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Propuesta De Evaluacion


Enviado por   •  18 de Julio de 2014  •  5.875 Palabras (24 Páginas)  •  272 Visitas

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4.2 PROPUESTA DE EVALUACIÓN Y ACREDITACIÓN DE LOS APRENDIZAJES

En la educación formal institucionalizada se hace necesario cumplir como en otros procesos, con las fases de planeación, desarrollo y evaluación. Estas fases son comunes a procesos administrativos y productivos por su carácter amplio y general.

En el caso específico de la educación, se aplican con los diferentes sujetos involucrados: alumnos, profesores, administradores, etc., así como a los objetos: organización, procesos académicos y administrativos, contenidos y currícula.

Respecto a la evaluación del aprendizaje la tarea no es sencilla. La consulta de algunos estudiosos del fenómeno educativo hace ver que, como todos los problemas sociales, no es algo fácil de analizar y entender; que tiene dimensiones sociológicas, económicas, políticas, pedagógicas; que además de tener niveles incluye diversos procedimientos y concepciones; en fin, que es un fenómeno de gran complejidad, imposible de despachar fácilmente. Requiere de múltiples estudios a partir de la realidad: de lo que se suscita en el salón de clases.

Este artículo se circunscribe a la revisión y contrastación de dos de las modalidades de evaluación del aprendizaje más conocidas y que a la fecha están presentes en las prácticas cotidianas de los docentes de distintas latitudes y niveles educativos: la evaluación por normas y la evaluación por criterios, y además una tercera, denominada participativa, por la que se opta finalmente.

Para ello, se parte de algunas apreciaciones en relación con lo que se entiende por evaluación, evaluación educativa y del aprendizaje.

El documento en modo alguno es exhaustivo, sino que se constituye en un esfuerzo de integración de uno de los temas que más han preocupado a docentes, autoridades, padres y que es el quid de la relación maestro-alumno al generar preocupación y angustia en los estudiantes.

Evaluación, evaluación educativa y del aprendizaje

El antecedente de la actual evaluación, tanto en el ámbito educativo como en otras esferas de la vida moderna, puede encontrarse en la revolución industrial. La utilización de maquinaria para la producción en serie y la división del trabajo, trajeron grandes cambios no sólo en los volúmenes de producción, que se incrementaron sensiblemente, sino también en las concepciones de la vida, la organización y dinámica social. Es a partir de esta nueva perspectiva que surgen los planteamientos de la administración y rápidamente son adoptados en las diferentes áreas de la vida social. La educación no habría de ser una excepción. Se identifican así las fases del proceso administrativo planteadas por Fayol: prever, organizar, mandar, coordinar y controlar, con las del proceso didáctico, destacándose tres principales aceptadas en general actualmente: planear, ejecutar y evaluar. Estos términos se utilizan en la moderna jerga administrativa, conjuntamente con los primeros.

A la fase del control administrativo se le ha equiparado con la evaluación en educación. De tal manera, se afirma con no poca frecuencia que entre una escuela superior o facultad y una empresa la única diferencia es que una produce o genera cosas o servicios, mientras la otra saca al mercado profesionistas. Es la visión de una sociedad convertida en una enorme maquinaria en manos de tecnócratas, donde las preocupaciones principales son lograr el máximo de eficiencia, eficacia y efectividad.

Así las cosas, se considera frecuentemente que como en cualquier proceso productivo en la educación es posible evaluar -controlar- todo: profesores, contenidos, organización, recursos materiales, estudiantes, egresados, el sistema educativo en su totalidad, la evaluación, etcétera. Con base en ello se han acuñado nuevas expresiones: evaluación de profesores, evaluación curricular, evaluación del aprendizaje, metaevaluación, por citar algunas.

No obstante su uso tan generalizado, el término evaluación - específicamente en el campo del aprendizaje- conlleva una multiplicidad de significados, frecuentemente poco claros para quienes lo emplean.

Así, tenemos que una perspectiva sociológica muy importante reconoce en la evaluación del aprendizaje una función de selectividad. Se convierte en un instrumento de discriminación social que legitima las posiciones que en el aparato productivo ocuparán los sujetos más aptos, privilegiados, de los estratos socioeconómicos superiores. De modo que la institución escolar cumple una doble función: formar a los cuadros que el mercado de trabajo requiere y discriminar, a partir de un razonamiento poco objetable, a los “menos aptos”.

Desde una perspectiva didáctica, actualmente se habla de la importancia de la evaluación del aprendizaje como un elemento vinculado directamente al proceso mismo de enseñanza y no como un agregado. Planteamiento que retoma a pedagogos clásicos como Comenio, quien lo señalaba en sus recomendaciones con respecto al método didáctico:

Entre otras ventajas señala este autor que con el procedimiento de verificación “el Preceptor estará más seguro de que todo ha sido bien entendido por todos los alumnos. Si no lo fuera, procurará corregirlo con gran beneficio suyo y de los discípulos”.

Basten estos dos ejemplos para evidenciar cómo la evaluación del aprendizaje puede entenderse de distintas maneras. No son éstas las únicas, pero sí ponen de manifiesto dos concepciones opuestas, la primera asociada a una evaluación discriminadora que se da lamentablemente en la escuela moderna por efecto de una situación social determinada y la segunda referida a la evaluación como un elemento central del proceso didáctico que no persigue otra cosa que el logro del aprendizaje por parte de los estudiantes.

Otra de las confusiones existentes en el ámbito educativo, ya no referida especialmente a la finalidad de la evaluación del aprendizaje, es la que involucra los términos calificar, acreditar, examinar y evaluar.

Para algunos son sinónimos. Así, es frecuente oír de las evaluaciones parciales o finales, refiriéndose a los exámenes o pruebas, o bien decir: evaluación injusta, por calificación injusta.

Para algunos otros se trata de cosas diferentes: La evaluación como proceso de retroalimentación, análisis de dificultades y obstáculos que se presentan en la enseñanza-aprendizaje; la calificación como un requerimiento institucional que poco tiene que ver con lo anterior. La acreditación

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