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Tu Hijo Tu Espejo


Enviado por   •  28 de Mayo de 2013  •  1.912 Palabras (8 Páginas)  •  604 Visitas

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Ensayo

Es este libro nos sitúa en la relación de padres e hijos envueltos en conflictos, sentimientos de culpabilidad, rechazo, frustración, egoísmo y negación.

Los seres humanos poseemos una parte oculta con una inestabilidad de sentimientos en nuestra vida en la relación de convivencia de los padres con los hijos. Los individuos proyectamos inconscientemente emociones que nos da miedo descubrir y enfrentar, que en muchas ocasiones también causan frustración y vergüenza.

A estos, el ser humano los encierra en una cajita en la cual se convierten en sentimientos reprimidos y negados que con el tiempo no se pueden borrar, dañando y resultando devastadores para cualquier persona. Al no reconocerse que existe un problema, difícilmente se podrá solucionar, es como si se llevara una sombra o una carga de esa parte oculta que causa daño sin dejar de ser un protagonista de cualquier solución. Evitando el desarrollo de las personas en el ambiente familiar y repercutiendo por lo tanto, en el ambiente social.

La parte oculta de la relación de padres e hijos, se conforma por una variedad de facetas de la vida de los padres, proyectadas de manera inconsciente en la vida de los hijos; proyecciones que se desconocen y se niegan.

La autora nos invita a los padres que estén dispuestos a descubrir esa parte oculta de la relación con sus hijos, si las personas pueden ofrecer una calidad de vida al mundo y la sociedad en que se vive, para criar hijos amados sin temores, frustraciones, sin aquellos sentimientos que los padres transmiten a los hijos y que de alguna manera influyen en su personalidad en sus decisiones.

Se puede contar con personas honestas, productivas capaces de enfrentas cualquier problema de su vida. Se puede decir que son seres humanos que se van formando con felicidad, aceptación de su persona con una mejor integración a su entorno familiar y social

Dentro del primer capitulo nos habla claramente de lo que son los mecanismos de defensas ya que todo ser humano posee estos mecanismos que sirven evadir o negar alguna de las situaciones a las cuales muchas veces no queremos enfrentarnos. Mientras más sana es una persona, menos utiliza los mecanismos de defensa, y cuando lo hace, casi siempre es consciente de ello.

La proyección es el proceso de atribuir a otros lo que pertenece a uno mismo, de tal forma que aquello que percibimos en los demás es en realidad una proyección de algo que nos pertenece. No existe ninguna relación donde la proyección no ocurra. Mientras vivamos en un cuerpo físico estaremos proyectando. Sin embargo, este mecanismo de defensa no está mal en sí mismo, y si existe, es por algo, ya que puede ser un eficaz medio de autoconocimiento, pues los demás funcionan como espejos de cuerpo entero que nos permite ver nuestros rasgos funcionales y disfuncionales, algo que sería muy difícil de identificar de otro modo.

La proyección no aparece únicamente en un sentido negativo, es decir, no solo proyectamos en los otros nuestros conflictos de personalidad, sino también nuestras áreas de luz, de manera que todo eso que te gusta de la otra persona es también una proyección de los aspectos bellos y sanos de ti mismo.

Es difícil aceptar que tenemos un problema, que no sabemos cómo resolverlo y que tal vez estemos equivocándonos. Esto es porque todos nosotros crecimos dentro de sistemas familiares, escolares, y sociales en los que aprendimos que cometer un error es vergonzoso, así como no saber qué hacer, lo vemos como signo de ignorancia, debilidad y preferimos ocultarlo para no sentirnos tontos, débiles o ignorantes. Estos sentimientos negativos que todos tenemos, en mayor o menor medida, son tan mal vistos socialmente, que aprendemos a reprimirlos, negarlos o distorsionarlos para ser aceptados por quienes nos rodean.

Otras razones importantes para mantener la negación son el miedo o la comodidad, ya que si reconoces que hay un problema, te ves obligado a actuar. Y preferimos no ver el problema esperando que desaparezca o que otros lo terminen solucionando.

Con frecuencia los padres creemos que somos demasiado viejos para intentar algo, o que no es correcto gastar tanto dinero en nosotros mismos; entonces sin ser conscientes de que esa es la razón, mostramos un fuerte interés para que nuestros hijos hagan o aprendan ciertas cosas. Así simbólicamente, llenamos a través de ellos ese vacío en nuestras vidas.

La insatisfacción con la propia vida, la represión y la frustración de los más profundos deseos y aspiraciones son algunos de los más importantes factores que conducen a la infelicidad y a la enfermedad emocional.

No hay carreras de éxito, hay personas exitosas.

Vale la pena mencionar que “el hijo patito feo” sufre, siente el rechazo y puede llegar a convencerse de que efectivamente algo está equivocado en él. A veces ese dolor lo lleva a volverse rebelde y resentido, o a desarrollar algún síntoma, hasta que, como el patito del cuento, encuentre quiénes lo amen y aprecien tal como es, porque aprecian su valor y su belleza, si es que tiene la suerte de encontrarse con personas que son capaces de ver más allá. Por desgracia, no todos los patitos feos tienen esa suerte. El corazón humano no puede albergar sentimientos tan opuestos como el rencor y el amor, o como el resentimiento y la paz, ya que es necesario desocuparnos de uno para dar paso a otro.

Cuando un padre insiste con el hijo a tal punto que parece obsesionado por cambiarlo para que haga eso que debe hacer, no hay duda de que hay algo más, algo que el padre está proyectando sobre el hijo de manera inconsciente.

En la relación padres-hijos esto es común: intentamos cambiar en nuestro hijo lo que no podemos cambiar en nosotros mismos o en otras personas significativas

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