Gastronomía en Trujillo
Enviado por oswmar • 1 de Septiembre de 2013 • Ensayo • 1.404 Palabras (6 Páginas) • 509 Visitas
Hablar de gastronomía en Trujillo, es adentrarse en la variada y completa especie culinaria. No es posible identificar al trujillano por una comida o un condimento. Gastronómicamente hablando se le puede identificar por la inventiva y variedad de platos que a diario puede ofrecer a sus invitados y , por su puesto, por la opulencia en sus ofrecimientos.
Existe comidas que durante mucho tiempo se han manifestado como el punto culinario trujillano y entre éstas se pone de cúpula el mojo trujillano hecho con un rico guiso a base de huevo, sal, cilantro, cebolla, ajo y laurel, revoltijo que hace delicia en el paladar de quien lo consume. Es el plato más original, tradicional y autóctono. Asimismo la pizca andina, especie de sancocho mañanero preparado con una mezcla de huevo, sal, cebolla, redonda, ajo, y algún pícaro condimento especial de quien lo prepara.
El mondongo es un plato adoptado. Es una sopa de mucha tradición. Por mera práctica es una comida dominguera y se comienza a prepara un día antes cuando habrá de poner en remojo algunos ingredientes como la panza, los garbanzos o el maíz. El día llegado será de fiesta gastrónomica pues este plato es bastante gustoso pero exige cierto descanso al terminar su degustación. También sirve para eliminar resacas nocturnas.
Otras sopas trujillanas que llenan las expectativas del comensal es la de granos. Arvejas, lentejas, caraotas, frijoles, sopa de pollo o hervido de res o de verduras son comidas tradicionales de gran gusto pero quizás el; plato mas famoso y tal vez el mas nutritivo es el sancocho de gallina. se le llama “LEVANTAMUERTO”, “RESTAURTADORA”, “SACAJUMAS”. Caldo de pica tierra. Nunca podrá faltar en días festivos de tipo especial.
En cuanto a dulces, el postre preferido por el trujillano es el dulce de lechosa verde, el cual es económico, de fácil preparación y muy tradicional. Otro es el dulce de apio, muy típico y muy solicitado. Un dulce que nunca falta en los hogares: el cabello de ángel o dulce de zapallo. Si embargo, es posible que sirva a la ves una variedad de ellos en un solo postre acompañado de alguna natilla, arroz con leche, flan quesillo, dulce de higo, icacos, cascos de guayaba, dulce de limón son o sidra.
El dulce mas antiguo que se conoce es el curruchete, deleite de nuestros libertadores cuando venia el antojo de Bolívar, Sucre, Rivas y otros.
Nunca falta en una ceremonia festiva un trozo de pastel, es decir, torta. Es la delectación de la celebración, desde la sencilla torta de auyama hasta la principesca torta de fresa o la de tres leches. De piña, jojoto, chocolate, torta negra, pan, plátano o de galletas, la torta será siempre el cierre del festín trujillano.
El trujillano heredó muchas costumbres de sus antepasados timoto-cuicas y de los españoles coloniales, que le proporcionaron su propia identidad haciéndolo un hombre bastante conservador en cuanto a sus hábitos y prácticas. Dentro de la cultura trujillana se destaca de manera majestuosa su gastronomía típica. Sin que parezca vicio, nuestra gente abusa en cierto modo del café, ají y el chimó.
Algunos autores destacan 1.782 como año en que francisco Labastidas trajo el café a su hacienda de Mendoza Fría, hoy Mendoza del Momboy; aunque otros dicen que fue en 1.770. Esta bebida es la fija mañanera para despejar el sueño. Se acostumbra brindar una tácita de café al visitante como cortesía de nuestros pueblos. Hay infinidad al exigir un cafecito: negro, tinto, cerrero, fuerte, doble, matas sueño, cargador, trasnochador, recuelo, recolaó, tuchero, guayoyo, clarito, guarapo, mediano, medio- medio , negrito, suave, con leche, marrón, con canela, con clavos, y pare usted de contar los nombre.
El ají picante llegó a nuestras tierras traído por nuestros antepasados, muestra de la proliferación y extensión mesoamericana de razas indígenas. el picante es famosa por su preparación a los trujillanos, gustoso y con presencia. El ají nuestro hace “HIPEAR” al mas fuerte de los consumidores de aderezos. En todo hogar trujillano existe un envase destinado al picante que siempre está lleno y dispuesto al comensal.
Es el alimento que acompaña la mesa de los pobres. Este condimento se prepara con diversidad de gustos: con leche, con aceite, verduras, flores de
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