Escuela Maternal

La escuela maternal es la que recibe niños de tres a seis años de edad y también a niños de dos años es la primera escuela en donde el niño inicia a favorecer el florecimiento y el desarrollo de las capacidades sensoriales, motrices, relacionales e intelectuales de todos los niños, organiza la adquisición de competencias lingüísticas determinantes. En los primeros años de escolarización deben de prevenirse el fracaso precoz y la deserción escolar que resulta con frecuencia de el.

La escuela, no es la única que recibe a niños que son el producto de historias y contextos muy diferentes en cuanto al lenguaje oral y ocasiones de encuentros con el escrito son extremadamente variables.

Sin forzar los ritmos ni optar por aprendizajes formales prematuros, pero igualmente sin inmovilismo y manteniendo con respecto a cada niño un nivel de exigencia que incita a anticipar, la escuela maternal puede permitir a todos sus alumnos abordar el curso preparatorio con un dominio de lo oral y una iniciación a la escritura suficientemente logrados para tener éxito en él.

El lenguaje corresponde a las actividades de recepción y de comprensión (escuchar, leer) y a las actividades de producción (hablar, escribir), ya sea que las efectúen los niños mismos o por la intermediación de una profesora o un profesor. El inicio a la escritura constituye una etapa delicada para numerosos niños que no logran comprender que el lenguaje es a la vez una herramienta de comunicación y un objeto de estudio. La escuela maternal debe prepararlos eficazmente para ello.

La escuela maternal es la escuela de la palabra, pero el aprendizaje de lo oral también se realiza afuera, especialmente en la familia. La heterogeneidad de los hábitos lingüísticos de los niños puede ser fuente de malentendidos y los docentes a veces consideran agresivas palabras que para los alumnos son de uso común, aunque estén proscritas en el marco escolar

Lo oral no es fácil de evaluar, por ser tan volátil. No hay, sin embargo, enseñanza legítima y aprendizajes eficaces sin recurrir a la evaluación como una herramienta pedagógica y reflexiva que permite a la maestra o al maestro saber dónde se encuentra cada alumno y adaptar al máximo sus dispositivos. La evaluación supone primero que se ha identificado bien un objetivo para que los indicadores de éxito sean precisos.

La iniciación en la cultura escrita es una de las misiones de la escuela maternal. Debe estimular el deseo de leer y escribir, favorecer la toma de conciencia de la especificidad de lo escrito, organizar los primeros intentos y preparar para los aprendizajes del curso preparatorio. Lo escrito tiene su lugar en la escuela maternal. No hay “prerrequisitos”, etapa obligada capacidad intelectual que constituya una exigencia necesaria para poner en contacto a los pequeños con lo escrito. Existen en cambio componentes identificados de una aproximación exitosa

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