La crítica a la escuela el radicalismo estadounidense en la década de 1960
Enviado por krizzejuh • 12 de Junio de 2013 • Informe • 3.485 Palabras (14 Páginas) • 641 Visitas
TEMA III LA CRÍTICA A LA ESCUELA EL RADICALISMO ESTADOUNIDENSE EN LA DÉCADA DE 1960.
SEMINARIO DE TEMAS SELECTOS DE LA HISTORIA DE LA EDUCACIÓN.
PERLA DEL CARMEN RODELO CÓRDOVA.
11/06/2013
INTRODUCCIÓN.
A lo largo de este ensayo resaltare las siguientes circunstancias que me parecieron muy importantes ya que pueden ser parte de cualquier escuela, de cualquier aula y de cualquier niño no solo en Norteamérica si no también en mi país; estos puntos son: los grandes problemas de los niños y la relación maestro-estudiante. Es de gran importancia recalcar que la vida de los niños tiene muchas complicaciones, si bien nosotros no vemos sus problemas como grandes comparados con los nuestros, es obvio que para ellos se les viene el mundo encima al no aprender a leer y ver que sus compañeros ya lo saben, o bien, dominar un tema y después de un tiempo le digan que está completamente equivocado; eso son algunos de los grandes problemas de los niños, de los cuales uno como padre y maestro no se da cuenta o no le presta importancia por estar pensando en los problemas de adultos y en realidad dejamos de lado la gran magnitud de estos asuntos y de las grandes dificultades que estos pueden provocarle a los niños no solo académicamente, si no social y personalmente.
El maestro no solo es un emisor en el proceso de aprendizaje sino también un compañero en el camino del saber es necesario, por lo tanto es necesario que el docente deje de mostrarse como un individuo aparte del grupo y que no se involucra. El maestro necesariamente comete errores.las respuestas intuitivas o inmediatas pueden ser correctas o mágicas, o pueden expresar la comprensión de que el maestro no sabe qué hacer y conducirlo a una nueva organización en su relación con el grupo.
LA VIDA DE LOS NIÑOS.
El niño está ávido de adquirir lo que piensa que son las necesidades del niño, y el maestro no debe responder con puro profesionalismo y trampas.
El continuo de la experiencia y la realidad del encuentro se destruyen en las escuelas públicas. La experiencia de aprender es una experiencia de integridad. El niño siente la unidad de sus propios poderes y el continuo de las personas. Los obstáculos que impiden el desarrollo del encuentro entre el maestro y el niño y que hicimos lo que pudimos. (Claro que no lo suficiente) para restaurar algo del continuo de la experiencia dentro del cual todo niño debe lograr su desarrollo.
La vida de un niño es realmente difícil. Me gustaría volver más tarde a este tema y decir en detalle por qué y cómo los niños, al dejarlos con sus propios recursos, tienen un efecto positivo curativo mutuo. Esta es la clase de declaración que muchos profesionales consideran con desdén y califican de romántica, como para decir que la esfera del mundo cabalga sobre la tortuga de sus propias carreras. Sin embargo, muchos maestros y padres reconocerán en tal afirmación uno de los más bellos y significativos hechos de la vida. ¿Sería posible el crecimiento – realmente existiría el mundo - si lo que reciben los niños estuviera restringido a las cosas que deliberadamente les ofrecen los adultos? Piénsese también cuán estremecedor sería si nosotros los adultos, durante dos minutos, pudiéramos volver a experimentar los poderes de la mente, la concentración, la memoria, la energía para particularizar – sin hablar del entusiasmo físico – que poseíamos a los diez años. Seguramente, no sobreviviría nuestra vanidad en relación con los jóvenes.
UN CASO COMÚN, NADA ESPECIAL.
José había fracasado en todo. Después de cinco años en las escuelas públicas, no sabía leer, no podía sumar y no tenía los más mínimos conocimientos de historia y geografía. Ya que hablamos de un niño real, hablamos también de libros reales, de maestros reales y de salones de clase reales. Y los niños reales, después de todo, no leen sílabas sino palabras; y las palabras, aun las palabras impresas, tienen la propiedad de la voz; y las voces no existen en el vacío, sino en clases sociales claramente indicadas.
Obviamente, José tiene poca habilidad para leer pero, tal como lo indiqué, leer no es sólo un pequeño asunto de sílabas y palabras. Entonces, tampoco es un asunto pequeño la facilidad para leer. Ello incluye, también, sus relaciones típicas con los adultos, con otros niños y consigo mismo: porque está ferozmente dividido dentro de sí mismo y este conflicto está en el corazón de su problema de lectura.
El problema de lectura de José es José. O, dicho de otra manera, no existe algo así como el problema de lectura. José odia las escuelas, los libros y los maestros y, entre otros defectos – del mismo corte - , no puede leer. ¿Es esto un problema de lectura?
En suma, un problema de lectura no es un hecho de la vida, sino un hecho de la administración escolar. No describe a José, sino a la acción representada por la escuela: la de ignorarlo todo de José, excepto su respuesta a las letras impresas.
Hagamos algo obvio para variar y observemos a José. Esta pequeña ojeada a su conducta es lo que pudo haber visto un visitante durante los primeros meses de José en la First Street School.
Entonces, ¿Cuáles son los problemas de José? Uno de ellos, con seguridad, lo constituye el hecho de que no sabe leer. Pero este problema, evidentemente, es causado por otros problemas, más fundamentales; realmente su fracaso en la lectura no debe describirse como problema, sino como síntoma. Sólo con mirar a José vemos cuáles son sus problemas: vergüenza, temor, resentimiento, rechazo de otros y de sí, angustia, desprecio de sí mismo y soledad. Ninguno de ellos fue causado por la dificultad de leer palabras impresas, un hecho muy evidente si recordamos aquí que José, cuando llegó a este país a la edad de siete años, podía leer en español y leía regularmente para su madre – que no sabe leer – las postales que recibían del padre que si sabe leer y que se quedó en Puerto Rico. Durante cinco años estuvo sentado en las clases de las escuelas públicas, volviéndose literalmente más estúpido cada año. Había fracasado en todo – no sólo en leer – y lo habían cambiado de un lado a otro, con el fin de hacer lugar para otros niños que estaban más o menos condenados a seguirle los pasos.
Es obvio que no todos los problemas de José se originaron en la escuela. Pero, dada la intimidad y libertad en el ambiente de la First Street School, su conducta causada por la escuela era fácil de observar. Fuera de la escuela había aprendido muchos juegos, como todos los niños, ignorante de que están en “el
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