PROCESOS PARA LA ADMINISTRACIÓN

PROCESOS PARA LA ADMINISTRACIÓN Y GESTIÓN DE LA POLICÍA COMUNITARIA.

Para que un programa se lleve a cabo, es necesario que el proceso transite entre las siguientes etapas: el diagnóstico de las dinámicas criminales y de los factores de riesgo (sea de victimización, sea de atracción para el crimen), local y general, sensible a las variaciones dictadas por las circunstancias y las coyunturas; la elaboración de un plan de acción, capaz de formular una agenda, identificar prioridades y recursos, y estipular metas; su implementación (que incluye tareas de coordinación y de garantía de cumplimiento de metas y cronogramas); evaluación del plan (no solamente de los resultados, también del proceso), seguida del monitoreo, que significa la corrección de rumbo dictada por la constatación de los errores.

En la práctica, la Policía Comunitaria está desarrollando su trabajo de campo, basado en los siguientes pasos:

a. Información.- Recoger la información necesaria a través de: entrevistas, contactos ciudadanos, encuestas, medios de comunicación, estadísticas, denuncias ante las autoridades, reuniones de trabajo, con la comunidad y organizaciones, planos del sector, recortes de prensa, Censo Comunitario, entre otros. Debiendo resaltar como el más importante método, este último, que nos permite acercarnos más al núcleo familiar y poder conocer de fuente directa ¿Cuál es el problema de inseguridad que no le permite estar tranquilo?.

b. Diagnóstico.- Se lo establece con la información del sector recogida mediante los mecanismos mencionados en el literal anterior.

c. Priorización.- Para poder determinar los principales problemas de inseguridad que afectan al mayor número de conciudadanos y por donde vamos a empezar sus soluciones.

d. Planificación.- Cada uno de los problemas priorizados, nos permiten elaborar un plan para su solución, que está contemplado y se resume en el formato del “Plan de Acción” que entre sus partes sobresalientes se anotan: Nombre del proyecto y responsable, tiempo a ejecutar, costo, acciones y sus responsables, estrategias, indicadores.

e. Ejecución.- Ejecutar todas las actividades, estrategias y otros aspectos considerados en el plan.

f. Evaluación.- A través de las múltiples formas que se han establecido para el efecto y las que concuerden con la comunidad: rendición de cuentas, veedurías cívicas, sesiones, etc.

g. Difusión.- Tenemos que estar convencidos que con estos pasos observados sabemos que hacer y cómo hacerlo, por tanto debemos estar satisfechos de los logros alcanzados, lo que nos permite difundir nuestras acciones a través de las diferentes formas y procedimientos: medios de comunicación, púlpitos de las iglesias, minutos cívicos en los colegios, etc.

Es conveniente poner en marcha proyectos piloto y observarlos, críticamente, como experimentos y demostración. Es irracional implantar programas o políticas sin definir criterios, métodos y mecanismos de evaluación y monitoreo. Si así ocurriera se pondrá en riesgo el desarrollo acumulativo del proceso, una vez que, sin monitoreo, o se repetirán los errores o habrá negligencia con las cualidades y el programa terminará desactivado.

En ese sentido, participación no es una palabra vacía, un slogan demagógico, una oratoria populista, ni una fórmula mágica. Es condición efectiva para la elaboración competente y para el monitoreo racional de toda política pública de seguridad que se pretenda consistente y consecuente. Ese nuevo ángulo de enfoque exige que las propuestas estén en sintonía con la complejidad del problema a enfrentar y, por ende, se traduzcan en proyectos multidimensionales, que movilicen recursos multisectoriales, que incluyan actores públicos y privados de diferentes tipos y que se inspiren en conocimientos interdisciplinarios.

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