RETOS EN LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA

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 “2016. AÑO DEL CENTENARIO LUCTUOSO DE LA INSTALACIÓN DEL CONGRESO CONSTITUYENTE”

ESCUELA NORMAL DE SAN FELIPE DEL PROGRESO

LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PRIMARIA

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ENSAYO: “RETOS EN LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA”

CURSO: “EDUCACIÓN HISTÓRICA EN DIVERSOS CONTEXTOS”

PROFESOR (A): JUAN JOSÉ BECERRIL GARCÍA

DOCENTE EN FORMACIÓN INICIAL:

LEILANY GUADALUPE GARCÍA CASTRO

SAN FELIPE DEL PROGRESO, MÉX., JUNIO  DE 2016

INTRODUCCIÓN^[a]

El papel de profesor de historia ha cambiado a lo largo del tiempo y gracias a ello la historia escolar es, desde sus orígenes, un plato cocinado por los gobiernos para socializar a la juventud y formar su identidad y conciencia nacional. Ha sido siempre así, y sigue siéndolo, en prácticamente todos los países del mundo. Sin embargo enseñar historia actualmente no busca que el docente sea solo un repetidor o narrador sino que le exige que, además de conocer su materia, sepa pedagogía y se capacite de manera continua en el manejo de técnicas didácticas.

La educación en el siglo XXI  requiere que como docentes entendamos sobre^[b] procesos de comunicación y sobre todo significación de los contenidos, que sin duda se encuentren del todo inmersos en procesos de apertura al cambio, al aprendizaje, y siempre dispuestos a mejorar. Enseñar es tanto un privilegio como una responsabilidad. Los maestros de hoy funcionan como guías que acompañan al estudiante en sus incursiones por el campo del conocimiento, por ello es indispensable que estén conscientes de su labor mediante la recuperación de su práctica docente y la evaluación sistemática de sus acciones, deben ser congruentes y no dar dobles mensajes que desconcierten a los estudiantes.

Por ello en las siguientes líneas se describirá lo importante que es para el docente^[c] promover un tipo de educación que motive a los alumnos a ser autodidactas, es decir enseñarlos a pensar, acompañarlos en la reflexión, invitar a ser creativo con la idea de intencionar momentos de interacción interpersonal en donde la persona de un maestro no puede ser solo sustituida por una maquina o bien solo un libro, lo anterior es sin duda algunos de los mayores retos que como docentes de historia se tienen hoy en día, el ultimo reto y no por ello el menos importante es el de dejar de ser repetidores de otros repetidores para formar otros futuros repetidores, y estar conscientes de que no solo se mueven en el terreno de los contenidos de su materia sino que las clases se dan en el contexto de desarrollo de los seres humanos que participan en el proceso.

SER PROFESOR DE HISTORIA: UN RETO EN EL SIGLO XXI^[d]

“La Historia es la vida de la memoria, la maestra de la vida”

Cicerón

En^[e] nuestros días, inmersos en una situación de permanente incertidumbre^[f], la educación es un tema que suscita numerosos debates. Podemos encontrar reflexiones acerca de la forma en la que los docentes^[g] han tenido que cambiar la forma de enseñar la propia asignatura. Diversas voces han hecho eco en cuanto a la forma en la que se imparte la asignatura dentro de las escuelas, Haciendo referencia a las palabras de Hannah Arendt (1997) “no se puede educar sin enseñar al mismo tiempo; la educación sin instrucción es vacía y degenera fácilmente en mera retórica emocional y moral” estas líneas describen en su totalidad la idea de que algo estamos haciendo mal.

Sin duda^[h] como docentes actuales es necesario cuidar las acciones que se realizan, de tal modo que favorezcan la construcción madura de las personas involucradas, para que en un futuro ideal de los estudiantes puedan llegar a ser responsables de sus propias decisiones y capaces de formar a otros. Comprender además que enseñar historia es un gran compromiso^[i], del cual se debe propiciar que los estudiantes consideren el aprendizaje de la disciplina como una forma útil de comprender el pasado y la relación con el futuro.

En este sentido Simarro (2008) agrega que si el maestro integra mente y corazón tendrá^[j] la capacidad para crear en el aula un buen ambiente de aprendizaje y para orientar y coordinar el desarrollo de las actividades, de manera que promuevan procesos de aprendizaje.

Muchas son las voces que abogan por la aplicación y el desarrollo de una nueva didáctica de la historia que se encuentre acorde con los tiempos que corren, exigiéndose tambien una constante actualización y formación del profesorado, cuerpo que supone en “gremio más necesario, más esforzado y generoso, más civilizador de cuantos trabajamos para cubrir las demandas de la educación actual” aspecto que es necesario considerar dentro de la formación del profesorado. (Mendoza, 2007).

Por otra parte la intensidad con la que los cambios se están produciendo, con la incorporación de las nuevas tecnologías y su aplicación en el aula, obliga a los docentes a una constante actualización, debiendo, en primer lugar, tomar conciencia de ello ya que su función no lo desempeñarán plenamente “si  su actuar no está informado, ordenado y constituido distintivamente por una pedagogía y didáctica nuevas, de críticas raíces filosóficas y científicas” (Pages, 1999).

• Sin duda, la enseñanza de la historia preocupa, en  todo el mundo, a quienes seguimos creyendo en su valor educativo en la necesidad de formar a las jóvenes generaciones para que, ubicándose en su mundo y en sus orígenes, sean los auténticos protagonistas de la construcción del futuro. Ahora bien ¿Cuál es el valor educativo de la enseñanza de la historia? ¿Para qué queremos que utilicen los niños y los jóvenes el saber histórico? ¿Cuál puede ser su valor ante los retos del siglo XXI?

Como es sabido, la historia es el pasado y la interpretación de ese pasado. Los conocimientos históricos son el resultado de la reflexión que cada generación ha hecho sobre sus orígenes con el intento de comprender como su presente está condicionado por ellos. Pero son tambien unos conocimientos para situarse en el presente y poder prever como las decisiones que se toman en él, los cuales pueden prefigurar en un futuro.

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