La Seduccion De Las Palabras
Enviado por Larrosa88 • 13 de Mayo de 2013 • 2.197 Palabras (9 Páginas) • 2.539 Visitas
FICHA BIBLIOGRÁFICA
La seducción de las palabras, obra de Álex Grijelmo, escritor y periodista español, trata de impulsar el correcto uso de las normas de la lengua española.
Esta edición se elaboró en Madrid, concretamente en Torrelaguna, en la editorial Taurus, Grupo Santillana de Ediciones, S.A. en el año 2004. Se trata de un ejemplar de la octava edición publicados en abril de 2004. La primera edición de La seducción de las palabras, se publicó en julio de 2000 y, hasta 2010, son diez las ediciones que han sido publicadas. El propio autor subtitula este ensayo como “un recorrido por las manipulaciones del pensamiento”, con lo que intenta transmitir que las palabras son simples marionetas en boca de quien las dice, ya que según el contexto en que se usen y la intención comunicativa del hablante pueden expresar y transmitir diferentes conceptos.
El ensayo consta de 296 páginas divididas en diez capítulos, a lo largo de los cuales el autor explica esas diferencias que existen entre las palabras según el contexto y la forma en el que son utilizadas, y factores que son importantes a la hora de su correcta interpretación. Todas las explicaciones dadas por Grijelmo vienen acompañadas de ejemplos que ayudan a su mejor comprensión. La obra no presenta ningún otro tipo de fuente informativa que no sea la del encadenado de palabras formando el texto desarrollado, es decir, no tiene esquemas, tablas ni fotografías que acompañen al ensayo.
BREVE PRESENTACIÓN DE LA OBRA
Como se ha mencionado anteriormente, esta obra es de género ensayístico, además de ser una obra colectiva, ya que su estructura se encuentra dividida en capítulos, a los que hay que sumar la bibliografía y los agradecimientos que realiza el propio Grijelmo.
Al comienzo de la obra el autor hace una reflexión sobre el título de la misma, que hace una referencia general al contenido de todo el ensayo. En este se trata de cómo el poder de seducción de las palabras es la causa de que, con ellas, las personas sean capaces de manipular los pensamientos ajenos.
Álex Grijelmo pretende impulsar el uso correcto de la lengua española en el ámbito periodístico, de ello derivan todas sus obras publicadas hasta la fecha. La seducción de las palabras no se trata de su primer trabajo, en 1997 publicó El estilo del periodista, por citar alguna obra anterior a este ensayo.
ANÁLISIS DE CONTENIDO DE LA OBRA
En el primer capítulo, “El camino de las palabras profundas”, el autor se centra especialmente en eso, en la profundidad de las palabras, en la trayectoria que siguen desde su origen. La mayoría de las lenguas provienen del indoeuropeo, lengua de la cual no se conoce su antecesora y, desde esta, han ido adquiriendo cambios hasta convertirse en las lenguas que son hoy en día. Las palabras se heredan de generación en generación, y van adquiriendo su significado a lo largo de los años con el uso que se les da y con el significado de las palabras que las acompañan, lo que justifica con ejemplos como los de las palabras “acorde” (pág. 17-21) y “terrenal” (pág. 22), entre otras.
También nos explica que el habla es una capacidad innata que posee el ser humano, tal y como trata de mostrar Grijelmo con el ejemplo de la trayectoria lógica que los niños aplican a las palabras cuando empiezan a hablar.
Al comienzo del segundo capítulo, “Persuasión y seducción”, el autor nos destaca el poder de “persuasión” y “disuasión” (pág.37) que poseen las palabras. Esto se basa en que todas las palabras tienen una consecuencia en el momento en el que son recibidas por el receptor, y es este quien debe decidir si son positivas o negativas.
Según A. Grijelmo: “La seducción parte de las connotaciones, de los mensajes entre líneas más que de los enunciados que se aprecian a simple vista” (pág. 39). Es el significado de las palabras el que se recoge con los sentidos y se interpreta con los sentimientos.
En el tercer capítulo, “Los sonidos seductores”, resalta la importancia del habla, del sonido de las letras y lo que estos nos transmiten. “Los estudiosos del lenguaje y del cerebro humano han convenido en que la lectura de un texto va acompañada de una articulación interior, imperceptible” (pág. 46). A este proceso inconsciente lo llaman “subvocalización”, de donde deducen la importancia que tiene aprender a leer en la percepción de los sonidos de las palabras.
Y de los sonidos, pasamos a los colores que nos sugiere cada fonema. El autor usa la metáfora “Las letras cumplen el papel de colores en la paleta de quien plasma un poema” (pág. 46) para explicar esta idea. Así, relaciona la letra “u” con la luz, la “a” con el color blanco, la “i” con el amarillo, la “o” con el negro y la “e” con el marrón y los colores pardos. A algunas de estas vocales no solo les atribuye un color, sino también un tamaño como pequeño y sinónimo de diminutivo a la “i” y de grande y de aumentativo a la “a” y a la “o”.
En el cuarto capítulo, “Las palabras del amor”, vemos que es en el uso de las palabras donde realmente se encuentra el poder de seducción de las personas. Poetas como Gustavo Adolfo Bécquer y Mario Benedetti son un claro ejemplo de ello, ya que, con su poesía, transmiten el buen uso de esas palabras que despiertan nuestros sentimientos más profundos. “El lenguaje del amor busca los sonidos suaves y las palabras que se arraigan en la historia de la humanidad” (pág. 69). Dependiendo de las palabras que utilice el emisor, de entre tantas opciones posibles, el receptor recibirá el mensaje de una forma u otra. Así, si las palabras utilizadas son las adecuadas, la seducción se producirá de manera inconsciente.
Grijelmo destaca conjuntos de palabras que, aunque muy parecidas, dichas en el contexto amoroso tienen pequeños matices que las diferencian, como “amar” y “querer” (pág. 71-74), “querer” y “desear” (pág. 83) y “desear” y “gustar” (pág. 84). Cabe destacar una de las frases con la que el autor da fin a este capítulo: “Solo en la medida en que hallemos con palabras lo que sentimos realmente podremos expresarnos ante los demás y ante nosotros mismos” (pág. 104).
En el siguiente capítulo, “Los símbolos de la publicidad”, el autor nos muestra los diferentes “trucos” y estrategias que utilizan los publicistas para atraer la atención del posible cliente, todos ellos mediante el uso de las palabras. Uno de esos trucos es utilizar palabras que evoquen al espectador a lugares de la naturaleza, donde la “libertad” (pág. 108) sirve de escapatoria a la rutina y a la cotidianidad, ya que estas palabras poseen un valor especial para el hombre.
Las entidades publicitarias crean una “imagen de marca” (pág. 107)
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