Resumen Infancia y poder

Infancia y poder.

1-Infancia y poder. La conformación de la pedagogía moderna.

En cuando al análisis del título y subtítilo considero que el autor remite a la idea que padar poder hablar sobre pedagogía moderna no podemos hacerlo sino es desde la transcursividad (concepto que toma de Foucault), poder cotejar distintos elementos e identificar continuidades y rupturas o grietas. La conformación de la pedagogía moderna supone un inicio que debemos ubicar en Comenius, como referencia inicial de un proceso en el cual se fijan algunos elementos sin los cuales sería  irreconocible la pedagogía moderna. En la época clásica, en la época medieval, la infancia no existía como colectivo, el niño no tiene un lugar, era concebido como “hombre pequeño”. Por ejemplo, conviven niños y adultos en las escuelas de esa época. La escuela moderna, la pedagogía moderna irrumpe dividiendo edades y especificando saberes para cada edad. El poder adulto sobre el niño, lo hace un ser independiente en el plano jurídico, productivo y familiar, el derecho a la participación es prácticamente nulo. La pedagogía moderna toma sus bases en Comenius, Russeau, entre otros, y empieza a respetar a un niño como centro de su devenir, contribuyendo a la determinación de la estructura del cuerpo infantil.

Un cuerpo para la institución escolar.

Considero que el título nos pone enfrente a la definición de quién es el sujeto de la institución escolar.

Infancia y pedagogía.

La infancia es el punto de partida y al mismo tiempo el punto de llegada de la pedagogía, ya que la pedagogía intenta a  través de la normatización y a la producción de saberes “formar” “adaptar” a los niños para que sean hombres creativos, autónomos y transformadores en la sociedad. El niño es la base para construir al alumno. Creo que es imposible al  hablar de pedagogía no tener en cuenta esta etapa de la vida fundante de aprendizajes.

Émile ou de I´enfance

El Émile de Jean Jaques Rousseau delinea al niño a partir de la característica de la educabilidad, entendiendo la misma como la capacidad natural del ser humano para ser formado.

Realmente considero que esta obra es revolucionaria para la época, marca una ruptura con lo anterior y construye nuevos pasos en el proceso de la pedagogía. Rousseau nos pone a la educación como un proceso natural, tratando de desplegar lo que ya existe, respetando al sujeto. Señala que la infancia tiene su propia manera de sentir, ver, es singular en la manera en cada etapa. Desde aquí es que se le brinda el respeto  y la forma de tratar según la etapa.

Cera, árboles, animales, niños.

Este apartado nos pone en contacto con distintos discursos sobre la infancia, muy diferentes entre sí: Comenius y Rousseau (ambos son los fundantes de la pedagogía).

En Comenius la infancia no es objeto de reflexión. Para él la esencia es dotar de orden aquello que parece caótico. Encuadra al mismo hombre en un ordenamiento, por eso la gradualidad será algo fundamental en su planteo didáctico, será importante ya que cada etapa cierra para él  sobre los logros adquiridos por el infante. La infancia entonces se transforma en la expresión de una necesidad orgánica de ordenamiento. Es el paso inicial.

Para Rousseau la infancia es natural, posee educabilidad en si misma, tiene características propias. Aparece la dependencia como punto inicial del proceso de maduración humana. Va a depender del accionar adulto.

Infantilización y escolarización.

La infancia adquiere su status propio en la escuela moderna. En las instituciones clásicas no aparecía como etapa, por lo cual al hablar de infantilización el autor está otorgando la categoría a la población que hasta ese momento no era considerada como tal. Y se vincula a la escolarización, como lugar en el cual la infancia se desarrolla.

2-El imperio del orden. Comenius.

        Este autor instaura algunos mecanismos que se instalan en el proceso de devenir de la pedagogía desde hace cuatro siglos. Sobre todo los componentes de simultaneidad, gradualidad y universalidad.

La distribución generalizada.

        “El enseñar todo a todos” constituye el ideal pansófico. Comenius incorpora todas las edades, los dos sexos y todas las clases sociales, siendo esto último altamente relevante. Implanta la escuela pública, situación que sigue en vigencia hoy en las proclamas político – educativas de la actualidad.  La universalización es muy ambiciosa, implica dispensar instituciones educativas por todos lados. Sustituye la figura paterna por especialistas: la función docente es complementaria de la paterna.

        Se instala el antecedente de la alianza familia- escuela. Junto a la universalización es fundamental el funcionamiento homogéneo de esa extensión, en un período de tiempo y dentro de un espacio determinado. Esta simultaneidad sistémica es para Comenius la Uniformidad en todo, para que se rija en el mismo orden y procedimiento en toda la enseñanza. La diversidad para Comenius es confusión para la juventud.

La universalización necesita el apoyo financiero y el apoyo político de las autoridades, del estado.

La producción de una institución.

Para Comenius la producción de una institución se puede sintetizar que a partir del ideal pansófico, instala un sistema de simultaneidad en dos niveles: sistémico e institucional. La simultaneidad sistémica instala la posibilidad de que todas las instituciones escolares conformen un sistema con un único currículo, las mismas normas, un calendario único, la existencia de un estado nacional que financie y articule políticamente y una simultaneidad institucional . La simultaneidad institucional implica que un docente explica simultáneamente  a un grupo homogéneo de alumnos los mismos contenidos curriculares, lo cual supone la gradualidad, es decir, los alumnos se agrupan de acuerdo con los grados de profundidad de los contenidos a aprender. Hay que estimular la atención  de todos por igual. Surge el libro didáctico, material que aún hoy es irremplazable (ni los más sofisticados sistemas de comunicación lo han reemplazado).

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