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Dibs


Enviado por   •  27 de Marzo de 2015  •  Síntesis  •  1.657 Palabras (7 Páginas)  •  235 Visitas

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Todos somos personalidades que crecemos y nos desarrollamos como resultado de todas nuestras experiencias, relaciones, pensamientos y emociones.

Existen personas que pudieran pensar que la llegada de un niño a su vida puede ser un problema, incluso sabemos que hay personas que tratan de evitar ese “problema” mediante la practica de un legrado. En lo personal pienso que el decir que un hijo es un problema o la causa de muchas desgracias es una estupidez y aun más si se prohíbe una vida. Creo que la llegada de un niño a nuestras vidas es algo magnifico, ese pequeño será nuestra razón de ser y nuestra felicidad.

Lo logrado por la psicóloga Virginia M. Axline me hizo pensar que así como ella mediante la comprensión y el apoyo nosotros, como futuros maestros, podremos auxiliar a nuestros alumnos para que encuentren su identidad y que esta sea positiva, ya que ese será uno de nuestros objetivos, ayudar a los jóvenes a que se superen y puedan llegar a convertirse en profesionistas y hombres de bien. Pienso también que mediante paciencia y un pequeño empujoncito todos podemos cambiar nuestra forma de ser, en cuanto al libro me gusta mucho como la psicóloga trata de ayudar al niño dándole su espacio para que él de valla desenvolviendo solo, a su ritmo y sin presiones, soy de las personas que piensan que si se le presiona a alguien a hacer algo, el resultado será defectuoso, no hay como permitirle a las personas realizar lo que deben hacer, pienso que de este modo los resultados serán mucho más satisfactorios.

Me gusta mucho como es que Dibs, además de la psicóloga, tuvo apoyo de otras personas que también lo apoyaron y lo encaminaron a ser alguien de bien, como su abuela y Jake el jardinero que le mostró al pequeño otra manera de ver el mundo muy diferente a la que le mostraba su padre.

Después de un tiempo de que Dibs acudía a las sesiones con la psicóloga, el niño comenzó a mostrar cambios en su forma de actuar y las maestras del niño se mostraban felices por el cambio que había tenido el pequeño, esto me agrado mucho, ya que hay personas a quienes no les importa como se encuentran los demás, y noté que en realidad si sentían un aprecio por el pequeño, pero a la vez siento algo de coraje porque como es posible que cuando el niño se comportaba diferente ya estaban a punto de catalogarlo como un retrasado mental y después de tiempo, cuando vieron que estaba cambiando ya ahora si muy contentas, aunque también tengo que aplaudirles el no darse por vencidas cuando alguien más se pudo haber rendido muy rápido al ver el comportamiento de Dibs, por eso creo que esas maestras en realidad si muestran vocación por la docencia. De la misma manera como futuros profesores esta en nosotros el no darnos por vencidos y no dejar sin guía a esos estudiantes que estarán bajo nuestra tutela.

Pues bien, los juegos de Dibs reflejaban un conflicto en casa al tomar seguidamente la casa de muñecas. El protagonista de sus frustraciones era su padre y la presión que había ejercido la madre sobre él también le provocaba rabia. La hermana no estaba fuera del conflicto, en repetidas ocasiones Dibs la mencionó y hablaba de ella de forma displicente.

En la terapia de juego Dibs se convertía en un niño poderoso que podía tomar a papá y ejercer fuerza sobre él: le pegaba, lo enterraba, lo mataba, le gritaba… lo que nunca podía hacer en casa. Además, no era una simple figura la que representaba a papá, era un ¡Soldado!

También tuvo el gusto de encerrar a sus padres e imaginar que los quemaba, experimentó hacer daño a su ‘’hermana’’ y en distintos juegos triunfó como el niño fuerte y vengativo.

El juego le permitió expresar sus emociones y frustraciones, tuvo el placer de acabar, en lo posible, con el resentimiento que le acechaba. Sintió placer de hacer y decir lo que quisiera sin limitaciones. Tuvo la oportunidad de dirigirse a sus figuras parentales con desprecio por el rechazo que había experimentado en diversas ocasiones.

Mientras se va llevando a cabo la terapia de juego, la terapeuta tiene una sesión con la madre de Dibs, solicitada por ésta última donde ella finalmente le expresa sus emociones y pensamientos respecto a Dibs, en esa parte, la terapeuta no busca indagar más allá de la información que la madre brinda y no da mayor información respecto a los avances que ella ha observado, está más bien interesada en lo que la madre haya podido percibir del niño y su comportamiento.

Más adelante también se reúne con las maestras de la escuela de Dibs donde ellas le cuentan del gran avance que han podido notar en Dibs y de cómo ha cambiado a lo largo de las semanas en que el tratamiento se ha llevado a cabo. Posterior a este encuentro Dibs y la terapeuta tendrán únicamente cuatro sesiones más.

A lo largo de todas las sesiones, la terapeuta mantiene los ocho principios básicos de la terapia de juego permitiendo que sea Dibs quien marque la pauta

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