproximadamente hace 18 años. Los dos, junto con Félix, el último hijo de Elizabeth, ahora de seis años, vivían con ella en el sótano. Los otros tres hijos, Lisa, ahora de 16 años, fue retirada del sótano a los 9 meses de vida y dejada en una canasta en la puerta principal de la residencia oficial de Josef con una carta, escrita de puño y letra de la madre, en la que se le pedía a los abuelos que la cuidaran. Lo mismo ocurrió con la hija Monika, ahora de 14 años, quien fue dejada en la puerta de la casa cuando tenía 10 meses; y con Alexander, ahora de trece años, a quien Josef sacó a escondidas del búnker a los 15 meses. El hermano gemelo de este murió, según el protocolo de la investigación, cuando tenía un mes de edad y el padre declaró haber incinerado su cadáver.
¿Quién se supone que atendió los siete partos? En su primera y hasta ahora única declaración ante los investigadores, Josef F. confesó que su hija atendió sola los partos en el sótano, y que él bajaba todos los días, de esos 24 años, a atenderla. Por su parte, Elizabeth corroboró a solas con la Policía esa versión. Dijo que diariamente el padre llegaba al sótano entre las 9 y las 10 de la mañana y se quedaba, a veces, varias horas con ella y la violaba una y otra vez. Tanto de la confesión del criminal como de la víctima y de los hallazgos en el búnker se desprende que allí, Josef F. construyó una perfecta y perversa vida paralela a la que llevaba en la superficie con su esposa. La situación de extrema penuria, violencia, terror y presión en la que vivió esta mujer supera cualquier adjetivo. ¿No despertó sospecha entre los investigadores que averiguaban la desaparición de Elizabeth la llegada de tres bebés a la casa de los abuelos?. No. Josef F. actúo también en ese aspecto con precisión. Él obligaba a su hija a escribir las cartas de entrega de los hijos, pidiéndoles a los abuelos que se ocuparan de ellos. El mismo hombre, sin dejar huellas, las ponía al correo desde una ciudad diferente cada vez. Cuando llegaban las cartas y los bebés, él llamaba a la Policía, que también tenía en su poder, otra carta anterior de la hija, donde afirmaba que se había ido voluntariamente de la casa porque se había enrolado en un grupo o secta religiosa y que por eso no la debían buscar. Como era mayor de edad y la carta era auténtica, no despertó
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