Mejorar la calidad

Mejorar la calidad

Al mejorar la calidad se logra importantes beneficios. Se reducen los reprocesos, los errores, los retrasos, los desperdicios y el número de artículos defectuosos. Al tener menos deficiencias se reducen los costos y se liberan recursos materiales y humanos que se pueden destinar a elaborar productos, en otras palabras, el tiempo de los empleados y directivos, las maquinas, insumos y espacios que estaban destinados a reprocesar, a volver a elaborar productos defectuosos, ahora pueden destinarse a hacer más artículos, con lo que se incrementa la productividad y la gente se encuentra más contenta con su trabajo.

Al mejorar la calidad y disminuir las deficiencias, se incrementa la productividad, lo que permite que una empresa sea más competitiva y ofrezca menores precios. Los beneficios obtenidos con el incremento en la productividad permiten obtener mayores márgenes de ganancia y así la empresa está en mejor posición para competir en un mundo globalizado. Con el incremento en la calidad y, en consecuencia, de la productividad, también se ven favorecidos los clientes, ya que se les puede ofrecer un mejor producto o servicio a un menor precio. La mejora de la calidad lleva a que las empresas u organizaciones cumplan de mejor manera sus fines y objetivos.

La relación entre la mejora de la calidad, la productividad y la competitividad se presenta en la siguiente figura la cual se conoce como “Reacción en Cadena”.    [pic 1]

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En muchas empresas la reacción en cadena ha sido el detonante del cambio hacia la calidad. La mala calidad implica altos costos de calidad y menor competitividad, y al mejorar la calidad se incrementa la productividad y la competitividad. Por el contrario, la calidad, es decir, la eficiencia global de la organización, influye en gran medida en los otros dos elementos.

La responsabilidad de mejorar la calidad recae en la dirección de la empresa y no en el trabajador. La reacción en cadena ha abierto una gran veta de reducción de costos en las empresas. Sin embargo, cuando los directivos y técnicos tratan de llevar a la práctica la reacción en cadena es frecuente que en las empresas se vea con duda y pesimismo esta alternativa para mejorar la competitividad.

La calidad total o el CTC exige conocimiento del qué, el cómo y el con qué; no son suficientes la intuición, la experiencia y los mejores esfuerzos. Por ejemplo, una creencia típica sobre cómo mejorar es: “Nuestros problemas de competitividad se resolverían si compráramos maquinaria moderna, computadoras y tecnología”.

Que se hace por la calidad

Al mejorar la calidad se es más competitivo. Veamos lo que hacen las empresas por un aspecto tan fundamental como la calidad:

1. No se tiene una política ni una filosofía de la calidad, se observan algunos problemas y se ve una cuota de deficiencias:

• Volver hacer diseños
• Productos defectuosos
• Retrasos en la producción
• Materiales no adecuados
• Cuadrillas enteras de supervisión
• Fallas y equivocaciones que se repiten con frecuencia
• Otros.

1. Se hace énfasis en la cantidad más que en la calidad.
2. Cada departamento o área funciona de acuerdo con sus intereses, no se administra la empresa como un todo, por lo que la calidad resulta muy variable.
3. No se sabe que opina el cliente del producto o servicio que la empresa ofrece.
4. No se tiene una definición de que es un producto, trabajo o servicio de calidad.
5. No se tiene una actitud preventiva ante las deficiencias y problemas; en el mejor de los casos, la actitud es correctiva.
6. Los sistemas y procedimientos están diseñados para facilitar el trabajo en la empresa, no importa que se le complique la vida al cliente.

Se puede seguir enumerando más situaciones para mostrar que el trabajo por la calidad que se ha venido haciendo en las empresas e instituciones deja mucho que desear. En general, la calidad no ha sido una prioridad. La calidad es un resultado de otras prioridades, y  no como lo que debe ser: la principal prioridad.

A la transformación hacia la calidad como política de existencia se le conoce de muy diversas formas: sistema de calidad total, aseguramiento de calidad, administración de la calidad total, control total de calidad; pero todos estos términos tienen un mismo objetivo: la mejora continua de la calidad de todas las actividades que se realizan en la empresa, desde la relación con los proveedores hasta el trato y atención a clientes.

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